Scrutatio

Lunedi, 29 aprile 2024 - Santa Caterina da Siena ( Letture di oggi)

Jeremías 30


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Yahveh:1 Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos:
2 Así dice Yahveh el Dios de Israel: Escríbete todas las palabras que te he hablado en un libro.2 Así habla el Señor, el Dios de Israel: Escribe en un libro todas las palabras que yo te he dirigido,
3 Pues he aquí que vienen días - oráculo de Yahveh - en que haré tornar a los cautivos de mi pueblo Israel (y de Judá) - dice Yahveh - y les haré volver a la tierra que di a sus padres en posesión.3 porque llegarán los días –oráculo del Señor– en que cambiaré la suerte de mi pueblo Israel y Judá –dice el Señor– y los haré volver al país que he dado a sus padres, y ellos lo poseerán.
4 Estas son las palabras que dirigió Yahveh a Israel (y a Judá).4 Estas son las palabras que el Señor dirigió a Israel y a Judá:
5 Así dice Yahveh: Voces estremecedoras oímos: ¡Pánico, y no paz!5 Así habla el Señor: Hemos oído un grito de terror, ¡es el pánico y no la paz!
6 Id a preguntar, y ved si pare el macho. Entonces ¿por qué he visto a todo varón con las manos en las caderas, como la que da a luz, y todas las caras se han vuelto amarillas?6 Averigüen y vean si puede un varón dar a luz. ¿Por qué, entonces, veo a todos los hombres con las manos en las caderas como una parturienta? ¿Por qué todos los rostros se han puesto lívidos?
7 ¡Ay! porque grande es aquel día, sin semejante, y tiempo de angustia es para Jacob; pero de ella quedará salvo.7 ¡Ay! Porque es grande aquel Día, y no hay otro igual. Es un tiempo de angustia para Jacob, pero él se salvará de la angustia.
8 (Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros,8 Aquel día –oráculo del Señor de los ejércitos– yo quebraré el yugo de su cuello y romperé sus ataduras. Ya no servirán a extranjeros,
9 sino que Israel y Judá servirán a Yahveh su Dios y a David su rey, que yo les suscitaré.)9 sino que servirán al Señor, su Dios, y a David, su rey, que yo les suscitaré.
10 Pero tú no temas, siervo mío Jacob - oráculo de Yahveh - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos y tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete,10 ¡Y tú no temas, servidor mío Jacob, –oráculo del Señor– no te espantes, Israel! Porque yo te salvaré de un país lejano, y a tu descendencia, del país de su cautiverio. Jacob volverá y vivirá en calma, tranquilo y sin que nadie lo perturbe.
11 pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh - para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te dispersé. pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré.11 porque yo estoy contigo –oráculo del Señor– para salvarte. Sí, yo aniquilaré a todas las naciones entre las cuales te había dispersado, pero a ti no te aniquilaré: te corregiré con equidad, pero no te dejaré impune.
12 Porque así dice Yahveh: Irremediable es tu quebranto, incurable tu herida.12 Porque así habla el Señor: ¡Tu herida es incurable, irremediable tu llaga!
13 Estás desahuciado; para una herida hay cura, para ti no hay remedio.13 Nadie defiende tu causa, no hay remedio para tu herida, tú ya no tienes cura.
14 Todos tus amantes te olvidaron, por tu salud no preguntaron. Porque con herida de enemigo te herí, castigo de hombre cruel, (por tu gran culpa, porque son enormes tus pecados).14 Todos tus amantes te han olvidado, no se interesan por ti. Porque yo te he golpeado como golpea un enemigo, con un castigo cruel, a causa de tu gran iniquidad, porque tus pecados eran graves.
15 ¿Por qué te quejas de tu quebranto? Irremediable es tu sufrimiento; por tu gran culpa, por ser enormes tus pecados te he hecho esto.15 ¿Por qué gritas a causa de tu herida, de tu dolor incurable? A causa de tu gran iniquidad, porque tus pecados eran graves, yo te hice todo esto.
16 No obstante todos los que te devoran serán devorados, y todos tus opresores, todos ellos, irán al cautiverio; serán tus despojadores despojados, y a todos tus saqueadores los entregaré al saqueo.16 Pero los que te devoran serán devorados y todos tus adversarios irán al cautiverio; los que te despojan serán despojados y a los que te saquean, los entregaré al saqueo.
17 Sí; haré que tengas alivio, de tus llagas te curaré - oráculo de Yahveh -. Porque «La Repudiada» te llamaron. «Sión de la que nadie se preocupa».17 Sí, yo cicatrizaré tu llaga y te sanaré de todas tus heridas –oráculo del Señor– porque te llaman «La Expulsada, esa Sión, de la que nadie se preocupa».
18 Así dice Yahveh: He aquí que yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob y de sus mansiones me apiadaré; será reedificada la ciudad sobre su montículo de ruinas y el alcázar tal como era será restablecido.18 Así habla el Señor: Sí, yo cambiaré la suerte de las carpas del Jacob y tendré compasión de sus moradas; la ciudad será reconstruida sobre sus escombros y el palacio se levantará en su debido lugar.
19 Y saldrá de entre ellos loor y voz de gente alegre; los multiplicaré y no serán pocos, los honraré y no serán menguados,19 De allí saldrán cantos de alabanza y risas estridentes. Los multiplicaré y no disminuirán, los glorificaré y no serán menoscabados.
20 sino que serán sus hijos como antes, su comunidad ante mí estará en pie, y yo visitaré a todos sus opresores.20 Sus hijos serán como en los tiempos antiguos, su comunidad será estable ante mí y yo castigaré a todos sus opresores.
21 Será su soberano uno de ellos, su jefe de entre ellos saldrá, y le haré acercarse y él llegará hasta mí, porque ¿quién es el que se jugaría la vida por llegarse hasta mí? - oráculo de Yahveh -.21 Su jefe será uno de ellos y de en medio de ellos saldrá su soberano. Yo lo haré acercarse, y él avanzará hacia mí, porque si no, ¿quién se atrevería a avanzar hacia mí? –oráculo del Señor–
22 Y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.22 Ustedes serán mi Pueblo y yo seré su Dios.
23 Mirad que una tormenta de Yahveh ha estallado, un torbellino remolinea: sobre la cabeza de los malos descarga.23 ¡Miren el huracán del Señor, ha estallado el furor, arrecia la tempestad, gira sobre la cabeza de los malvados!
24 No ha de apaciguarse el ardor de la ira de Yahveh hasta que la ejecute, y realice los designios de su corazón. En días futuros os percataréis de ello.24 El ardor de la ira del Señor no se volverá atrás hasta haber ejecutado y cumplido los designios de su corazón. Al término de estos días, ustedes lo entenderán.