Scrutatio

Mercoledi, 24 aprile 2024 - San Fedele da Sigmaringen ( Letture di oggi)

Jeremías 7


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1Palabra que llegó de parte de Yahveh a Jeremías:2Párate en la puerta de la Casa de Yahveh y proclamarás allí esta palabra. Dirás: Oíd la palabra de Yahveh, todo Judá, los que entráis por estas puertas a postraros ante Yahveh.3Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Mejorad de conducta y de obras, y yo haré que os quedéis en este lugar.4No fiéis en palabras engañosas diciendo: «¡Templo de Yahveh, Templo de Yahveh, Templo de Yahveh es éste!»5Porque si mejoráis realmente vuestra conducta y obras, si realmente hacéis justicia mutua6y no oprimís al forastero, al huérfano y a la viuda (y no vertéis sangre inocente en este lugar), ni andáis en pos de otros dioses para vuestro daño,7entonces yo me quedaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres desde siempre hasta siempre.8Pero he aquí que vosotros fiáis en palabras engañosas que de nada sirven,9para robar, matar, adulterar, jurar en falso, incensar a Baal y seguir a otros dioses que no conocíais.10Luego venís y os paráis ante mí en esta Casa llamada por mi Nombre y decís: «¡Estamos seguros!», para seguir haciendo todas esas abominaciones.11¿En cueva de bandoleros se ha convertido a vuestros ojos esta Casa que se llama por mi Nombre? ¡Que bien visto lo tengo! - oráculo de Yahveh -.12Pues andad ahora a mi lugar de Silo, donde aposenté mi Nombre antiguamente, y ved lo que hice con él ante la maldad de mi pueblo Israel.13Y ahora, por haber hecho vosotros todo esto - oráculo de Yahveh - por más que os hablé asiduamente, aunque no me oísteis, y os llamé, mas no respondisteis,14yo haré con la Casa que se llama por mi Nombre, en la que confiáis, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice con Silo,15y os echaré de mi presencia como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraím.16En cuanto a ti, no pidas por este pueblo ni eleves por ellos plegaria ni oración, ni me insistas, porque no te oiré.17¿Es que no ves lo que ellos hacen en las ciudades de Judá y por las calles de Jerusalén?18Los hijos recogen leña, los padres prenden fuego, las mujeres amasan para hacer tortas a la Reina de los Cielos, y se liba en honor de otros dioses para exasperarme.19¿A mí me exasperan ésos? - oráculo de Yahveh -, ¿no es a sí mismos, para vergüenza de sus rostros?20Por tanto, así dice el Señor Yahveh: He aquí que mi ira y mi saña se vuelca sobre este lugar, sobre hombres y bestias bestias, sobre los árboles del campo y el fruto del suelo; arderá y no se apagará.21Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel. Añadid vuestros holocaustos a vuestros sacrificios y comeos la carne.22Que cuando yo saqué a vuestros padres del país de Egipto, no les hablé ni les mandé nada tocante a holocausto y sacrificio.23Lo que les mandé fue esto otro: «Escuchad mi voz y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo, y seguiréis todo camino que yo os mandare, para que os vaya bien».24Mas ellos no escucharon ni prestaron el oído, sino que procedieron en sus consejos según la pertinacia de su mal corazón, y se pusieron de espaldas, que no de cara;25desde la fecha en que salieron vuestros padres del país de Egipto hasta el día de hoy, os envié a todos mis siervos, los profetas, cada día puntualmente.26Pero no me escucharon ni aplicaron el oído, sino que atiesando la cerviz hicieron peor que sus padres.27Les dirás, pues, todas estas palabras, mas no te escucharán. Les llamarás y no te responderán.28Entonces les dirás: Esta es la nación que no ha escuchado la voz de Yahveh su Dios, ni ha querido aprender. Ha perecido la lealtad, ha desaparecido de su boca.29Córtate tus guedejas y tíralas, y entona por los calveros una elegía; que Yahveh ha desechado y repudiado a la generación objeto de su cólera.30Los hijos de Judá han hecho lo que me parece malo - oráculo de Yahveh -: han puesto sus Monstruos abominables en la Casa que llaman por mi Nombre profanándola,31y han construido los altos de Tófet - que está en el valle de Ben Hinnom - para quemar a sus hijos e hijas en el fuego, cosa que nos les mandé ni me pasó por las mientes.32Por tanto, he aquí que vienen días - oráculo de Yahveh - en que no se hablará más de Tófet, ni del valle de Ben Hinnom, sino del “valle de la Matanza”. Se harán enterramientos en Tófet por falta de sitio,33y los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, sin que haya quien las espante.34Suspenderé en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén toda voz de gozo y alegría, la voz del novio y la voz de la novia; porque toda la tierra quedará desolada.