Scrutatio

Lunedi, 6 maggio 2024 - San Pietro Nolasco ( Letture di oggi)

Génesis 43


font
BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 El hambre seguía abrumando la tierra.1 El hambre continuaba asolando el país.
2 Así pues, en cuanto acabaron de consumir el grano traído de Egipto, les dijo su padre: «Volved y compradnos algo de comer.»2 Y cuando se agotaron los víveres que habían traído de Egipto, su padre les dijo: «Regresen a Egipto a comprarnos un poco de comida».
3 Judá le dijo: «Bien claro nos dio a entender aquel hombre que no veríamos su rostro si no estaba con nosotros nuestro hermano.3 Pero Judá le respondió: «Aquel hombre nos advirtió expresamente que no nos presentáramos delante de él, si nuestro hermano no nos acompañaba.
4 Si mandas a nuestro hermano con nosotros, bajaremos y te compraremos víveres;4 Si tú dejas partir a nuestro hermano con nosotros, bajaremos a comprarte comida;
5 pero si no le mandas, no bajamos, porque aquel hombre nos dijo: “No os presentéis a mí si no está vuestro hermano con vosotros.”»5 pero si no lo dejas, no podremos ir, porque el hombre nos dijo: «No vengan a verme si su hermano no los acompaña».
6 Dijo Israel: «¿Por qué para desgracia mía hicisteis saber a ese hombre que teníais otro hermano?»6 Entonces Israel dijo: «¿Por qué me han causado este dolor, diciendo a este hombre que tenían otro hermano?».
7 Dijeron: «!Él empezó preguntándonos por nuestra familia, diciéndonos: ¿Tenéis aún padre? ¿Vive todavía vuestro padre? ¿Tenéis algún otro hermano? Y nosotros nos limitamos a responder a sus palabras. ¿Podíamos saber que iba a decirnos: Bajad a vuestro hermano?»7 Ellos respondieron: «El comenzó a hacernos preguntas sobre nosotros y sobre nuestra familia. «El padre de ustedes ¿vive todavía? ¿Tienen otro hermano?». Nosotros nos limitamos a responder a sus preguntas. ¿Cómo nos íbamos a imaginar que él nos diría: «Traigan aquí a su hermano»?».
8 Dijo Judá a su padre Israel: «Deja ir al chico conmigo; deja que vayamos para vivir y no morir ni nosotros, ni tú, ni nuestros pequeños.8 Entonces Judá dijo a su padre Israel: «Envía al muchacho bajo mi responsabilidad, y ahora mismo nos pondremos en camino para poder sobrevivir. De lo contrario moriremos nosotros, tú y nuestros niños.
9 Yo respondo de él, de mi mano lo exigirás si no lo trajere aquí y te lo presentare, y estaría yo en falta contigo a perpetuidad.9 Yo respondo por él, y tendrás que pedirme cuentas a mí. Si no te lo traigo y lo pongo delante de tus ojos, seré culpable ante ti todo el resto de mi vida.
10 Que lo que es, si no nos hubiéramos entretenido, para estas horas ya estaríamos de vuelta.»10 Ya estaríamos de vuelta dos veces, si no nos hubiéramos entretenido tanto».
11 Díjoles su padre Israel: «Siendo así, hacedlo; llevaos de lo más fino del país en vuestras cestas, y bajad a aquel hombre un regalo, un poco de sandácara, un poco de miel, almáciga y ládano, pistachos y almendras.11 Ya que tiene que ser así, continuó diciendo Israel, hagan lo siguiente: Pongan en sus equipajes los mejores productos del país, y regalen a aquel hombre un poco de bálsamo y un poco de miel, goma tragacanto, mirra, nueces y almendras.
12 Tomáis también con vosotros el doble de plata y devolvéis personalmente la plata devuelta en la boca de vuestras talegas, por si se trata de un error.12 Tomen además una doble cantidad de dinero, porque ustedes tendrán que restituir la suma que les pusieron junto a la abertura de la bolsa. Tal vez se trate de una equivocación.
13 Tomad, pues, a vuestro hermano y volved inmediatamente donde ese hombre;13 Lleven también a su hermano, y vuelvan cuanto antes a ver a ese hombre.
14 que El Sadday os haga hallar misericordia ante ese hombre, y que él os despache y suelte a vuestro otro hermano, y a Benjamín. Por mi parte, si he de perder a mis hijos, qué le vamos a hacer.»14 Que el Dios Todopoderoso lo mueva a compadecerse de ustedes, y él les permita traer a su hermano, lo mismo que a Benjamín. Yo, por mi parte, si tengo que verme privado de mis hijos, estoy dispuesto a soportarlo».
15 Ellos tomaron dicho regalo y el doble de plata consigo, y asimismo a Benjamín, y poniéndose en marcha bajaron a Egipto y se presentaron a José.15 Ellos recogieron los regalos, tomaron una doble cantidad de dinero, y bajaron a Egipto llevándose a Benjamín. En seguida fueron a presentarse delante de José,
16 José vio con ellos a Benjamin, y dijo a su mayordomo: «Lleva a esos hombres a casa, mata algún animal y lo preparas, porque esos hombres van a comer conmigo a mediodía.»16 y cuando este vio que venían con Benjamín, dijo a su mayordomo: «Lleva a estos hombres a casa. Mata un animal y prepáralo, porque hoy al mediodía comerán conmigo».
17 El hombre hizo como le había dicho José, y llevó a los hombres a casa de José.17 El mayordomo hizo lo que José le había ordenado y los condujo hasta la casa.
18 Ellos se asustaron porque se les llevaba a casa de José, y dijeron: «Es por lo de la plata devuelta en nuestros sacos la otra vez, por lo que se nos trae acá, para ponernos alguna trampa, caer sobre nosotros y reducirnos a esclavitud, junto con nuestros asnos.»18 Pero ellos, al ser llevados a la casa de José, se llenaron de temor y dijeron: «Nos traen aquí a causa del dinero que fue puesto en nuestras bolsas la vez anterior. No es más que un pretexto para atacarnos y convertirnos en esclavos, junto con nuestros animales».
19 Y acercándose al mayordomo de José le dijeron a la puerta de la casa:19 Entonces se acercaron al mayordomo de José y le hablaron a la entrada de la casa,
20 «Por favor, señor, nosotros bajamos anteriormente a comprar víveres.20 diciéndole: «Perdón, señor, nosotros ya estuvimos aquí una vez para abastecernos de víveres.
21 Pero resultó que cuando fuimos a hacer noche y abrimos nuestras talegas de grano, nos encontramos con que la plata de cada uno estaba en la boca de su talega, nuestra plata bien pesada, y la hemos devuelto con nosotros,21 Pero cuando acampamos para pasar la noche, abrimos nuestras bolsas y resultó que el dinero de cada uno estaba junto a la abertura de su bolsa. Era exactamente la misma cantidad que habíamos pagado. Ahora tenemos esa suma aquí con nosotros,
22 y además traemos con nosotros más plata para comprar víveres. Ignoramos quién puso nuestra plata en nuestras talegas.»22 y además hemos traído dinero para adquirir nuevas provisiones. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas».
23 Díjoles: «La paz sea con vosotros, no temáis. Vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os puso ese tesoro en las talegas. Vuestra plata ya me llegó.» Y les sacó a Simeón.23 Pero él respondió: «Quédense tranquilos, no teman. Su Dios y el Dios de su padre les puso ese dinero en las bolsas. La suma que ustedes pagaron está en mi poder». Y en seguida les presentó a Simeón.
24 Luego los introdujo en casa de José, les dio agua y se lavaron los pies, y les dio pienso para sus asnos.24 El mayordomo introdujo a los hombres en la casa de José, les trajo agua para que se lavaran los pies y les dio pasto para los animales.
25 Entonces ellos prepararon el regalo, mientras llegaba José a mediodía, pues oyeron que iban a comer allí.25 Ellos prepararon los regalos, esperando la llegada de José al mediodía, porque ya les había avisado que comería allí.
26 Al entrar José en casa, le presentaron el regalo que llevaban consigo y se inclinaron hasta el suelo.26 Cuando José entró en la casa, le presentaron los regalos que traían y se postraron ante él con el rostro en tierra.
27 El les saludó y les preguntó: «Vuestro anciano padre de quien me hablasteis, ¿vive aún?»27 José los saludó y les dijo: «El anciano padre de que me hablaron, ¿vive todavía? ¿Cómo está?».
28 Y le dijeron: «Está bien tu siervo, nuestro padre: todavía vive.» Y postrándose se inclinaron.28 «Nuestro padre, tu servidor, vive todavía y goza de buena salud», le respondieron; e inclinándose, se postraron.
29 Entonces José volvió los ojos y vio a Benjamín, su hermano de madre, y dijo: «¿Este es vuestro hermano menor, de quien me hablasteis?» Y añadió: «Dios te guarde, hijo mío.»29 Al levantar los ojos, José vio a Benjamín, el hijo de su misma madre, y preguntó: «¿Es este el hermano menor de que me habían hablado?». Y añadió: «Que Dios te favorezca, hijo mío».
30 José tuvo que darse prisa, porque le daban ganas de llorar de emoción por su hermano, y entrando en el cuarto lloró allí.30 José salió precipitadamente porque se conmovió a la vista de su hermano y no podía contener las lágrimas. Entró en una habitación y lloró.
31 Luego se lavó la cara, salió y conteniéndose dijo: «Servid la comida.»31 Después se lavó la cara, volvió y, tratando de dominarse, ordenó que sirvieran la comida.
32 Y le sirvieron a él aparte, aparte a ellos, y aparte a los egipcios que comían con él, porque los egipcios no soportan comer con los hebreos, cosa detestable para ellos.32 Sirvieron en mesas separadas a José, a sus hermanos, y a los egipcios que comían con él, porque los egipcios no pueden comer con los hebreos: es una abominación para ellos.
33 Sentáronse, pues, delante de él por orden de antigüedad, de mayor a menor, y unos a otros se daban muestras de asombro.33 Cuando se sentaron frente a José, por orden de edad, de mayor a menor, sus hermanos se miraron con asombro unos a otros.
34 El fue tomando de delante de sí raciones para ellos, y la ración de Benjamín era cinco veces mayor que la de todos los demás. Ellos bebieron y se alegraron en su compañía.34 El les hizo servir de su misma mesa, y la porción de Benjamín era varias veces mayor que la de los demás. Todos bebieron y se alegraron con él.