Scrutatio

Sabato, 20 aprile 2024 - Beata Chiara Bosatta ( Letture di oggi)

2 Crónicas 18


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1Josafat tuvo grandes riquezas y honores; emparentó con Ajab,2y al cabo de algunos años bajó a visitarle a Samaría. Ajab sacrificó gran número de ovejas y de bueyes para él y la gente que le acompañaba; y le incitó a que subiese con él contra Ramot de Galaad.3Dijo Ajab, rey de Israel, a Josafat, rey de Judá: «¿Quieres venir conmigo a Ramot de Galaad?» Le contestó: «Yo soy como tú, y tu pueblo como mi pueblo; contigo estaremos en la batalla».4Pero Josafat dijo al rey de Israel: «Consulta antes, por favor, la palabra de Yahveh».5El rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: «¿Debo atacar a Ramot de Galaad o debo desistir?» Le respondieron: «Sube, porque Dios la entregará en manos del rey.6Pero Josafat dijo: «¿No hay aquí algún otro profeta de Yahveh a quien podamos consultar?»7Respondió el rey de Israel a Josafat: «Queda todavía un hombre por quien podríamos consultar a Yahveh, pero yo le aborrezco, pues nunca me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Yimlá». A lo que respondió Josafat: «No hable el rey así».8Llamó el rey de Israel a un eunuco y le dijo: «Trae enseguida a Miqueas, hijo de Yimlá».9El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada cual en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, mientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos.10Sedecías, hijo de Kenaaná, se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: «Así dice Yahveh: Con estos acornearás a Aram hasta acabar con ellos.11Y todos los profetas profetizaban del mismo modo diciendo: «¡Sube contra Ramot de Galaad! Tendrás éxito. Yahveh la entregará en manos del rey».12El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le habló diciendo: «Mira que los profetas a una voz predicen el bien al rey, procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien».13Respondió Miqueas “«¡Vive Yahveh, que lo que mi Dios me diga, eso anunciaré!»14Llegó donde el rey; y el rey le dijo: «Miqueas, ¿debemos subir a Ramot de Galaad para atacarla, o debo desistir?» Le respondió: «Subid, tendréis éxito. Serán entregados en vuestras manos».15Pero el rey le dijo: «¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más que la verdad en nombre de Yahveh?»16Entonces él dijo: «He visto todo Israel disperso por los montes, como ovejas sin pastor; Yahveh ha dicho: No tienen señor; que vuelvan en paz cada cual a su casa».17El rey de Israel dijo a Josafat: «¿No te dije que nunca me anuncia el bien sino el mal?»18Miqueas entonces dijo: «Escuchad, pues, la palabra de Yahveh: He visto a Yahveh sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su derecha y a su izquierda.19Preguntó Yahveh: “¿Quién engañará a Ajab, rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?” Y el uno decía una cosa y el otro otra.20Entonces se adelantó el Espíritu, se puso ante Yahveh y dijo: “Yo le engañaré” Le preguntó Yahveh: “¿De qué modo?”21Respondió: “Iré y me haré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas.” Y Yahveh dijo: “Tú conseguirás engañarle. Vete y hazlo así”22Ahora, pues, Yahveh ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, pues Yahveh ha predicho el mal contra ti».23Se acercó entonces Sedecías, hijo de Kenaaná, y dio una bofetada a Miqueas en la mejilla, diciendo: «¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Yahveh para hablarte a ti?».24Miqueas replicó: «Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de aposento en aposento».25El rey de Israel dijo: «Prended a Miqueas y llevádselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey;26y les diréis: “Así habla el rey: Meted a éste en la carcel y racionadle el pan y el agua hasta que yo vuelva victorioso.”»27Miqueas dijo: «Si es que vuelves victorioso, no ha hablado Yahveh por mí».28El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de Galaad.29El rey de Israel dijo a Josafat: «Yo voy a disfrazarme para entrar en combate, mientras que tú te pondrás tus vestidos». El rey de Israel se disfrazó, y así entraron en la batalla.30Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de sus carros: «No ataquéis ni a chicos ni a grandes, sino tan sólo al rey de Israel».31Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Seguro que es el rey de Israel», y le rodearon para cargar sobre él. Pero Josafat gritó y Yahveh le socorrió, alejándolos Dios de él.32Viendo los jefes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.33Entonces un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las placas de la coraza; el rey dijo al auriga: «Da la vuelta y sácame de la batalla, porque me siento mal».34Pero arreció aquel día la batalla, y el rey de Israel fue sostenido en pie en su carro frente a los arameos hasta la tarde; y a la caída del sol murió.