Scrutatio

Martedi, 7 maggio 2024 - Santa Flavia ( Letture di oggi)

Judit 5


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Se dio aviso a Holofernes, jefe supremo del ejército asirio, de que los israelitas se habían preparado para la guerra, que habían cerrado los pasos de las montañas, fortificado todas las alturas de los montes elevados y puesto obstáculos en las llanuras.1 Cuando informaron a Holofernes, general en jefe del ejército de Asiria, que los israelitas se habían preparado para la guerra, y habían bloqueado los desfiladeros de la montaña, fortificando todas las cimas de las altas montañas y levantando parapetos en las llanuras,
2 Esto le irritó sobremanera, y mandó llamar a todos los jefes de Moab, a los generales de Ammón y a todos los sátrapas del litoral,2 se enfureció y convocó a todos los príncipes de Moab, a los jefes de Amón y a todos los sátrapas del litoral.
3 les dijo: «Hijos de Canaán, hacedme saber quién es este pueblo establecido en la montaña, qué ciudades habita, cuál es la importancia de su ejército y en qué estriba su poder y su fuerza, qué rey está a su frente y manda a sus soldados,3 El les preguntó: «Díganme, cananeos, ¿Qué pueblo es ese que vive en la montaña? ¿Cuáles son las ciudades que habita y los efectivos de su ejército? ¿De dónde proceden su vigor y su fuerza, y quién es el rey que los gobierna y dirige sus ejércitos?
4 y por qué, a diferencia de todos los demás pueblos de occidente, han desdeñado salir a recibirme».4 ¿Por qué ellos solos, a diferencia de todos los habitantes de Occidente, se han negado a venir a mi encuentro?».
5 Entonces Ajior, general de todos los ammonitas, le dijo: «Escuche mi señor las palabras de la boca de tu siervo y te diré la verdad sobre este pueblo que habita esta montaña junto a la que te encuentras. No saldrá mentira de la boca de tu siervo.5 Ajior, jefe de todos los amonitas le respondió: «Si me escuchas un momento, te haré conocer la verdad acerca de este pueblo que habita en las montañas contiguas a las que tú ocupas; y nada de lo que yo te diga será falso.
6 Este pueblo desciende de los caldeos.6 La gente de este pueblo desciende de los caldeos.
7 Al principio se fueron a residir a Mesopotamia, porque no quisieron seguir a los dioses de sus padres, que vivían en Caldea.7 Primero emigraron a Mesopotamia, porque no quisieron seguir a los dioses de sus padres, establecidos en la tierra de los caldeos.
8 Se apartaron del camino de sus padres y adoraron al Dios del Cielo, al Dios que habían reconocido. Por eso les arrojaron de la presencia de sus dioses y ellos se refugiaron en Mesopotamia, donde residieron por mucho tiempo.8 Ellos abandonaron el camino de sus padres y adoraron al Dios del cielo, al que habían reconocido como Dios. Entonces fueron expulsados de la presencia de sus dioses y se refugiaron en Mesopotamia, donde habitaron mucho tiempo.
9 Su Dios les ordenó salir de su casa y marchar a la tierra de Canaán; se establecieron en ella y fueron colmados de oro, de plata y de gran cantidad de ganado.9 Pero luego su Dios les ordenó salir de ese lugar y dirigirse al país de Canaán. Allí se instalaron y se enriquecieron con oro, plata y numerosos rebaños.
10 Bajaron después a Egipto, porque el hambre se extendió sobre la superficie de la tierra de Canaán, y permanecieron allí mientras tuvieron alimentos. Allí se hicieron muy numerosos, de modo que no se podía contar a los de su raza.10 Después bajaron a Egipto, porque el hambre azotaba el país de Canaán, y permanecieron allí mientras tuvieron qué comer. En Egipto se multiplicaron de tal manera, que su descendencia se hizo innumerable.
11 Pero el rey de Egipto se alzó contra ellos y los engañó con el trabajo de los ladrillos, los humilló y los redujo a esclavitud.11 El rey de Egipto se levantó contra ellos y los oprimió astutamente obligándolos a fabricar ladrillos: así los humillaron y los redujeron a esclavitud.
12 Clamaron a su Dios, que castigó la tierra de Egipto con plagas incurables. Los egipcios, entonces, los arrojaron lejos de sí.12 Ellos, por su parte, clamaron a su Dios, y él castigó al país de Egipto con plagas irremediables; por eso los egipcios los expulsaron.
13 Dios secó a su paso el mar Rojo,13 Dios secó el Mar Rojo delante de ellos
14 y los condujo por el camino del Sinaí y Cadés Barnea. Arrojaron a todos los moradores del desierto,14 y los condujo por el camino del Sinaí y de Cades Barné. Ellos desalojaron a todos los habitantes del desierto
15 se establecieron en el país de los amorreos y aniquilaron por la fuerza a todos los jesbonitas. Pasaron el Jordán y se apoderaron de toda la montaña,15 y se establecieron luego en el país de los amorreos, exterminando por la fuerza a los jesbonitas. Después cruzaron el Jordán y tomaron posesión de toda la región montañosa,
16 expulsaron ante ellos al cananeo, al perizita, al jebuseo, a los siquemitas y a todos los guirgasitas, y habitaron allí por mucho tiempo.16 desalojando a su paso a los Cananeos, a los Perizitas, a los Jebuseos, a los Siquemitas y a todos los Guirgasitas. Allí permanecieron mucho tiempo.
17 Mientras no pecaron contra su Dios vivieron en prosperidad, porque está en medio de ellos un Dios que odia la iniquidad.17 Mientras no pecaron delante de su Dios, gozaron de prosperidad, porque un Dios que odia la injusticia está con ellos.
18 Pero cuando se apartaron del camino que les había impuesto, fueron duramente aniquilados por múltiples guerras, y deportados a tierra extraña; el Templo de su Dios fue arrasado y sus ciudades cayeron en poder de sus adversarios.18 Pero, cuando se desviaron del camino que les había señalado, fueron completamente exterminados en numerosos combates y deportados a una tierra extranjera: el Templo de su Dios fue arrasado hasta sus cimientos, y sus ciudades cayeron en poder de sus adversarios.
19 Pero ahora, habiéndose convertido a su Dios, han vuelto de los diversos lugares en que habían sido dispersados, han tomado posesión de Jerusalén, donde se encuentra su santuario, y se han estabecido en la montaña que había quedado desierta.19 Pero ahora que se convirtieron a su Dios, volvieron de las regiones donde estaban dispersos, ocuparon Jerusalén, donde se encuentra su Santuario, y repoblaron las montañas que habían quedado desiertas.
20 Así pues, dueño y señor, si hay algún extravío en este pueblo, si han pecado contra su Dios, y vemos que hay en ellos alguna causa de ruina, subamos y ataquémoslos.20 Y ahora, soberano señor, si hay una falta en este pueblo, si pecan contra su Dios y comprobamos en ellos algún motivo de ruina, entonces sí, subamos y hagámosle la guerra.
21 Pero si no hay iniquidad en esa gente, que mi señor se detenga, no sea que su Dios y Señor les proteja con su escudo y nos hagamos nosotros la irrisión de toda la tierra».21 Pero si no hay ninguna transgresión en esta gente, que mi señor pase de largo, no sea que su Señor y su Dios los proteja y seamos la burla de toda la tierra.
22 En acabando de decir Ajior todas estas palabras, se alzó un murmullo entre toda la gente que estaba en torno de la tienda, y los magnates de Holofernes y los habitantes de la costa y de Moab hablaron de despedazarle.22 Apenas Ajior terminó de pronunciar estas palabras, toda la multitud que estaba alrededor de la tienda de campaña hizo oír un murmullo de protesta. Los oficiales de Holofernes, y todos los habitantes del litoral y de Moab, querían hacerlo pedazos.
23 «¡No tememos a los israelitas! No son gente que tenga fuerza ni vigor para un encuentro violento.23 «No nos dejaremos amedrentar por los israelitas, exclamaban, porque son gente sin fortaleza ni vigor, incapaz de oponer una tenaz resistencia.
24 ¡Subamos y serán un bocado para todo tu ejército, señor, Holofernes!»24 ¡Subamos, y ellos serán un bocado para todo tu ejército, Holofernes, señor nuestro!