Eclesiástico/Ben Sirá 17
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1El Señor creó al hombre de la tierra y lo hace volver de nuevo a ella.2Le señaló un número de días y un tiempo determinado, y puso bajo su dominio las cosas de la tierra.3Lo revistió de una fuerza semejante a la suya y lo hizo según su propia imagen.4Hizo que todos los vivientes lo temieran, para que él dominara las fieras y los pájaros.5[Ellos recibieron el uso de las cinco operaciones del Señor; como sexto don, les concedió la inteligencia; y como séptimo, el lenguaje que interpreta las obras de Dios.]6Le dio una lengua, ojos y oídos, el poder de discernir y un corazón para pensar.7El colmó a los hombres de saber y entendimiento, y les mostró el bien y el mal.8Les infundió su propia luz, para manifestarles la grandeza de sus obras,9y les permitió gloriarse eternamente de sus maravillas:10así alabarán su Nombre santo, proclamando la grandeza de sus obras.11Les concedió además la ciencia y les dio como herencia una Ley de vida;12estableció con ellos una alianza eterna y les hizo conocer sus decretos.13Ellos vieron con sus ojos la grandeza de su gloria y oyeron con sus oídos la gloria de su voz.14El les dijo: «Cuídense de toda injusticia», y dio a cada uno preceptos acerca del prójimo.15Los caminos de los hombres están siempre ante él y no pueden ocultarse a sus ojos.16[Sus caminos van hacia el mal desde la juventud, y no son capaces de transformar en corazones de carne sus corazones de piedra.]17El asignó un jefe a cada nación, pero Israel es la parte del Señor.18El es su primogénito, al que nutrió con su instrucción, y cuando dispensa la luz del amor, no lo abandona.19Todas sus obras son para él claras como el sol y él tiene los ojos fijos en sus caminos.20Sus injusticias no están ocultas para el Señor y todos sus pecados están delante de él.21[Pero el Señor es bondadoso y conoce a su criatura; no las deja ni abandona, sino que las perdona.]22La limosna de un hombre es para él como un sello, y tiene en cuenta un favor como la pupila de sus ojos.23Después, él se levantará para retribuirles y pondrá sobre sus cabezas la recompensa merecida.24A los que se arrepienten, les permite volver y reconforta a los que perdieron la constancia.25Vuelve al Señor y deja de pecar, suplica ante su rostro y deja de ofenderlo.26Vuelve al Altísimo, apártate de la injusticia y odia profundamente toda abominación.27¿Quién alabará al Altísimo en el Abismo, si los vivientes no le rinden homenaje?28el muerto, el que ya no existe, deja de alabarlo: el que está vivo y sano debe alabar al Señor.29¡Qué grande es la generosidad del Señor y su perdón para los que vuelven a él!30Un hombre no puede tenerlo todo, porque el ser humano no es inmortal.31¿Hay algo más luminoso que el sol? ¡Y sin embargo, también él se eclipsa! ¡Cuánto más la carne y la sangre, que sólo conciben el mal!32El Señor pasa revista al ejército de los cielos, ¡cuánto más a los hombres, que son tierra y ceniza!
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