Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Malaquías 3


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1He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot.2¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero.3Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y serán para Yahveh los que presentan la oblación en justicia.4Entonces será grata a Yahveh la oblación de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño, como en los años antiguos.5Yo me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo expeditivo contra los hechiceros y contra los adúlteros, contra los que juran con mentira, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano, contra los que hacen agravio al forastero sin ningún temor de mí, dice Yahveh Sebaot.6Que yo, Yahveh, no cambio, y vosotros, hijos de Jacob, no termináis nunca.7Desde los días de vuestros padres venís apartándoos de mis preceptos y no los observáis. Volveos a mí y yo me volveré a vosotros, dice Yahveh Sebaot. - Decís: ¿En qué hemos de volver? -8¿Puede un hombre defraudar a Dios? ¡Pues vosotros me defraudáis a mí! - Y aún decís: ¿En qué te hemos defraudado? - En el diezmo y en la ofrenda reservada.9De maldición estáis malditos, porque me defraudáis a mí vosotros, la nación entera.10Llevad el diezmo íntegro a la casa del tesoro, para que haya alimento en mi Casa; y ponedme así a prueba, dice Yahveh Sebaot, a ver si no os abro las esclusas del cielo y no vacío sobre vosotros la bendición hasta que ya no quede,11y no ahuyento de vosotros al devorador, para que no os destruya el fruto del suelo y no se os quede estéril la viña en el campo, dice Yahveh Sebaot.12Todas las naciones os felicitarán entonces, porque seréis una tierra de delicias, dice Yahveh Sebaot.13Duras me resultan vuestras palabras, dice Yahveh. - Y todavía decís: ¿Qué hemos dicho contra ti? -14Habéis dicho: Cosa vana es servir a Dios; ¿qué ganamos con guardar su mandamiento o con andar en duelo ante Yahveh Sebaot?15Más bien, llamamos felices a los arrogantes: aun haciendo el mal prosperan, y aun tentando a Dios escapan libres.16Entonces los que temen a Yahveh se hablaron unos a otros. Y puso atención Yahveh y oyó; y se escribió ante él un libro memorial en favor de los que temen a Yahveh y piensan en su Nombre.17Serán ellos para mí, dice Yahveh Sebaot, en el día que yo preparo, propiedad personal; y yo seré indulgente con ellos como es indulgente un padre con el hijo que le sirve.18Entonces vosotros volveréis a distinguir entre el justo y el impío, entre quien sirve a Dios y quien no le sirve.19Pues he aquí que viene el Día, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que cometen impiedad serán como paja; y los consumirá el Día que viene, dice Yahveh Sebaot, hasta no dejarles raíz ni rama.20Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de justicia con la salud en sus rayos, y saldréis brincando como becerros bien cebados fuera del establo.21Y pisotearéis a los impíos, porque serán ellos ceniza bajo la planta de vuestros pies, el día que yo preparo, dice Yahveh Sebaot.22Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribí en el Horeb preceptos y normas para todo Israel.23He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible.24El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema.