Scrutatio

Martedi, 7 maggio 2024 - Santa Flavia ( Letture di oggi)

2 Macabeos 8


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Judas, llamado también Macabeo, y sus compañeros entraban sigilosamente en los pueblos, llamaban a sus hermanos de raza y acogiendo a los que permanecían fieles al judaísmo, llegaron a reunir 6.000 hombres.1 Mientras tanto, Judas Macabeo y sus compañeros, entraban clandestinamente en los pueblos, convocaban a sus familiares y, atrayendo a los que se mantenían fieles al Judaísmo, lograron reunir seis mil hombres.
2 Rogaban al Señor que mirase por aquel pueblo que todos conculcaban; que tuviese piedad del santuario profanado por los hombres impíos;2 Ellos suplicaban al Señor que se dignara mirar a aquel pueblo pisoteado por todos, y se compadeciera del Templo profanado por los impíos.
3 que se compadeciese de la ciudad destruida y a punto de ser arrasada, y que escuchase las voces de la sangre que clamaba a él;3 Le rogaban que se apiadara de la Ciudad, devastada y a punto de ser arrasada, y escuchara la voz de la sangre que clamaba hacia él;
4 que se acordase de la inicua matanza de niños inocentes y de las blasfemias proferidas contra su nombre, y que mostrase su odio al mal.4 que se acordara de la inicua masacre de los niños inocentes y se vengara de las blasfemias proferidas contra su Nombre.
5 Macabeo, con su tropa organizada, fue ya invencible para los gentiles, al haberse cambiado en misericordia la cólera del Señor.5 Una vez que se puso al frente de sus tropas, el Macabeo resultó invencible ante los paganos, porque la ira del Señor se había convertido en misericordia.
6 Llegando de improviso, incendiaba ciudades y pueblos; después de ocupar las posiciones estratégicas, causaba al enemigo grandes pérdidas.6 Atacando por sorpresa, incendiaba ciudades y poblados; ocupaba posiciones estratégicas y derrotaba a numerosos enemigos.
7 Prefería la noche como aliada para tales incursiones. La fama de su valor se extendía por todas partes.7 Aprovechaba sobre todo la noche como aliada para tales incursiones, y por todas partes se extendía la fama de su valor.
8 Al ver Filipo que este hombre progesaba paulatinamente y que sus éxitos eran cada día más frecuentes, escribió a Tolomeo, estratega de Celesiria y Fenicia para que viniese en ayuda de los intereses del rey.8 Al ver Filipo que Judas progresaba cada vez más y sus victorias eran cada día más frecuentes, escribió a Tolomeo, gobernador de Celesiria y Fenicia, para que prestara apoyo a la causa del rey.
9 Este designó enseguida a Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus primeros amigos, y le envió al frente de no menos de 20.000 hombres de todas las naciones para exterminar la raza entera de Judea. Puso a su lado a Gorgias, general con experiencia en lides guerreras.9 Este designó inmediatamente a Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus principales Amigos, y lo envió al frente de no menos de veinte mil hombres de todas las naciones para acabar con toda la población de Judea. A su lado puso a Gorgias, general experimentado en la estrategia militar.
10 Nicanor intentaba, por su parte, saldar con la venta de prisioneros judíos, el tributo de 2.000 talentos que el rey debía a los romanos.10 Nicanor calculaba que, con la venta de los judíos prisioneros, podría pagar el tributo del rey a los romanos, que ascendía a dos mil talentos.
11 Pronto envió a las ciudades marítimas una invitación para que vinieran a comprar esclavos judíos, prometiendo entregar noventa esclavos por un talento sin esperarse el castigo del Todopoderoso que estaba a punto de caer sobre él.11 Por eso envió en seguida un aviso a las ciudades de la costa, invitando a comprar esclavos judíos y prometiendo entregar noventa esclavos por talento, sin imaginarse el castigo que pronto le infligiría el Todopoderoso.
12 Llegó a Judas la noticia de la expedición de Nicanor. Cuando comunicó a los que le acompañaban que el ejército se acercaba,12 El anuncio de la expedición de Nicanor llegó a oídos de Judas. Cuando este comunicó a sus acompañantes que se acercaba al ejército enemigo,
13 los cobardes y desconfiados de la justicia divina, comenzaron a escaparse y alejarse del lugar;13 los cobardes y los que desconfiaban de la justicia de Dios se dispersaron y buscaron refugio en otra parte.
14 los demás vendían todo lo que les quedaba, y pedían al mismo tiempo al Señor que librara a los que el impío Nicanor tenía vendidos aun ante de haberse enfrentado.14 Otros, vendían todo lo que les quedaba, y al mismo tiempo suplicaban al Señor que librara a los que el impío Nicanor ya tenía vendidos antes que comenzara la lucha.
15 Si no por ellos, sí por las alianzas con sus padres y porque invocaban en su favor el venerable y majestuoso Nombre.15 Rogaban al Señor que hiciera esto, si no por ellos mismos, al menos por las Alianzas concedidas a sus padres y porque ellos llevaban su Nombre augusto y lleno de majestad.
16 Después de reunir a los suyos, en número de 6.000, el Macabeo les exhortaba a no dejarse amedrentar por los enemigos y a no temer a la muchedumbre de gentiles que injustamente venían contra ellos, sino a combatir con valor,16 Cuando el Macabeo reunió a sus seguidores, unos seis mil en total, los exhortó a que no se dejaran acobardar por los enemigos ni se amedrentaran ante la inmensa multitud de gente que venía a atacarlos injustamente. Los animó asimismo a que lucharan con entusiasmo,
17 teniendo a la vista el ultraje que inicuamente habían inferido al Lugar Santo, los suplicios infligidos a la ciudad y la abolición de las instituciones ancestrales.17 teniendo bien presente los ultrajes perpetrados contra el Santuario, las violencias contra la Ciudad humillada y la supresión de las costumbres de sus antepasados.
18 «Ellos, les dijo, confían en sus armas y en su audacia; pero nosotros tenemos nuestra confianza puesta en Dios Todopoderoso, que puede abatir con un gesto a los que vienen contra nosotros y al mundo entero».18 «Ellos, les dijo, confían en sus armas y en su audacia, pero nosotros confiamos en el Dios todopoderoso que puede deshacer con un solo gesto no sólo a los que nos atacan, sino también al mundo entero».
19 Les enumeró los auxilios dispensados a sus antecesores, especialmente frente a Senaquerib, cuando perecieron 185.000,19 Luego les enumeró todas las ayudas con que habían sido favorecidos sus antepasados, especialmente en tiempos de Senaquerib, cuando murieron ciento ochenta y cinco mil hombres.
20 y el recibido en Babilonia, en la batalla contra los gálatas, cuando entraron en acción todos los 8.000 judíos junto a los 4.000 macedonios, y cuando los macedonios se hallaban en apuros, los 8.000 derrotaron a 120.000, gracias al auxilio que les llegó del cielo, y se hicieron con un gran botín.20 Les recordó la batalla librada en Babilonia contra los gálatas, cuando ocho mil judíos entraron en acción junto con cuatro mil macedonios. En esa oportunidad, los macedonios se encontraban sin salida y los ocho mil judíos, gracias al exilio recibido del Cielo, derrotaron a ciento veinte mil enemigos y se apoderaron de un gran botín.
21 Después de haberlos enardecido con estas palabras y de haberlos dispuesto a morir por las leyes y por la patria, dividió el ejército en cuatro cuerpos.21 Con estas palabras, los enardeció para la lucha, y los animó a morir por las leyes y por la patria. Luego dividió el ejército en cuatro cuerpos,
22 Puso a sus hermanos, Simón, José y Jonatán, al frente de cada cuerpo, dejando a las órdenes de cada uno 1.500 hombres.22 y puso al frente de cada unidad a sus hermanos Simón, José y Jonatán, con mil quinientos hombres a las órdenes de cada uno.
23 Además mandó a Esdrías que leyera el libro sagrado; luego, dando como consigna «Auxilio de Dios», él mismo al frente del primer cuerpo trabó combate con Nicanor.23 También mandó a Eleazar que leyera en alta voz el Libro sagrado. Y finalmente, dándoles como santo y seña el grito «Auxilio de Dios», se lanzó él mismo a combatir contra Nicanor, al frente del primer cuerpo.
24 Al ponerse el Todopoderoso de su parte en la lucha, dieron muerte a más de 9.000 enemigos, hirieron y mutilaron a la mayor parte del ejército de Nicanor, y a todos los demás los pusieron en fuga.24 Teniendo como aliado al Todopoderoso, mataron a más de nueve mil enemigos, hirieron y dejaron fuera de combate a la mayor parte del ejército de Nicanor y obligaron a huir a todos los demás.
25 Se apoderaron del dinero de los que habían venido a comprarlos. Después de haberlos perseguido bastante tiempo, se volvieron, obligados por la hora,25 También se apoderaron del dinero de los que habían venido a comprarlos, y después de haberlos perseguido bastante tiempo, tuvieron que regresar, apremiados por la hora:
26 pues era víspera del sábado, y por esta causa no continuaron en su persecución.26 como era víspera de sábado, no pudieron continuar la persecución.
27 Una vez que hubieron amontonado las armas y recogido los despojos de los enemigos, comenzaron la celebración del sábado, desbordándose en bendiciones y alabanzas al Señor que en aquel día les había salvado, estableciendo el comienzo de su misericordia.27 Una vez que recogieron las armas y se llevaron los despojos del enemigo, se pusieron a celebrar el sábado, bendiciendo y alabando una y otra vez al Señor, que los había salvado aquel día, concediéndoles así las primicias de su misericordia.
28 Al acabar el sábado, dieron una parte del botín a los que habían sufrido la persecución, así como a las viudas y huérfanos; ellos y sus hijos se repartieron el resto.28 Pasado el sábado, distribuyeron parte del botín entre los damnificados, las viudas y los huérfanos, y se repartieron el resto entre ellos y sus hijos.
29 Hecho esto, en rogativa pública rogaron al Señor misericordioso que se reconciliara del todo con sus siervos.29 Después organizaron rogativas, pidiendo al Señor misericordioso que se reconciliara definitivamente con sus servidores.
30 En su combate con las tropas de Timoteo y Báquides, mataron a éstos más de 20.000 hombres, se adueñaron por completo de altas fortalezas y dividieron el inmenso botín en partes iguales, una para ellos y otra para los que habían sufrido la persecución, los huérfanos y las viudas, así como para los ancianos.30 En un combate contra las tropas de Timoteo y de Báquides, les causaron más de veinte mil bajas y en seguida se apoderaron de fortalezas muy importantes. Luego distribuyeron un cuantioso botín por partes iguales, entre ellos, los damnificados, los huérfanos, las viudas y también los ancianos.
31 Con todo cuidado reunieron las armas capturadas en lugares convenientes y llevaron a Jerusalén el resto de los despojos.31 Recogieron cuidadosamente las armas de los enemigos y las depositaron en lugares estratégicos, llevando a Jerusalén el resto del botín.
32 Mataron al filarca de la escolta de Timoteo, hombre muy impío que había causado mucho pesar a los judíos.32 También mataron al jefe de la escolta de Timoteo, un hombre muy impío que había hecho mucho daño a los judíos.
33 Mientras celebraban la victoria en su patria, quemaron a los que habían incendiado los portones sagrados, así como a Calístenes, que estaban refugiados en una misma casita, y que recibieron así la merecida paga de su impiedad.33 Mientras celebraban la victoria en su patria, quemaron a los que habían incendiado las puertas sagradas, incluido Calístenes, que se había refugiado en una choza. Así él recibió el castigo merecido por su impiedad.
34 Nicanor, tres veces criminal, que había traído a los mil comerciantes para la venta de los judíos,34 En cuanto al perversísimo Nicanor, que había traído miles de mercaderes para la venta de los judíos,
35 con el auxilio del Señor, quedó humillado por los mismos que él despreciaba como los más viles; despojándose de sus galas, como un fugitivo a campo través, buscando la soledad llegó hasta Antioquía con mucha suerte, después del desastre de su ejército.35 quedó humillado con el auxilio del Señor por los mismos que él despreciaba como los más viles. Despojado de sus lujosas vestiduras, solo y errante por los campos como un fugitivo, llegó a Antioquía con mucha más suerte que su ejército, que había sido destruido.
36 El que había pretendido saldar el tributo debido a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, proclamaba que los judíos tenían a Alguien que les defendía, y que los judíos eran invulnerables por el hecho de que seguían las leyes prescritas por Aquél.36 Y el que había pretendido pagar el tributo a los romanos con la venta de prisioneros de Jerusalén, pregonaba que los judíos tenían un Defensor y que eran invulnerables porque seguían las leyes prescritas por él.