Scrutatio

Martedi, 23 aprile 2024 - San Giorgio ( Letture di oggi)

Joel 2


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1¡Tocad el cuerno en Sión, clamad en mi monte santo! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día de Yahveh, porque está cerca!2¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla! Como la aurora sobre los montes se despliega un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro, ni lo habrá después de él en años de generación en generación.3Delante de él devora el fuego, detrás de él la llama abrasa. Como un jardín de Edén era delante de él la tierra, detrás de él, un desierto desolado. ¡No hay escape ante él!4Aspecto de corceles es su aspecto, como jinetes, así corren.5Como estrépito de carros, por las cimas de los montes saltan, como el crepitar de la llama de fuego que devora hojarasca; ¡como un pueblo poderoso en orden de batalla!6Ante él se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color.7Corren como bravos, como guerreros escalan las murallas; cada uno va por su camino, y no intercambian su ruta.8Nadie tropieza con su vecino, van cada cual por su calzada; a través de los dardos arremeten sin romper la formación.9Sobre la ciudad se precipitan, corren por la muralla, hasta las casas suben, a través de las ventanas entran como ladrones.10¡Ante él tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retraen su fulgor!11Ya da Yahveh la voz delante de su ejército, porque sus batallones son inmensos, porque es fuerte el ejecutor de su palabra, porque es grande el Día de Yahveh, y muy terrible: ¿quién lo soportará?12«Mas ahora todavía - oráculo de Yahveh - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos».13Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahveh vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia.14¡Quién sabe si volverá y se ablandará, y dejará tras sí una bendición, oblación y libación a Yahveh vuestro Dios!15¡Tocad el cuerno en Sión, promulgad un ayuno, llamad a concejo,16congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo.17Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Yahveh, y digan: «¡Perdona, Yahveh, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio a la irrisión de las naciones! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: ¿Dónde está su Dios?»18Y Yahveh se llenó de celo por su tierra, y tuvo piedad de su pueblo.19Respondió Yahveh y dijo a su pueblo: «He aquí que yo os envío grano, mosto y aceite virgen: os hartaréis de ello, y no os entregaré más al oprobio de las naciones.20Al que viene del Norte le alejaré de vosotros, y le echaré hacia una tierra de aridez y desolación: su vanguardia hacia el mar oriental, hacia el mar occidental su retaguardia. Y subirá su hedor, y subirá su fetidez». (¡Porque él hace grandezas!)21No temas, suelo, jubila y regocíjate, porque Yahveh hace grandezas.22No temáis, bestias del campo, porque ya reverdecen los pastizales del desierto, los árboles producen su fruto, la higuera y la vid dan su riqueza.23¡Hijos de Sión, jubilad, alegraos en Yahveh vuestro Dios! Porque él os da la lluvia de otoño, con justa medida, y hace caer para vosotros aguacero de otoño y primavera como antaño.24Las eras se llenarán de trigo puro, de mosto y aceite virgen los lagares rebosarán.25«Yo os compensaré de los años en que os devoraron la langosta y el pulgón, el saltón y la oruga, mi gran ejército, que contra vosotros envié».26Comeréis en abundancia hasta hartaros, y alabaréis el nombre de Yahveh vuestro Dios, que hizo con vosotros maravillas. (¡Mi pueblo no será confundido jamás!)27«Y sabréis que en medio de Israel estoy yo, ¡yo, Yahveh, vuestro Dios, y no hay otro! ¡Y mi pueblo no será confundido jamás!»