Scrutatio

Giovedi, 25 aprile 2024 - San Marco ( Letture di oggi)

1 Juan 2


font

1Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.2El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.3En esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos.4Quien dice: «Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él.5Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.6Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él.7Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la Palabra que habéis escuchado.8Y sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo - lo cual es verdadero en él y en vosotros - pues las tinieblas pasan y la luz verdadera brilla ya.9Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas.10Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.11Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.12Os escribo a vosotros, hijos míos, porque se os han perdonado los pecados por su nombre.13Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno.14Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os he escrito, jóvenes, porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno.15No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él.16Puesto que todo lo que hay en el mundo - la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las riquezas - no viene del Padre, sino del mundo.17El mundo y sus concupiscencias pasan; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre.18Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora.19Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros.20En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo y todos vosotros lo sabéis.21Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira viene de la verdad.22¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.23Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre.24En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre,25y esta es la promesa que él mismo os hizo: la vida eterna.26Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros.27Y en cuanto a vosotros, la unción que de El habéis recibido permanece en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas - y es verdadera y no mentirosa - según os enseñó, permaneced el él.28Y ahora, hijos míos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su Venida.29Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él.