Scrutatio

Domenica, 5 maggio 2024 - Beato Nunzio Sulprizio ( Letture di oggi)

Jueces 5


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Aquel día, Débora y Baraq, hijo de Abinoam, entonaron este cántico:1 Aquel día, Débora y Barac entonaron este canto:
2 Al soltarse en Israel la cabellera, cuando el pueblo se ofrece voluntario, ¡bendecid a Yahveh!2 «Porque en Israel van con los cabellos sueltos, porque el pueblo se ofreció voluntariamente, ¡bendigan al Señor!
3 ¡Escuchad, reyes! ¡Prestad oídos, príncipes! yo a Yahveh, yo voy a cantar. tocaré el salterio para Yahveh, Dios de Israel.3 ¡Escuchen, reyes! ¡Presten oído, príncipes! Yo voy a cantar, voy a cantar al Señor, celebraré al Señor, el Dios de Israel.
4 Cuando saliste de Seír, Yahveh, cuando avanzaste por los campos de Edom, tembló la tierra, gotearon los cielos, las nubes en agua se fundieron.4 Señor, cuando tú saliste de Seír, cuando avanzabas desde las estepas de Edom, tembló la tierra, fluyeron los cielos, y hasta las nubes se deshicieron en torrentes;
5 Los montes se licuaron delante de Yahveh, el del Sinaí, delante de Yahveh, el Dios de Israel.5 se diluyeron las montañas, delante del Señor –el del Sinaí– delante del Señor, el Dios de Israel.
6 En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Yael, no había caravanas; los que hollaban calzadas marchaban por senderos desviados,6 En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Jael, estaban desiertos los caminos; los que antes iban por los senderos tomaban por sendas desviadas.
7 Vacíos en Israel quedaron los problados, vacíos hasta tu despertar, oh Débora, hasta tu despertar, oh madre de Israel.7 Ya no había más jefes, no había ni uno solo en Israel, hasta que te levantaste tú, Débora, hasta que te levantaste tú, madre en Israel.
8 Se elegían dioses nuevos; por entonces la guerra en las puertas; ni un escudo se ve ni una lanza para 40.000 en Israel!8 La gente elegía dioses nuevos, la guerra ya estaba a las puertas; no se veía ni un escudo ni una lanza entre cuarenta mil hombres de Israel.
9 Mi corazón con los jefes de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendecid a Yahveh!9 Mi corazón está con los caudillos de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendigan al Señor!
10 Los que cabalgáis en blancas asnas, los que os sentáis sobre tapices, los que vais por el camino, cantad,10 Ustedes, los que cabalgan en asnas blancas, montados sobre tapices, y los que marchan por el camino, ¡atiendan bien!
11 al clamor de los repartidores junto a los abrevaderos. Allí se cantan los favores de Yahveh, los favores a sus poblados de Israel. (Entonces el pueblo de Yahveh bajó a las puertas).11 ¡Escuchen a los arqueros junto a los pozos de agua! Allí se narran los actos de justicia del Señor, las gestas de su dominio en Israel, cuando el pueblo del Señor bajó a las Puertas.
12 Despierta, Débora, despierta! ¡Despierta, despierta, entona un cantar! ¡Animo! ¡Arriba, Baraq! ¡Apresa a los que te apresaron, hijo de Abinoam!12 ¡Despierta, Débora, despierta! ¡Sí, despierta, entona un canto! ¡Arriba, Barac, llévate a tus cautivos, hijo de Abinóam!
13 Entonces Israel bajó a las puertas, el pueblo de Yahveh bajó por él, como un héroe.13 Entonces bajó el resto de los nobles, el pueblo del Señor bajó en mi defensa con los héroes.
14 Los principales de Efraím en el valle. Detrás de ti Benjamín entre tu gente. De Makir han bajado capitanes, de Zabulón los que manejan cetro.14 Lo mejor de Efraím está en el valle, detrás de ti va Benjamín, entre tus tropas. De Maquir bajaron los caudillos, y de Zabulón, los que empuñan el bastón de mando.
15 Los jefes de Isacar están con Débora, y Neftalí, con Baraq, en la llanura, lanzado tras sus huellas. En los arroyos de Rubén, magnánimas decisiones.15 Los príncipes de Isacar están con Débora: sí, Isacar, firme junto a Barac, se lanza tras sus pasos en el valle.
16 ¿Por qué te has quedado en los corrales, escuchando silbidos entre los rebaños? (En los arroyos de Rubén, magnánimas decisiones.)16 ¿Por qué estás sentado entre los corrales, oyendo los silbidos de los que arrean los rebaños? Junto a los arroyos de Rubén se hacen muchas indagaciones.
17 Allende el Jordán, Galaad se queda, y Dan, ¿por qué vive en naves extranjeras? Aser se ha quedado a orillas del mar, tranquilo en sus puertos mora.17 Galaad ve tranquilo al otro lado del Jordán y Dan ¿por qué se queda en las naves? Aser habita a la orilla del mas y vive tranquilo en sus embarcaderos.
18 Zabulón es un pueblo que reta a la muerte, y Neftalí, en las alturas del país.18 Zabulón es un pueblo que desafía la muerte, igual que Neftalí, sobre las alturas del campo.
19 Vinieron los reyes, combatieron, entonces combatieron los reyes de Canaán, en Tanak, en las aguas de Meguiddó, mas sin lograr botín de plata.19 Llegaron los reyes al combate: entonces combatieron los reyes de Canaán, en Taanac, junto a las aguas de Meguido, pero no recogieron plata como botín.
20 Desde los cielos lucharon las estrellas, desde sus órbitas lucharon contra Sísara.20 Desde el cielo combatieron las estrellas, desde sus órbitas combatieron contra Sísara.
21 El torrente Quisón barriólos, ¡el viejo torrente, el torrente Quisón! ¡Avanza, alma mía, con denuedo!21 ¡El torrente Quisón los arrastró, el antiguo torrente, el torrente Quisón! ¡Avanza, alma mía, con denuedo!
22 Cascos de caballos sacuden el suelo: ¡galopan, galopan sus corceles!22 Los cascos de los caballos martillaron el suelo, al galope, al galope de sus corceles.
23 Maldecid a Meroz, dice el Angel de Yahveh, maldecid, maldecid a sus moradores: pues no vinieron en ayuda de Yahveh, en ayuda de Yahveh como los héroes.23 ¡Maldigan a Meroz, dice el Angel del Señor, sí, maldigan a sus habitantes! Porque no acudieron en auxilio del Señor, en auxilio del Señor, junto a los héroes.
24 ¡Bendita entre las mujeres Yael (la mujer de Jéber el quenita), entre las mujeres que habitan en tiendas, bendita sea!24 ¡Bendita entre las mujeres sea Jael, la mujer de Jéber, el quenita! ¡Bendita entre las mujeres que habitan en carpas!
25 Pedía agua, le dio leche, en la copa de los nobles le sirvió nata.25 Sísara pidió agua, ella le dio leche, le ofreció cuajada en taza de príncipe
26 Tendió su mano a la clavija, la diestra al martillo de los carpinteros. Hirió a Sísara, le partió la cabeza, le golpeó y le partió la sien;26 Extendió su mano hacia la estaca, y su derecha, hacia el martillo de los trabajadores; martilló a Sísara, le partió la cabeza, le machacó y le atravesó la sien.
27 a sus pies se desplomó, cayó, durmió, a sus pies se desplomó, cayó; donde se desplomó, allí cayó, deshecho.27 El se desplomó a sus pies, cayó y quedó tendido; se desplomó, cayó a sus pies, allí donde se desplomó, yace aniquilado.
28 A la ventana se asoma y atisba la madre de Sísara, por las celosías: «¿Por qué tarda en llegar su carro? ¿por qué se retrasa el galopar de su carroza?28 La madre de Sísara se asoma por la ventana, a través del enrejado, y se lamenta: «¿Por qué tarda en llegar su carro? ¿Por qué se han retrasado sus carros de combate?»
29 La más discreta de sus princesas le responde; ella se lo repite a sí misma:29 La más sagaz de sus princesas le responde, y ella misma se repite estas palabras:
30 ¡«Será que han cogido botín y lo reparten: una doncella, dos doncellas para cada guerrero; botín de paños de colores para Sísara, botín de paños de colores; un manto, dos mantos bordados para mi cuello!»30 «Seguro que están recogiendo y repartiendo el botín; una cautiva, dos cautivas para cada guerrero, paños de colores como botín para Sísara, una tela, dos telas recamadas para mi cuello».
31 ¡Así perezcan todos tus enemigos, oh Yahveh! ¡Y sean los que te aman como el salir del sol con todo su fulgor! Y el país quedó tranquilo cuarenta años.31 ¡Qué así desaparezcan todos tus enemigos, Señor, y los que te aman sean como el sol cuando despunta con toda su fuerza!». Y hubo paz en el país durante cuarenta años.