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Giovedi, 2 maggio 2024 - Sant´ Atanasio ( Letture di oggi)

1 Reyes 22


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Trascurrieron tres años sin guerra entre Aram e Israel.1 Durante tres años, no hubo guerra entre Aram e Israel.
2 Al tercer año bajó Josafat, rey de Judá, donde el rey de Israel,2 Al tercer año, Josafat, rey de Judá, bajó a visitar al rey de Israel.
3 y el rey de Israel dijo a sus servidores: «Vosotros sabéis que Ramot de Galaad nos pertenece y no hacemos nada por rescatarla de manos del rey de Aram».3 Este dijo a sus servidores: «Ustedes saben bien que Ramot de Galaad nos pertenece. Sin embargo, nosotros no hacemos nada para quitársela al rey de Aram».
4 Dijo a Josafat: «¿Quieres venir conmigo para atacar a Ramot de Galaad?» Josafat respondió al rey de Israel: «Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos».4 Luego preguntó a Josafat: «¿Irías conmigo a combatir a Ramot de Galaad?». Josafat respondió al rey de Israel: «Cuenta conmigo como contigo mismo, con mi gente como con la tuya, con mis caballos como con los tuyos».
5 Josafat dijo al rey de Israel: «Consulta antes, por favor, la palabra de Yahveh».5 Pero añadió: «Consulta primero la palabra del Señor».
6 El rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: «¿Debo atacar a Ramot de Galaad, o debo desistir?» Le respondieron: «Sube, porque Yahveh la entregará en manos del rey».6 El rey de Israel reunió a los profetas, unos cuatrocientos hombres, y les preguntó: «¿Puedo ir a combatir contra Ramot de Galaad, o debo desistir?». Ellos respondieron: «Sube, y el Señor la entregará en manos del rey».
7 Pero Josafat dijo: «No hay aquí otro profeta de Yahveh a quien podamos consultar?»7 Pero Josafat insistió: «¿No queda por ahí algún profeta del Señor para consultar por medio de él?».
8 Dijo el rey de Israel a Josafat: «Queda todavía un hombre por quien podríamos consultar a Yahveh, pero yo le aborrezco, porque no me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Yimlá». Dijo Josafat: «No hable el rey así».8 El rey de Israel dijo a Josafat: «Sí, queda todavía un hombre por cuyo intermedio se podría consultar al Señor. Pero yo lo detesto, porque no me vaticina nada bueno, sino sólo desgracias: es Miqueas, hijo de Imlá». «No hable el rey de esa manera», replicó Josafat.
9 Llamó el rey de Israel a un eunuco y le dijo: «Trae en seguida a Miqueas, hijo de Yimlá».9 Entonces el rey de Israel llamó a un eunuco y ordenó: «Que venga en seguida Miqueas, hijo de Imlá».
10 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, mientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos.10 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá estaban sentados cada uno en su trono, con sus vestiduras reales, sobre la explanada que está a la entrada de la puerta de Samaría, mientras todos los profetas vaticinaban delante de ellos.
11 Sedecías, hijo de Kenaaná se había hecho unos cuernos de hierro y decía: «Así dice Yahveh: Con éstos acornearás a Aram hasta acabar con ellos».11 Sedecías, hijo de Canaaná, se había hecho unos cuernos de hierro y decía: «Así habla el Señor: Con esto embestirás a Aram hasta acabar con él».
12 Todos los profetas profetizaban del mismo modo diciendo: «Sube contra Ramot de Galaad, tendrás éxito. Yahveh la entregará en manos del rey».12 Y todos los profetas vaticinaban en el mismo sentido, diciendo: «¡Sube a Ramot de Galaad y triunfarás! ¡El Señor la entregará en manos del rey!».
13 El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le habló diciendo: «Mira que los profetas a una voz predicen el bien al rey. Procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien».13 El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: «Mira que las palabras de los profetas anuncian a una sola voz buena fortuna para el rey. Habla tú también como uno de ellos, y anuncia la victoria».
14 Miqueas respondió: «¡Vive Yahveh!, lo que Yahveh me diga, eso anunciaré».14 Pero Miqueas replicó: «¡Por la vida del Señor, sólo diré lo que el Señor me diga!».
15 Llegó donde el rey y el rey le dijo: «Miqueas, ¿debemos subir a Ramot de Galaad para atacarla o debo desistir?» Le respondió: «Sube, tendrás éxito, Yahveh la entregará en manos del rey».15 Cuando se presentó al rey, este le dijo: «Miqueas, ¿podemos ir a combatir contra Ramot de Galaad, o debemos desistir?». El le respondió: «Sube y triunfarás: el Señor la entregará en manos del rey».
16 Pero el rey dijo: «¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más que la verdad en nombre de Yahveh?»16 Pero el rey le dijo: «¿Cuántas veces tendré que conjurarte a que no me digas más que la verdad en nombre del Señor?».
17 Entonces él dijo: He visto todo Israel disperso por los montes como ovejas sin pastor. Yahveh ha dicho: «No tienen señor; que vuelvan en paz cada cual a su casa».17 Miqueas dijo entonces: «He visto a todo Israel disperso por las montañas, como ovejas sin pastor, El Señor ha dicho: Estos ya no tienen dueño; vuélvase cada uno a su casa en paz».
18 El rey de Israel dijo a Josafat: «¿No te dije que nunca me anuncia el bien sino el mal?»18 El rey de Israel dijo a Josafat: «¿No te había dicho que este no me vaticina el bien, sino sólo desgracias?».
19 Dijo Miqueas: «Escucha la palabra de Yahveh: He visto a Yahveh sentado en un trono y todo el ejército de los cielos estaba a su lado, a derecha e izquierda.19 Miqueas siguió diciendo: «Por eso, escucha la palabra del Señor: Yo vi al Señor sentado en su trono, y todo el Ejército de los cielos estaba de pie junto a él, a derecha e izquierda.
20 Preguntó Yahveh: “¿Quién engañará a Ajab para que suba y caiga en Ramot de Galaad?” Y el uno decía una cosa y el otro otra.20 El Señor preguntó: «¿Quién seducirá a Ajab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?». Ellos respondieron, uno de una manera y otro de otra.
21 Se adelantó el Espíritu, se puso ante Yahveh y dijo: “Yo le engañaré.” Yahveh le preguntó: “¿De qué modo?”21 Entonces se adelantó el espíritu y, puesto de pie delante del Señor, dijo: «Yo lo seduciré». «¿Cómo?», preguntó el Señor.
22 Respondió: “Iré y me haré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas.” Yahveh dijo: “Tú conseguirás engañarle. Vete y hazlo así.”22 El respondió: «Iré y seré un espíritu de mentira en la boca de todos los profetas». Entonces el Señor le dijo: «Tú lograrás seducirlo. Ve y obra sí».
23 Ahora, pues, Yahveh ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, pues Yahveh ha predicho el mal contra ti».23 Ahora, el Señor ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos los profetas, porque él ha decretado tu ruina».
24 Se acercó Sedecías, hijo de Kenaaná, y dio una bofetada a Miqueas en la mejilla diciendo: «¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Yahveh para hablarte a ti?»24 Sedecías, hijo de Canaaná, se acercó a Miqueas y le dio una bofetada, diciendo: «¿Por dónde se me escapó el espíritu del Señor para hablarte de ti?».
25 Miqueas replicó: «Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de aposento en aposento».25 Miqueas repuso: «Eso lo verás el día en que vayas de una habitación a otra para esconderte».
26 El rey de Israel dijo: «Prende a Miqueas y llévaselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey.26 Entonces el rey de Israel ordenó: «Toma a Miqueas y llévalo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás, el hijo del rey. Tú les dirás:
27 Y les dirás: Así habla el rey: Meted a éste en la carcel y racionadle el pan y el agua hasta que yo vuelva victorioso».27 Así habla el rey: Encierren a este hombre en la cárcel y ténganlo a pan y agua, hasta que yo regrese victorioso».
28 Dijo Miqueas: «Si es que vuelves victorioso, no ha hablado Yahveh por mí».28 Miqueas replicó «Si tú regresas victorioso, quiere decir que el Señor no ha hablado por mi boca».
29 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de Galaad.29 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron a Ramot de Galaad.
30 El rey de Israel dijo a Josafat: «Yo voy a disfrazarme para entrar en combate, mientras que tú te pondrás tus vestidos». El rey de Israel se disfrazó para entrar en combate.30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: «Yo me voy a disfrazar para entrar en batalla, pero tú quédate con tus vestiduras». El rey de Israel se disfrazó y entró en combate.
31 Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de los carros: «No ataquéis ni a chicos ni a grandes, sino tan sólo al rey de Israel».31 El rey de Aram, por su parte, había dado esta orden a los treinta y dos comandantes de sus carros de guerra: «No ataquen a nadie, ni pequeño ni grande, sino sólo al rey de Israel».
32 Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Seguro que es el rey de Israel». Y le rodearon para cargar sobre él. Pero Josafat gritó.32 Cuando los comandantes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Seguro que ese es el rey de Israel», y se volvieron hacia él para atacarlo. Josafat lanzó un grito,
33 Y viendo los jefes de los carros que no era el rey de Israel se apartaron de él.33 y los comandantes de los carros, al ver que ese no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo.
34 Entonces un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las placas de la coraza, y el rey dijo a su auriga: «Da la vuelta y sácame de la batalla, porque me siento mal».34 Pero un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey por entre las junturas de la coraza. El rey dijo al conductor de su carro: «Vuelve atrás y sácame del campo de batalla, porque estoy malherido».
35 Arreció aquel día la batalla y el rey fue sostenido en pie en su carro frente a los arameos, y a la tarde murió; la sangre de la herida corría por el fondo del carro.35 Aquel día, el combate fue muy encarnizado. El rey debió ser sostenido de pie sobre el carro, frente a los arameos, y murió al atardecer. La sangre de su herida había chorreado hasta el fondo del carro.
36 A la caída del sol se corrió un grito por el campamento: «Cada uno a su ciudad, cada uno a su tierra.36 A la puesta del sol, corrió un grito por el campo de batalla: «¡Cada uno a su ciudad! ¡Cada uno a su tierra!
37 El rey ha muerto». Llegaron a Samaría y allí sepultaron al rey.37 ¡El rey ha muerto!». Así entraron en Samaría y sepultaron allí al rey.
38 Lavaron el carro con agua abundante junto a la alberca de Samaría y los perros lamían la sangre y las prostitutas se bañaron en ella, según la palabra que Yahveh había dicho.38 Y cuando lavaron el carro en el estanque de Samaría, los perros lamieron su sangre y las prostitutas se bañaron en ella, conforme a la palabra que había dicho el Señor.
39 El resto de los hechos de Ajab, todo cuanto hizo, la casa de marfil que edificó, todas las ciudades que fortificó ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?39 El resto de los hechos de Ajab y todo lo que él hizo, la casa de marfil que edificó y las ciudades que construyó, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?
40 Ajab se acostó con sus padres y reinó en su lugar su hijo Ocozías.40 Ajab se fue a descansar con sus padres, y su hijo Ocozías reinó en lugar de él.
41 Josafat, hijo de Asá, comenzó a reinar en Judá el año cuarto de Ajab, rey de Israel.41 Josafat, hijo de Asá, comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Ajab, rey de Israel.
42 Josafat tenía 35 años cuando comenzó a reinar y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí.42 Tenía treinta y cinco años cuando inició su reinado, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí.
43 Siguió en todo el camino de Asá, su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto a los ojos de Yahveh.43 Siguió en todo el camino de su padre Asá y no se apartó de él, haciendo lo que es recto a los ojos del Señor.
44 Con todo, no desaparecieron los altos; el pueblo seguía sacrificando y quemando incienso en los altos.44 Sin embargo, no desaparecieron los lugares altos: el pueblo seguía ofreciendo los lugares altos: el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos.
45 Josafat estuvo en paz con el rey de Israel.45 Josafat vivió en paz con el rey de Israel.
46 El resto de los hechos de Josafat, la bravura que demostró y las guerras que sostuvo ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?46 El resto de los hechos de Josafat, el valor que demostró y las guerras que hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?
47 Barrió de la tierra a todos los consagrados a la prostitución que habían quedado en el país en los días de Asá su padre.47 El barrió del país los restos de prostitución sagrada que habían quedado en tiempos de su padre Asá.
48 No había rey establecido en Edom.48 No había entonces rey en Edom, sino un prefecto del rey.
49 Josafat hizo una flota de Tarsis para ir a Ofir por oro, pero no fue, porque se destrozó la flota en Esyón Guéber.49 Josafat construyó una flota mercante, para ir a Ofir en busca de oro; pero no pudo ir, porque la flota naufragó en Esión Guéber.
50 Entonces Ocozías, hijo de Ajab, dijo a Josafat: «Mis siervos irán con tus siervos en la flota», pero Josafat no quiso.50 Entonces Ocozías, hijo de Ajab, dijo a Josafat: «Que mis servidores vayan con los tuyos en las naves». Pero Josafat no aceptó.
51 Josafat se acostó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre David y reinó en su lugar su hijo Joram.51 Josafat se fue a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David, su padre. Su hijo Joram reinó en lugar de él.
52 Ocozías, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, el año diecisiete de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel.52 Ocozías, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, el decimoséptimo año de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel.
53 Hizo el mal a los ojos de Yahveh y anduvo por el camino de su madre, y por el camino de Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.53 El hizo lo que es malo a los ojos del Señor, y siguió el camino de su padre y de su madre, y el camino de Jeroboam hijo de Nebat, que hizo pecar a Israel.
54 Sirvió a Baal y se postró ante él, irritando a Yahveh, Dios de Israel, enteramente como lo había hecho su padre.54 Sirvió a Baal y se postró ante él, provocando así la indignación del Señor, tal como lo había hecho su padre.