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Lunedi, 6 maggio 2024 - San Pietro Nolasco ( Letture di oggi)

2 Crónicas 24


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Siete años tenía Joás cuando empezó a reinar, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre se llamaba Sibía de Berseba.1 Joás tenía siete años cuando inició su reinado, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre se llamaba Sibia, y era de Berseba.
2 Joás hizo lo recto a los ojos de Yahveh durante toda la vida del sacerdote Yehoyadá.2 Joás hizo lo que es recto a los ojos del Señor mientras vivió el sacerdote Iehoiadá,
3 Este le casó con dos mujeres, y engendró hijos e hijas.3 Este lo hizo casar con dos mujeres, y él tuvo hijos e hijas.
4 Después de esto resolvió Joás restaurar la Casa de Yahveh.4 Después de esto, Joás resolvió restaurar la Casa del Señor.
5 Reunió a los sacerdotes y a los levitas y les dijo: «Recorred las ciudades de Judá y juntad cada año plata en todo Israel para reparar la Casa de vuestro Dios; y daos prisa en ello». Pero los levitas no se dieron prisa.5 Reunió a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo: «Salgan todos los años por las ciudades de Judá, y recojan dinero de todo Israel para restaurar la Casa de nuestro Dios. Háganlo lo antes posible». Pero los levitas no se apresuraron a hacerlo.
6 Llamó entonces el rey a Yehoyadá, sumo sacerdote, y le dijo: «¿Por qué no has tenido cuidado de que los levitas trajesen de Judá y de Jerusalén la contribución que Moisés, siervo de Yahveh, y la asamblea de Israel prescribieron para la Tienda del Testimonio?»6 Entonces el rey llamó al Sumo Sacerdote Iehoiadá y le preguntó: «¿Por qué no les has insistido a los levitas para que traigan de Judá y de Jerusalén las contribuciones que Moisés, el servidores de Dios, y la asamblea de Israel prescribieron para la Carpa del Testimonio?
7 Pues la impía Atalía y sus hijos habían arruinado la Casa de Dios, llegando incluso a emplear para los Baales todas las cosas consagradas a la Casa de Yahveh.7 Porque Atalía, la impiedad en persona, y sus secuaces han dejado deteriorar la Casa de Dios, y han destinado al culto de los Baales las ofrendas consagradas a la Casa del Señor».
8 Mandó, pues, el rey que se hiciera un cofre, que fue colocado junto a la puerta de la Casa de Yahveh, por la parte exterior;8 Entonces el rey ordenó que se hiciera un cofre y se lo colocara junto a la puerta de la casa del Señor, en la parte exterior;
9 y echaron bando en Judá y en Jerusalén de que trajesen a Yahveh la contribución que Moisés, siervo de Dios, había impuesto a Israel en el desierto.9 y se proclamó en Judá y en Jerusalén que trajeran al Señor la contribución que Moisés, el servidor de Dios, había impuesto a Israel en el desierto.
10 Todos los jefes y todo el pueblo se alegraron; y traían la contribución y la echaban en el cofre hasta que se llenaba.10 Todos los jefes y el pueblo se alegraron, y traían sus ofrendas y las echaban en el cofre hasta que se llenaba.
11 Cuando llevaban el cofre a los inspectores del rey, por medio de los levitas, si veían que había mucho dinero, venía el secretario del rey y el inspector del sumo sacerdote para vaciar el cofre; luego, lo tomaban y lo volvían a su lugar. Así lo hacían cada vez, y recogían dinero en abundancia.11 Cuando era el momento de llevar el cofre a la administración real por medio de los levitas, si veían que había mucho dinero venía el secretario del rey y el inspector del Sumo Sacerdote, vaciaban el cofre para retirar el dinero y luego lo volvían a colocar en su lugar. Así se hacía cada día, y se reunía mucho dinero.
12 El rey y Yehoyadá se lo daban a los encargados de las obras del servicio de la Casa de Yahveh, y éstos tomaban a sueldo canteros y carpinteros para restaurar la Casa de Yahveh, y también a los que trabajaban en hierro y bronce, para reparar la Casa de Yahveh.12 El rey y Iehoiadá se lo entregaban a los encargados de las obras de la Casa del Señor, y también herreros y fundidores de bronce para repararla.
13 Trabajaron, pues, los encargados de la obra, y con sus trabajos adelantaron las reparaciones del edificio; restituyeron la Casa de Dios a su primer estado y la consolidaron.13 Cuando los obreros pusieron manos a la obra, el trabajo fue progresando hasta que la Casa de Dios quedó restaurada y consolidada.
14 Acabado el trabajo, entregaron al rey y a Yehoyadá el resto del dinero, con el cual hicieron objetos para la Casa de Yahveh, utensilios para el ministerio y para los holocaustos, vasos y objetos de oro y plata. Durante toda la vida de Yehoyadá se ofrecieron siempre holocaustos en la Casa de Yahveh.14 Y una vez terminada la obra, trajeron el resto del dinero al rey y a Iehoiadá, a fin de que se fabricaran utensilios para la Casa del Señor: recipientes para el uso litúrgico y para los holocaustos, vasos y objetos de oro y plata. Mientras vivió Iehoiadá se ofrecieron continuamente holocaustos en la Casa del Señor.
15 Envejeció Yehoyadá, y murió colmado de días. Tenía 130 años cuando murió.15 Iehoiadá envejeció y murió colmado de días, cuando tenía ciento treinta años.
16 Le sepultaron en la Ciudad de David, con los reyes, porque había hecho el bien en Israel, con Dios y con su Casa.16 Lo sepultaron junto a los reyes, en la Ciudad de David, porque había obrado bien en Israel en lo que respecta a Dios y a su Casa.
17 Después de la muerte de Yehoyadá vinieron los jefes de Judá a postrarse delante del rey, y entonces el rey les prestó oído.17 Después de la muerte de Iehoiadá, los jefes de Judá fueron a postrarse delante del rey, y este se dejó llevar por sus palabras.
18 Abandonaron la Casa de Yahveh, el Dios de sus padres, y sirvieron a los cipos y a los ídolos; la cólera estalló contra Judá y Jerusalén a causa de esta culpa suya.18 Entonces abandonaron la Casa del Señor, el Dios de sus padres, y rindieron culto a los postes sagrados y a los ídolos. Por este pecado, se desató la indignación del Señor contra Judá y Jerusalén.
19 Yahveh les envió profetas que dieron testimonio contra ellos para que se convirtiesen a él, pero no les prestaron oído.19 Les envió profetas que dieron testimonio contra ellos, para que se convirtieran al Señor, pero no quisieron escucharlos.
20 Entonces el espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá que, presentándose delante del pueblo, les dijo: «Así dice Dios: ¿Por qué traspasáis los mandamientos de Yahveh? No tendréis éxito; pues por haber abandonado a Yahveh, él os abandonará a vosotros».20 El espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Iehoiadá, y este se presentó delante del pueblo y les dijo: «Así habla Dios: ¿Por qué quebrantan los mandamientos del Señor? Así no conseguirán nada. ¡Por haber abandonado al Señor, él los abandonará a ustedes!».
21 Mas ellos conspiraron contra él, y por mandato del rey le apedrearon en el atrio de la Casa de Yahveh.21 Ellos se confabularon contra él, y por orden del rey lo apedrearon en el atrio de la Casa del Señor.
22 Pues el rey Joás no se acordó del amor que le había tenido Yehoyadá, padre de Zacarías, sino que mató a su hijo, que exclamó al morir: «¡Véalo Yahveh y exija cuentas!»22 El rey Joás no se acordó de la fidelidad que le había profesado Iehoiadá, padre de Zacarías, e hizo matar a su hijo, el cual exclamó al morir: «¡Que el Señor vea esto y les pida cuenta!».
23 A la vuelta de un año subió contra Joás el ejército de los arameos, que invadieron Judá y Jerusalén, mataron de entre la población a todos los jefes del pueblo, y enviaron todo el botín al rey de Damasco,23 Al comenzar el año, el ejército de los arameos subió a combatir contra Joás. Invadieron Judá y Jerusalén, ejecutaron a todos los jefes que había en el pueblo, y enviaron el botín al rey de Damasco.
24 pues aunque el ejército de los arameos había venido con poca gente, Yahveh entregó en sus manos a un ejército muy grande; porque habían abandonado a Yahveh, el Dios de sus padres. De este modo los arameos hicieron justicia con Joás.24 Aunque el ejército de Aram había venido con pocos hombres, el Señor entregó en sus manos a un ejército mucho más numeroso, por haberlo abandonado a él, el Dios de sus padres. De esta manera, los arameos hicieron justicia con Joás,
25 Y cuando se alejaron de él, dejándole gravemente enfermo, se conjuraron contra él sus servidores, por la sangre del hijo del sacerdote Yehoyadá, le mataron en su lecho y murió. Le sepultaron en la Ciudad de David, pero no le sepultaron en los sepulcros de los reyes.25 y cuando se fueron, lo dejaron gravemente enfermo. Sus servidores tramaron una conspiración contra él para vengar la sangre del hijo del sacerdote Iehoiadá, y lo mataron cuando estaba en su lecho. Así murió, y fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el sepulcro de los reyes.
26 Los que conspiraron contra él fueron Zabad, hijo de Simat la ammonita, y Yehozabad, hijo de Simrit la moabita.26 Los conjurados fueron Zabad, hijo de Simat, la monita, y Jozabad, hijo de Simrit, la moabita.
27 Lo tocante a sus hijos, la gran cantidad de impuestos que percibió y la restauración de la Casa de Dios, se halla escrito en el midrás del libro de los reyes. En su lugar reinó su hijo Amasías.27 Todo lo que se refiere a sus hijos, a los numerosos oráculos pronunciados contra él y a la restauración de la Casa de Dios, está escrito en el Comentario al libro de los Reyes. Su hijo Amasías reinó en lugar de él.