Scrutatio

Giovedi, 28 marzo 2024 - San Castore di Tarso ( Letture di oggi)

Lamentaciones 2


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1Alef. ¡Cómo, ay, ha anublado, en su cólera,
el Señor a la hija de Sión!
¡Del cielo a la tierra ha precipitado
el esplendor de Israel,
sin acordarse del estrado de sus pies,
en el día de su cólera!
2Bet. El Señor ha destruido sin piedad
todas las moradas de Jacob;
ha derruido, en su furor,
las fortalezas de la hija de Judá;
por tierra ha echado, ha profanado
al reino y a sus príncipes.
3Guímel. En el ardor de su cólera ha quebrado
todo el vigor de Israel;
ha echado atrás su diestra
de frente al enemigo;
ha prendido en Jacob como fuego llameante
que devora a la redonda.
4Dálet. Ha tensado su arco, igual que un enemigo,
ha afirmado su diestra;
como un adversario ha matado
a todos los que eran encanto de los ojos;
en la tienda de la hija de Sión
ha vertido su furor como fuego.
5He. Se ha portado el Señor como enemigo;
ha destruido a Israel,
ha destruido todos sus palacios,
ha derruido sus fortalezas,
ha acumulado en la hija de Judá
gemidos y gemidos.
6Vau. Ha forzado, como a un huerto, su cerca,
ha derruido su lugar de reunión.
Ha hecho olvidar Yahveh en Sión
solemnidades y sábados;
ha desechado en el ardor de su cólera
a rey y sacerdote.
7Zain. El Señor ha rechazado su altar,
su santuario ha desdeñado;
ha dejado a merced del enemigo
los muros de sus palacios;
¡gritos se dieron en la Casa de Yahveh,
como en día solemne!
8Jet. Yahveh decidió destruir
la muralla de la hija de Sión.
Tiró el cordel, y no retrajo
su mano de arrasar;
ha envuelto en luto antemural y muro,
que a la vez se desmoronan.
9Tet. Sus puertas en tierra se han hundido,
él ha deshecho y roto sus cerrojos;
su rey y sus príncipes están entre las gentes;
¡ya no hay Ley!
Y tampoco sus profetas logran
visiones de Yahveh.
10Yod. En tierra están sentados, en silencio,
los ancianos de la hija de Sión;
se han echado polvo en su cabeza,
se han ceñido de sayal.
Inclinan su cabeza hasta la tierra
las vírgenes de Jerusalén.
11Ya lo alcanzamos, ya lo vemos!»
11Kaf. Se agotan de lágrimas mis ojos,
las entrañas me hierven,
mi hígado por tierra se derrama,
por el desastre de la hija de mi pueblo,
mientras desfallecen niños y lactantes
en las plazas de la ciudad.
12Lámed. Dicen ellos a sus madres:
«¿Dónde hay pan?»,
mientras caen desfallecidos, como víctimas,
en las plazas de la ciudad,
mientras exhalan el espíritu
en el regazo de sus madres.
13Mem. ¿A quién te compararé? ¿A quién te asemejaré,
hija de Jerusalén?
¿Quién te podrá salvar y consolar,
virgen, hija de Sión?
Grande como el mar es tu quebranto:
¿quién te podrá curar?
14Nun. Tus profetas vieron para ti visiones
de falsedad e insipidez.
No revelaron tu culpa,
para cambiar tu suerte.
Oráculos tuvieron para ti
de falacia e ilusión.
15Sámek. Sobre ti baten palmas
todos los que pasan de camino;
silban y menean la cabeza
sobre la hija de Jerusalén.
«¿Esa es la ciudad que llamaban la Hermosa,
la alegría de toda la tierra?»
16Pe. Abren su boca contra ti
todos tus enemigos;
silban y rechinan de dientes,
dicen: «¡Nos la hemos tragado!
¡Ah, éste es el Día que esperábamos!
17Ain. Yahveh ha hecho lo que había resuelto,
ha cumplido su palabra
que había empeñado desde antiguo;
ha destruido sin piedad;
ha hecho alegrarse sobre ti al enemigo,
ha exaltado la frente de tus adversarios.
18Sade. ¡Clama, pues, al Señor,
muralla de la hija de Sión;
deja correr a torrentes tus lágrimas,
durante día y noche;
no te concedas tregua,
no cese la niña de tu ojo!
19Qof. ¡En pie, lanza un grito en la noche,
cuando comienza la ronda;
como agua tu corazón derrama
ante el rostro del Señor,
alza tus manos hacia él
por la vida de tus pequeñuelos
(que de hambre desfallecen
por las esquinas de todas las calles)!
20Res. Mira, Yahveh, y considera:
¿a quién has tratado de esta suerte?
¿Tenían las mujeres que comer sus frutos,
a sus niños de pecho?
¿Tenían que ser asesinados en el santuario del Señor
sacerdote y profeta?
21Sin. Por tierra yacen en las calles
niños y ancianos;
mis vírgenes y mis jóvenes
cayeron a cuchillo;
¡has matado en el día de tu cólera,
has inmolado sin piedad!
22Tau. Como en día solemne congregaste
por todo el ámbito terrores;
no hubo en el día de la ira de Yahveh
fugitivo ni evadido.
Los que yo había criado y mantenido
mi enemigo los exterminó.