Scrutatio

Mercoledi, 1 maggio 2024 - San Giuseppe Lavoratore ( Letture di oggi)

Santiago 3


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 No os hagáis maestros muchos de vosotros, hermanos míos, sabiendo que nosotros tendremos un juicio más servero,1 Hermanos, que no haya mucho entre ustedes que pretendan ser maestros, sabiendo que los que enseñamos seremos juzgados más severamente,
2 pues todos caemos muchas veces. Si alguno no cae hablando, es un hombre perfecto, capaz de poner freno a todo su cuerpo.2 porque todos faltamos de muchas maneras. Si alguien no falta con palabras es un hombre perfecto, porque es capaz de dominar toda su persona.
3 Si ponemos a los caballos frenos en la boca para que nos obedezcan, dirigimos así todo su cuerpo.3 Cuando ponemos un freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dominamos todo su cuerpo.
4 Mirad también las naves: aunque sean grandes y vientos impetuosos las empujen, son dirigidas por un pequeño timón adonde la voluntad del piloto quiere.4 Lo mismo sucede con los barcos: por grandes que sean y a pesar de la violencia de los vientos, mediante un pequeño timón, son dirigidos adonde quiere el piloto.
5 Así también la lengua es un miembro pequeño y puede gloriarse de grandes cosas. Mirad qué pequeño fuego abrasa un bosque tan grande.5 De la misma manera, la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, puede jactarse de hacer grandes cosas. Miren cómo una pequeña llama basta para incendiar un gran bosque.
6 Y la lengua es fuego, es un mundo de iniquidad; la lengua, que es uno de nuestros miembros, contamina todo el cuerpo y, encendida por la gehenna, prende fuego a la rueda de la vida desde sus comienzos.6 También la lengua es un fuego: es un mundo de maldad puesto en nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida humana.
7 Toda clase de fieras, aves, reptiles y animales marinos pueden ser domados y de hecho han sido domados por el hombre;7 Animales salvajes y pájaros, reptiles y peces de toda clase, han sido y son dominados por el hombre.
8 en cambio ningún hombre ha podido domar la lengua; es un mal turbulento; está llena de veneno mortífero.8 Por el contrario, nadie puede dominar la lengua, que es un flagelo siempre activo y lleno de veneno mortal.
9 Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios;9 Con ella bendecimos al Señor, nuestro Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios.
10 de una misma boca proceden la bendición y la maldición. Esto, hermanos míos, no debe ser así.10 De la misma boca salen la bendición y la maldición. Pero no debe ser así, hermanos.
11 ¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga?11 ¿Acaso brota el agua dulce y la amarga de una misma fuente?
12 ¿Acaso, hermanos míos, puede la higuera producir aceitunas y la vid higos? Tampoco el agua salada puede producir agua dulce.12 ¿Acaso, hermanos, una higuera puede producir aceitunas, o higos una vid? Tampoco el mar puede producir agua dulce.
13 ¿Hay entre vosotros quien tenga sabiduría o experiencia? Que muestre por su buena conducta las obras hechas con la dulzura de la sabiduría.13 El que se tenga por sabio y prudente, demuestre con su buena conducta que sus actos tienen la sencillez propia de la sabiduría.
14 Pero si tenéis en vuestro corazón amarga envidia y espíritu de contienda, no os jactéis ni mintáis contra la verdad.14 Pero si ustedes están dominados por la rivalidad y por el espíritu de discordia, no se vanagloríen ni falten a la verdad.
15 Tal sabiduría no desciende de lo alto, sino que es terrena, natural, demoníaca.15 Semejante sabiduría no desciende de lo alto sino que es terrena, sensual y demoníaca.
16 Pues donde existen envidias y espíritu de contienda, allí hay desconcierto y toda clase de maldad.16 Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad.
17 En cambio la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, además pacífica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial, sin hipocresía.17 En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera.
18 Frutos de justicia se siembran en la paz para los que procuran la paz.18 Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz.