Scrutatio

Lunedi, 6 maggio 2024 - San Pietro Nolasco ( Letture di oggi)

Jeremías 2


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:1 La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
2 Ve y grita a los oídos de Jerusalén: Así dice Yahveh: De ti recuerdo tu cariño juvenil, el amor de tu noviazgo; aquel seguirme tú por el desierto, por la tierra no sembrada.2 Ve a gritar a los oídos de Jerusalén: Así habla el Señor: Recuerdo muy bien la fidelidad de tu juventud, el amor de tus desposorios, cuando me seguías por el desierto, por una tierra sin cultivar.
3 Consagrado a Yahveh estaba Israel, primicias de su cosecha. «Quienquiera que lo coma, será reo; mal le sucederá» - oráculo de Yahveh -.3 Israel era algo sagrado para el Señor, las primicias de tu cosecha: todos los que comían de él se hacían culpables, les sobrevenía una desgracia –oráculo del Señor –
4 Oíd la palabra de Yahveh, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.4 ¡Escuchen la palabra del Señor, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel!
5 Así dice Yahveh: ¿Qué encontraban vuestros padres en mí de torcido, que se alejaron de mi vera, y yendo en pos de la Vanidad se hicieron vanos?5 Así habla el Señor: ¿Qué injusticia encontraron en mí sus padres para que se alejaran de mí y fueran detrás de ídolos vanos, volviéndose así vanos ellos mismos?
6 En cambio no dijeron: «¿Dónde está Yahveh, que nos subió de la tierra de Egipto, que nos llevó por el desierto, por la estepa y la paramera, por tierra seca y sombría, tierra por donde nadie pasa y en donde nadie se asienta?»6 Ellos no preguntaron: «¿Donde está el Señor, que nos hizo subir del país de Egipto, el que nos condujo por el desierto, por una tierra de estepas y barrancos, por una tierra árida y tenebrosa, por una tierra que nadie atraviesa y donde no habita ningún hombre?».
7 Luego os traje a la tierra del vergel, para comer su fruto y su bien. Llegasteis y ensuciasteis mi tierra, y pusisteis mi heredad asquerosa.7 Yo los hice entrar en un país de vergeles, para que comieran de sus frutos y sus bienes; pero ustedes entraron y contaminaron mi país e hicieron de mi herencia una abominación.
8 Los sacerdotes no decían: «¿Dónde está Yahveh?»; ni los peritos de la Ley me conocían; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaban por Baal, y en pos de los Inútiles andaban.8 Los sacerdotes no preguntaron: «¿Dónde está el Señor?, los depositarios de la Ley no me conocieron, los pastores se rebelaron contra mí, los profetas profetizaron en nombre de Baal y fueron detrás de los que no sirven de nada.
9 Por eso, continuaré litigando con vosotros - oráculo de Yahveh - y hasta con los hijos de vuestros hijos litigaré.9 Por eso, voy a entrar todavía en pleito con ustedes –oráculo del Señor– y también con los hijos de sus hijos.
10 Porque, en efecto, pasad a las islas de los Kittim y ved, enviad a Quedar quien investigue a fondo, pensadlo bien y ved si aconteció cosa tal:10 ¡Sí, crucen a las costas de los Quitím y miren, envíen gente a Quedar y fíjense bien, a ver si ha sucedido una cosa igual!
11 si las gentes cambiaron de dioses - ¡aunque aquéllos no son dioses! -. Pues mi pueblo ha trocado su Gloria por el Inútil.11 ¿Cambia de dioses una nación? –¡y sin embargo, esos no son dioses!–. Pero mi pueblo ha cambiado su Gloria por algo que no sirve de nada.
12 Pasmaos, cielos, de ello, erizaos y cobrad gran espanto - oráculo de Yahveh -.12 ¡Espántense de esto, cielos, horrorícense y queden paralizados! –oráculo del Señor–.
13 Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen.13 Porque mi pueblo ha cometido dos maldades: me abandonaron a mí, la fuente de agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.
14 ¿Es un esclavo Israel, o nació siervo? Pues ¿cómo es que ha servido de botín?14 ¿Acaso Israel fue adquirido como esclavo o nació en la esclavitud? ¿Por qué entonces se ha convertido en una presa?
15 Contra él rugieron leoncillos, dieron voces y dejaron su país hecho una desolación, sus ciudades incendiadas, sin habitantes.15 Los cachorros de león rugen contra él, hacen oír sus bramidos, han hecho de su país una desolación, sus ciudades son incendiadas, se quedan sin habitantes.
16 Hasta los hijos de Nof y de Tafnis te han rapado el cráneo.16 ¡Hasta los hijos de Nof y de Tafnes te han rapado el cráneo!
17 ¿No te ha sucedido esto por haber dejado a Yahveh tu Dios cuando te guiaba en tu camino?17 ¿Acaso no te sucede todo esto, por haber abandonado al Señor, tu Dios, mientras él te conducía por el camino?
18 Y entonces, ¿qué cuenta te tiene encaminarte a Egipto para beber las aguas del Nilo?, o ¿qué cuenta te tiene encaminarte a Asur para beber las aguas del Río?18 Y Ahora, ¿por qué tienes que tomar el camino de Egipto para beber el agua del Sijor? ¿Por qué tienes que tomar el camino de Asiria para beber el agua del Río?
19 Que te enseñe tu propio daño, que tus apostasías te escarmienten; reconoce y ve lo malo y amargo que te resulta el dejar a Yahveh tu Dios y no temblar ante mí - oráculo del Señor Yahveh Sebaot -.19 ¡Que tu propia maldad te corrija y tus apostasías te sirvan de escarmiento! Reconoce, entonces, y mira qué cosa tan mala y amarga es abandonar al Señor, tu Dios, y dejar de temerme –oráculo del Señor de los ejércitos –
20 Oh tú, que rompiste desde siempre el yugo y, sacudiendo las coyundas, decías: «¡No serviré!», tú, que sobre todo otero prominente y bajo todo árbol frondoso estabas yaciendo, prostituta.20 Sí, hace mucho que has quebrado tu yugo, has roto tus ataduras y has dicho: «¡No serviré». Sí, sobre toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso, te has acostado, te has prostituido.
21 Yo te había plantado de la cepa selecta, toda entera de simiente legítima. Pues ¿cómo te has mudado en sarmiento de vid bastarda?21 ¡Y eso que yo te había plantado con cepas escogidas, todas de simiente genuina! ¿Cómo entonces te has vuelto una planta degenerada, una viña bastarda?
22 Porque, así te blanquees con salitre y te des cantidad de lejía, se te nota la culpa en mi presencia - oráculo del Señor Yahveh -.22 Por más que te laves con potasa y no mezquines la lejía, permanecerá la mancha de iniquidad ante mi –oráculo del Señor–.
23 Cómo dices: «No estoy manchada; en pos de los Baales no anduve?» ¡Mira tu rastro en el Valle! Reconoce lo que has hecho, camellita liviana que trenza sus derroteros,23 ¿Cómo puedes decir: «No me he contaminado, no he ido detrás de los Baales»? Mira tu conducta en el Valle, reconoce lo que has hechos. ¡Camella veloz, que va de un lado para otro!
24 irrumpe en el desierto y en puro celo se bebe los vientos: su estro, ¿quién lo calmará? Cualquiera que la busca la topa, ¡bien acompañada la encuentra!24 ¡Asna salvaje, habituada al desierto! En el ardor de su deseo aspira el viento: ¿quién puede refrenar su ansiedad? Los que la buscan no necesitan fatigarse, en su tiempo de celo se la encuentra.
25 Guarda tu pie de la descalcez y tu garganta de la sed. Pero tú dices: «No hay remedio: a mí me gustan los extranjeros, y tras ellos he de ir».25 No dejes que tus pies queden descalzos ni que tu garganta sienta sed. Pero tú dices: «¡No hay nada que hacer! ¡No! A mí gustan los extranjeros y quiero ir detrás de ellos».
26 Cual se avergüenza el ladrón cuando es sorprendido, así se ha avergonzado la casa de Israel: ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas,26 Como se turba un ladrón al ser sorprendido, así quedarán turbados los de la casa de Israel, ellos, sus reyes y sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas,
27 los que dicen al madero: «Mi padre eres tú», y a la piedra: «Tú me diste a luz». Tras de volverme la espalda, que no la cara, al tiempo de su mal dice: «¡Levántate y sálvanos!»27 lo que dicen a un trozo de madera: «Tú me has dado a luz!» Porque ellos me vuelven la espalda, no la cara, y después, en el tiempo de su desgracia, dicen: «¡Levántate y sálvanos!».
28 Pues ¿dónde están tus dioses, los que tú mismo te hiciste? ¡Que se levanten ellos, a ver si te salvan en tiempo de desgracia! Pues cuantas son tus ciudades, otros tantos son tus dioses, Judá; (y cuantas calles cuenta Jerusalén, otros tantos altares hay de Baal).28 ¿Dónde están tus dioses, esos que te has fabricado? ¡Que se levante, si es que pueden salvarte en el tiempo de tu desgracia! Porque tan numerosos como tus ciudades son tus dioses, Judá.
29 ¿Por qué os querelláis conmigo, si todos vosotros os habéis rebelado contra mí? - oráculo de Yahveh -.29 ¿Por qué me recriminan, si todos ustedes se han rebelado contra mí? –oráculo del Señor–.
30 En vano golpeé a vuestros hijos, pues no aprendieron. Ha devorado vuestra espada a vuestos profetas, como el león cuando estraga.30 En vano he golpeado a los hijos de ustedes: ellos no aprendieron la lección; la espada de ustedes devoró a sus profetas como un león que lo destruye todo.
31 ¡Vaya generación la vuestra!; atended a la palabra de Yahveh: ¿Fui yo un desierto para Israel o una tierra malhadada? ¿Por qué, entonces, dice mi pueblo: «¡Bajemos! No vendremos más a ti».?31 ¡Qué clase de gente son ustedes! Vean lo que dice el Señor: ¿Acaso he sido yo para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué dice mi pueblo: «Somos libres, ya no acudiremos a ti»?
32 ¿Se olvida la doncella de su aderezo, la novia de su cinta? Pues mi pueblo sí que me ha olvidado días sin número.32 ¿Olvida una joven sus atavíos, una novia sus ceñidores? ¡Pero mi pueblo se ha olvidado de mí hace ya un sinnúmero de días!
33 ¡Qué hermoso te parece tu camino en busca del amor! A la verdad, hasta con maldades aprendiste tus caminos.33 ¡Qué bien te abres camino para ir en busca del amor! Así, también tú te has habituado a los caminos de la maldad.
34 En tus mismas haldas se encontraban manchas de sangre de las almas de pobres inocentes: no los sorprendiste en escalo. Y con todo eso,34 Hasta en los bordes de tu vestido se encuentra sangre de gente pobre, inocente, que tú no habías sorprendido perforando una pared. Y a pesar de todo esto,
35 dices: «Soy inocente; basta ya de ira contra mí». Pues bien, aquí me tienes para discutir contigo eso que has dicho: «No he pecado».35 tú dices: «Sí, soy inocente, seguramente su ira se ha apartado de mí». Pero yo entro en juicio contigo, porque tú dices: «No tengo pecado».
36 ¡Cuánta ligereza la tuya para cambiar de dirección! También de Egipto te avergonzarás como te avergonzaste de Asur.36 ¡Con qué ligereza cambias de camino! También serás defraudada por Egipto, como lo fuiste por Asiria.
37 También de ésta saldrás con las manos en la cabeza. Porque Yahveh ha rechazado aquello en que confías, y no saldrás bien de ello.37 También de allí tendrás que salir con las manos sobre tu cabeza, porque el Señor ha rechazado a aquellos en los confías, y no te irá bien con ellos.