Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Jueces 3


font

1Estos son los pueblos que Yahveh dejó subsistir para probar con ellos a Israel, a cuantos no habían conocido ninguna de las guerras de Canaán.2(Era sólo para que aprendieran las generaciones de los hijos de Israel, para enseñarles el arte de la guerra; por lo menos los que antes no lo habían conocido):3los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los hititas que vivían en el monte Líbano, desde la montaña de Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.4Sirvieron para probar con ellos a Israel, a ver si guardaban los mandamientos que Yahveh había prescrito a sus padres por medio de Moisés.5Y los israelitas habitaron en medio de los cananeos, hititas, amorreos, perizitas, jivitas y jebuseos;6se casaron con sus hijas, dieron sus propias hijas a los hijos de aquellos y sirvieron a sus dioses.7Los israelitas hicieron lo que desagradaba a Yahveh. Se olvidaron de Yahveh su Dios y sirvieron a los Baales y a las Aserás.8Se encendió la ira de Yahveh contra Israel y los dejó a merced de Kusán Riseatáyim, rey de Edom, y los israelitas sirvieron a Kusán Riseatáyim durante ocho años.9Los israelitas clamaron a Yahveh y Yahveh suscitó a los israelitas un libertador que los salvó: Otniel, hijo de Quenaz y hermano menor de Caleb.10El espíritu de Yahveh vino sobre él, fue juez de Israel y salió a la guerra. Yahveh puso en sus manos a Kusán Riseatáyim, rey de Edom y triumfó sobre Kusán Riseatáyim.11El país quedó tranquilo cuarenta años. Y murió Otniel, hijo de Quenaz.12Los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Yahveh; y Yahveh fortaleció a Eglón, rey de Moab, por encima de Israel, porque hacían lo que desagradaba a Yahveh.13A Eglón se le juntaron los hijos de Ammón y de Amalec; salió y derrotó a Israel, y tomó la ciudad de las Palmeras.14Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, dieciocho años.15Entonces los israelitas clamaron a Yahveh y Yahveh les suscitó un libertador: Ehúd, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas le encargaron de llevar el tributo a Eglón, rey de Moab.16Ehúd se hizo un puñal de dos filos, de un codo de largo, se lo ciño debajo de la ropa sobre el muslo derecho,17y presentó el tributo a Eglón, rey de Moab. Eglón era un hombre muy obeso.18En cuanto terminó de presentar el tributo, Ehúd mandó marchar a la gente que había llevado el tributo;19pero él, al llegar a los Idolos que hay en la región de Guilgal, volvió otra vez y dijo: «Tengo un mensaje secreto para ti ¡oh rey!» El rey respondió: ¡Silencio!» y salieron de su presencia todos los que estaban con él.20Ehúd se le acercó . El rey estaba sentado en su galería fresca particular. Ehúd le dijo: «Tengo una palabra de Dios para tí». El rey se levantó de su silla.21Ehúd alargó su mano izquierda, cogió el puñal de su cadera derecha y se lo hundió en el vientre.22Detrás de la hoja entró incluso el mango, y la grasa se cerró sobre la hoja, pues Ehúd no le sacó el puñal del vientre. Luego escapó por la ventana.23Ehúd salió por el pórtico; había cerrado tras de sí las puertas de la galería y echado el cerrojo.24Después que se fue, llegaron los criados y vieron que las puertas de la galería tenían echado el cerrojo. Y se dijeron para sí: «Sin duda se está cubriendo los pies en el aposento de la galería fresca».25Estuvieron esperando hasta quedar desconcertados, porque no acababan de abrirse las puertas de la galería. Cogieron la llave y abrieron. Su amo yacía en tierra, muerto.26Mientras esperaban, Ehúd había huido: había pasado los Idolos y se había puesto a salvo en Hasseirá.27En cuanto llegó tocó el cuerno en la montaña de Efraím y los israelitas bajaron con él de la montaña. El se puso al frente de ellos,28y les dijo: «Seguidme, porque Yahveh ha entregado a Moab, vuestro enemigo, en vuestras manos». Bajaron tras él, cortaron a Moab los vados del Jordán y no dejaron pasar a nadie.29Derrotaron en aquella ocasión a los de Moab; eran unos 10.000 hombres, todos fuertes y valientes, y no escapó ni uno.30Aquél día fue humillado Moab bajo la mano de Israel, y el país quedó tranquilo ochenta años.31Después de él vino Samgar, hijo de Anat. Derrotó a los filisteos, que eran seiscientos hombres, con una aguijada de bueyes; él también salvó a Israel.