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Martedi, 7 maggio 2024 - Santa Flavia ( Letture di oggi)

Éxodo 15


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Entonces Moisés y los israelitas cantaron este cántico a Yahveh. Dijeron: «Canto a Yahveh pues se cubrió de gloria arrojando en el mar caballo y carro.1 Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor: «Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria: él hundió en el mar los caballos y los carros.
2 Mi fortaleza y mi canción es Yah. El es mi salvación. El, mi Dios, yo le glorifico, el Dios de mi padre, a quien exalto.2 El Señor es mi fuerza y mi protección, él me salvó. El es mi Dios y yo lo glorifico, es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza.
3 ¡Un guerrero Yahveh, Yahveh es su nombre!3 El Señor es un guerrero, su nombre es «Señor».
4 Los carros de Faraón y sus soldados precipitó en el mar. La flor de sus guerreros tragó el mar de Suf;4 El arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército, lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo.
5 cubriólos el abismo, hasta el fondo cayeron como piedra.5 El abismo los cubrió, cayeron como una piedra en lo profundo del mar
6 Tu diestra, Yahveh, relumbra por su fuerza; tu diestra, Yahveh, aplasta al enemigo.6 Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza, tu mano, Señor, aniquila al enemigo.
7 En tu gloria inmensa derribas tus contrarios, desatas tu furor y los devora como paja.7 Con la inmensidad de tu gloria derribas a tus adversarios, desatas tu furor, que los consume como paja.
8 Al soplo de tu ira se apiñaron las aguas, se irguieron las olas como un dique, los abismos cuajaron en el corazón del mar.8 Al soplo de tu ira se agolparon las aguas, las olas se levantaron como un dique, se hicieron compactos los abismos del mar.
9 Dijo el enemigo: «Marcharé a su alcance, repartiré despojos, se saciará mi alma, sacaré mi espada y los aniquilará mi mano.»9 El enemigo decía: «Los perseguiré, los alcanzaré, repartiré sus despojos, saciaré mi avidez, desenvainaré la espada, mi mano los destruirá».
10 Mandaste tu soplo, cubriólos el mar; se hundieron como plomo en las temibles aguas.10 Tú soplaste con tu aliento, y el mar los envolvió; se hundieron como plomo en las aguas formidables.
11 ¿Quién como tú, Yahveh, entre los dioses? ¿Quién como tú, glorioso en santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas?11 ¿Quién, como tú, es admirable entre los santos, terrible por tus hazañas, autor de maravillas?
12 Tendiste tu diestra y los tragó la tierra.12 Extendiste tu mano y los tragó la tierra.
13 Guiaste en tu bondad al pueblo rescatado. Tu poder los condujo a tu santa morada.13 Guías con tu fidelidad al pueblo que has rescatado y lo conduces con tu poder hacia tu santa morada.
14 Oyéronlo los pueblos, se turbaron, dolor como de parto en Filistea.14 Tiemblan los pueblos al oír la noticia: los habitantes de Filistea se estremecen,
15 Los príncipes de Edom se estremecieron, se angustiaron los jefes de Moab y todas las gentes de Canaán temblaron.15 cunde el pánico entre los jefes de Edom, un temblor sacude a los príncipes de Moab, desfallecen todos los habitantes de Canaán.
16 Pavor y espanto cayó sobre ellos. La fuerza de tu brazo los hizo enmudecer como una piedra, hasta que pasó tu pueblo, oh Yahveh, hasta pasar el pueblo que compraste.16 El pánico y el terror los invaden, la fuerza de tu brazo los deja petrificados, hasta que pasa tu pueblo, Señor, hasta que pasa el pueblo que tú has adquirido.
17 Tú le llevas y le plantas en el monte de tu herencia, hasta el lugar que tú te has preparado para tu sede, ¡oh Yahveh! Al santuario, Adonay, que tus manos prepararon.17 Tú lo llevas y lo plantas en la montaña de tu herencia, en el lugar que preparaste para tu morada, en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos.
18 ¡Yahveh reinará por siempre jamás!»18 ¡El Señor reina eternamente!».
19 Porque cuando los caballos de Faraón y los carros con sus guerreros entraron en el mar, Yahveh hizo que las aguas del mar volvieran sobre ellos, mientras que los israelitas pasaron a pie enjuto por medio del mar.19 Cuando la caballería del Faraón, con sus carros y sus guerreros, entró en medio del mar, el Señor hizo que las aguas se volvieran contra ellos; los israelitas, en cambio, cruzaron el mar como si fuera tierra firme.
20 María, la profetisa, hermana de Aarón tomó en sus manos un tímpano y todas la mujeres la seguían con tímpanos y danzando en coro.20 Entonces Miriam, la profetisa, que era hermana de Aarón, tomó en sus manos un tamboril, y todas las mujeres iban detrás de ella, con tamboriles y formando coros de baile.
21 Y María les entonaba el estribillo: «Cantad a Yahveh pues se cubrió de gloria. arrojando en el mar caballo y carro.»21 Y Miriam repetía: «Canten al Señor, que se ha cubierto de gloria: él hundió en el mar los caballos y los carros».
22 Moisés hizo partir a los israelitas del mar de Suf y se dirigieron hacia el desierto de Sur: caminaron tres días por el desierto sin encontrar agua.22 Moisés hizo partir a los israelitas del Mar Rojo. Ellos se dirigieron hacia el desierto de Sur, y después de caminar tres días por ese desierto sin encontrar agua,
23 Luego llegaron a Mará, porque era amarga. Por eso se llama aquel lugar Mará.23 llegaron a Mará, pero no pudieron beber el agua porque era amarga. De allí procede el nombre de Mará –que significa «Amarga»– dado a ese lugar.
24 El pueblo murmuró contra Moisés, diciendo: «¿Qué vamos a beber?»24 Y el pueblo se puso a protestar contra Moisés, diciendo: «¿Qué vamos a beber ahora?».
25 Entonces Moisés invocó a Yahveh, y Yahveh le mostró un madero que Moisés echó al agua, y el agua se volvió dulce. Allí dio a Israel decretos y normas, y allí le puso a prueba.25 Moisés invocó al Señor, y el Señor le indicó un árbol. Moisés arrojó un trozo de él en el agua, y esta se volvió dulce. Allí el Señor les impuso una legislación y un derecho, y allí los puso a prueba.
26 Y dijo: «Si de veras escuchas la voz de Yahveh, tu Dios, y haces lo que es recto a sus ojos, dando oídos a sus mandatos y guardando todos sus preceptos, no traeré sobre ti ninguna de las plagas que envié sobre los egipcios; porque yo soy Yahveh, el que te sana.»26 Luego les dijo: «Si escuchas realmente lo voz del Señor, tu Dios, y practicas lo que es recto a sus ojos, si prestas atención a sus mandamientos y observas todos sus preceptos, no te infligiré ninguna de las enfermedades que envié contra Egipto, porque yo, el Señor, soy el que te da la salud».
27 Después llegaron a Elim, donde hay doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.27 Después llegaron a Elim, un lugar donde había doce fuentes y setenta palmeras, y allí establecieron su campamento, a orilla de las aguas.