Scrutatio

Giovedi, 25 aprile 2024 - San Marco ( Letture di oggi)

Números 22


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1Luego partieron los israelitas y acamparon en las Estepas de Moab, al otro lado del Jordán, a la altura de Jericó.2Vio Balaq, hijo de Sippor, todo lo que había hecho Israel con los amorreos3y se estremeció Moab ante pueblo, pues era muy numeroso. Tuvo miedo Moab de los israelitas4y dijo a los ancianos de Madián: «Ahora veréis cómo esa multitud va a devastarlo todo a nuestro alrededor, como devasta el buey la hierba del campo.» Balaq, hijo de Sippor, era rey de Moab por aquel tiempo.5Envió mensajeros a buscar a Balaam, hijo de Beor, a Petor del Río, en tierra de los hijos de Ammav, para decirle: «He aquí que el pueblo que ha salido de Egipto ha cubierto la superficie de la tierra y se ha establecido frente a mí.6Ven, pues, por favor, maldíceme a ese pueblo, pues es más fuerte que yo, a ver si puedo vencerle y lo arrojo del país. Pues sé que el que tú bendices queda bendito y el que maldices, maldito.»7Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián, con la paga del vaticinio en sus manos. Llegaron donde Balaam y le dijeron las palabras de Balaq.8El les contestó: «Pasad aquí la noche y os responderé según lo que me diga Yahveh.» Los jefes de Moab se quedaron en casa de Balaam.9Entró Yahveh donde Balaam y le dijo: «¿Qué hombres son ésos que están en tu casa?»10Le respondió Balaam a Dios: «Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab, me ha enviado a decir:11El pueblo que ha salido de Egipto ha cubierto la superficie de la tierra. Ven, pues, maldícemelo, a ver si puedo vencerlo y expulsarlo.»12Pero dijo Dios a Balaam: «No vayas con ellos, no maldigas a ese pueblo porque es bendito.»13Se levantó Balaam de madrugada y dijo a los jefes de Balaq: «Id a vuestra tierra, porque Yahveh no quiere dejarme ir con vosotros.»14Se levantaron, pues, los jefes de Moab, volvieron donde Balaq y le dijeron: «Balaam se ha negado a venir con nosotros.»15Balaq envió otra vez jefes en mayor número y más ilustres que los anteriores.16Fueron donde Balaam y le dijeron: «Así dice Balaq, hijo de Sippor: No rehúses, por favor, venir a mí,17que te recompensaré con grandes honores y haré todo lo que me digas. Ven, por favor, y maldíceme a ese pueblo.»18Respondió Balaam a los siervos de Balaq: «Aunque me diera Balaq su casa llena de plata y oro, no podría traspasar la orden de Yahveh mi Dios en nada, ni poco ni mucho.19Quedaos aquí también vosotros esta noche y averiguaré qué más me dice Yahveh.»20Entró Dios donde Balaam por la noche y le dijo: «¿No han venido esos hombres a llamarte? Levántate y vete con ellos. Pero has de cumplir la palabra que yo te diga.»21Se levantó Balaam de madrugada, aparejó su asna y se fue con los jefes de Moab.22Cuando iba, se encendió la ira de Yahveh y el Ángel de Yahveh se puso en el camino para estorbarle. El montaba la burra y sus dos muchachos iban con él.23La burra vio al Ángel de Yahveh plantado en el camino, la espada desenvainada en la mano. La burra se apartó del camino y se fue a campo traviesa. Balaam pegó a la burra para hacerla volver al camino.24Pero el Ángel de Yahveh se puso en un sendero entre las viñas, con una pared a un lado y otra a otro.25Al ver la burra al Ángel de Yahveh, se arrimó a la pared y raspó el pie de Balaam contra la pared. El le pegó otra vez.26Volvió el Ángel de Yahveh a cambiar de sitio, y se puso en un paso estrecho, donde no había espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.27Vio la burra al Ángel de Yahveh y se echó con Balaam encima. Balaam se enfureció y pegó a la burra con un palo.28Entonces Yahveh abrió la boca de la burra, que dijo a Balaam: «¿qué te he hecho yo para que me pegues con ésta ya tres veces?»29Respondió Balaam a la burra: «Porque te has burlado de mí. Ojalá tuviera una espada en la mano; ahora mismo te mataba.»30Respondió la burra a Balaam: «¿No soy yo tu burra, y me has montado desde siempre hasta el día de hoy? ¿Acaso acostumbro a portarme así contigo?» Respondió él: «No.»31Entonces abrió Yahveh los ojos de Balaam, que vio al Ángel de Yahveh, de pie en el camino, la espada desenvainada en la mano; y se inclinó y postró rostro en tierra.32El Ángel de Yahveh le dijo; «¿Por qué has pegado a tu burra con ésta ya tres veces? He sido yo el que he salido a cerrarte el paso, porque delante de mí se tuerce el camino.33La burra me ha visto y se ha apartado de mí tres veces. Gracias a que se ha desviado, porque si no, para ahora te habría matado y a ella la habría dejado con vida.»34Dijo entonces Balaam al Ángel de Yahveh: «He pecado, pues no sabía que tú te habías puesto en mi camino. Pero ahora mismo, si esto te parece mal, me vuelvo.»35Respondió el Ángel de Yahveh a Balaam: «Vete con esos hombres, pero no dirás nada más que lo que yo te diga.» Balaam marchó con los jefes de Balaq.36Oyó Balaq que llegaba Balaam y salió a su encuentro hacia Ar Moab, en la frontera del Arnón, en los confines del territorio.37Dijo Balaq a Balaam: «¿No te mandé llamar? ¿Por qué no viniste donde mí? ¿Es que no puedo recompensarte?»38Respondió Balaam a Balaq: «Mira que ahora ya he venido donde ti. A ver si puedo decir algo. La palabra que ponga Dios en mi boca es la que diré.»39Marchó Balaam con Balaq y llegaron a Quiryat Jusot.40Sacrificó Balaq una vaca y una oveja y le envió porciones a Balaam y a los jefes que le acompañaban.41A la mañana, tomó Balaq a Balaam y lo hizo subir a Bamot Baal, desde donde se veía un extremo del campamento.