Scrutatio

Lunedi, 13 maggio 2024 - Beata Vergine Maria di Fatima ( Letture di oggi)

Salmos 104


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Bendice al Señor, alma mía:

¡Señor, Dios mío, qué grande eres!

Estás vestido de esplendor y majestad

1 ¡Alma mía, bendice a Yahveh!
¡Yahveh, Dios mío, qué grande eres!
Vestido de esplendor y majestad,
2 y te envuelves con un manto de luz.

Tú extendiste el cielo como un toldo

2 arropado de luz como de un manto,
tú despliegas los cielos lo mismo que una tienda,
3 y construiste tu mansión sobre las aguas.

Las nubes te sirven de carruaje

y avanzas en alas del viento.

3 levantas sobre las aguas tus altas moradas;
haciendo de las nubes carro tuyo,
sobre las alas del viento te deslizas;
4 Usas como mensajeros a los vientos,

y a los relámpagos, como ministros.

4 tomas por mensajeros a los vientos,
a las llamas del fuego por ministros.
5 Afirmaste la tierra sobre sus cimientos:

¡no se moverá jamás!

5 Sobre sus bases asentaste la tierra,
inconmovible para siempre jamás.
6 El océano la cubría como un manto,

las aguas tapaban las montañas;

6 Del océano, cual vestido, la cubriste,
sobre los montes persistían las aguas;
7 pero tú las amenazaste y huyeron,

escaparon ante el fragor del trueno.

7 al increparlas tú, emprenden la huída,
se precipitan al oír tu trueno,
8 Subieron a las montañas,

bajaron por los valles,

hasta el lugar que les habías señalado:

8 y saltan por los montes, descienden por los valles,
hasta el lugar que tú les asignaste;
9 les fijaste un límite que no pasarán,

ya no volverán a cubrir la tierra.

9 un término les pones que no crucen,
por que no vuelvan a cubrir la tierra.
10 Haces brotar fuentes en los valles,

y corren sus aguas por las quebradas.

10 Haces manar las fuentes en los valles,
entre los montes se deslizan;
11 Allí beben los animales del campo,

los asnos salvajes apagan su sed.

11 a todas las bestias de los campos abrevan,
en ellas su sed apagan los onagros;
12 Las aves del cielo habitan junto a ellas

y hacen oír su canto entre las ramas.

12 sobre ellas habitan las aves de los cielos,
dejan oír su voz entre la fronda.
13 Desde lo alto riegas las montañas,

y la tierra se sacia con el fruto de tus obras.

13 De tus altas moradas abrevas las montañas,
del fruto de tus obras se satura la tierra;
14 Haces brotar la hierba para el ganado

y las plantas que el hombre cultiva,

para sacar de la tierra el pan

14 la hierba haces brotar para el ganado,
y las plantas para el uso del hombre,
para que saque de la tierra el pan,
15 y el vino que alegra el corazón del hombre,

para que él haga brillar su rostro con el aceite

y el pan reconforte su corazón.

15 y el vino que recrea el corazón del hombre,
para que lustre su rostro con aceite
y el pan conforte el corazón del hombre.
16 Se llenan de savia los árboles del Señor,

los cedros del Líbano que él plantó;

16 Se empapan bien los árboles de Yahveh,
los cedros del Líbano que él plantó;
17 allí ponen su nido los pájaros,

la cigüeña tiene su casa en los abetos;

17 allí ponen los pájaros su nido,
su casa en su copa la cigüeña;
18 los altos peñascos son para las cabras,

y en las rocas se refugian los erizos.

18 los altos montes, para los rebecos,
para los damanes, el cobijo de las rocas.
19 Hiciste la luna para medir el tiempo,

señalaste el sol el momento de su ocaso;

19 Hizo la luna para marcar los tiempos,
conoce el sol su ocaso;
20 mandas la oscuridad, y cae la noche:

entonces rondan las fieras de la selva

20 mandas tú las tinieblas, y es la noche,
en ella rebullen todos los animales de la selva,
21 y los cachorros rugen por la presa,

pidiendo a Dios su alimento.

21 los leoncillos rugen por la presa,
y su alimento a Dios reclaman.
22 Haces brillar el sol y se retiran,

van a echarse en sus guardias:

22 Cuando el sol sale, se recogen,
y van a echarse a sus guaridas;
23 entonces sale el hombre a trabajar,

a cumplir su jornada hasta la tarde.

23 el hombre sale a su trabajo,
para hacer su faena hasta la tarde.
24 ¡Qué variadas son tus obras, Señor!

¡Todo lo hiciste con sabiduría,

la tierra está llena de tus criaturas!

24 ¡Cuán numerosas tus obras, Yahveh!
Todas las has hecho con sabiduría,
de tus criaturas está llena la tierra.
25 Allí está el mar, grande y dilatado,

donde se agitan, en número incontable,

animales grandes y pequeños.

25 Ahí está el mar, grande y de amplios brazos,
y en él el hervidero innumerable
de animales, grandes y pequeños;
26 Por él transitan las naves, y ese Leviatán

que tú formaste para jugar con él

26 por allí circulan los navíos,
y Leviatán que tú formaste para jugar con él.
27 Todos esperan de ti

que les des la comida a su tiempo:

27 Todos ellos de ti están esperando
que les des a su tiempo su alimento;
28 se la das, y ellos la recogen;

abres tu mano, y quedan saciados.

28 tú se lo das y ellos lo toman,
abres tu mano y se sacian de bienes.
29 Si escondes tu rostro, se espantan;

si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo.

29 Escondes tu rostro y se anonadan,
les retiras su soplo, y expiran
y a su polvo retornan.
30 Si envías tu aliento, son creados,

y renuevas la superficie de la tierra.

30 Envías tu soplo y son creados,
y renuevas la faz de la tierra.
31 ¡Gloria al Señor para siempre,

alégrese el Señor por sus obras!

31 ¡Sea por siempre la gloria de Yahveh,
en sus obras Yahveh se regocije!
32 El mira, y la tierra se estremece;

toca las montañas, y echan humo.

32 El que mira a la tierra y ella tiembla,
toca los montes y echan humo.
33 Cantaré al Señor toda mi vida;

mientras yo exista, celebraré a mi Dios:

33 A Yahveh mientras viva he de cantar,
mientras exista salmodiaré para mi Dios.
34 que mi canto le sea agradable,

y yo me alegraré en el Señor.

34 ¡Oh, que mi poema le complazca!
Yo en Yahveh tengo mi gozo.
35 Que los pecadores desaparezcan de la tierra

y los malvados ya no existan más.

¡Bendice al Señor, alma mía!

¡Aleluya!
35 ¡Que se acaben los pecadores en la tierra,
y ya no más existan los impíos!
¡Bendice a Yahveh, alma mía!