Scrutatio

Venerdi, 19 aprile 2024 - San Leone IX Papa ( Letture di oggi)

1 Crónicas 29


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1Dijo el rey David a toda la asamblea: «Mi hijo Salomón, el único elegido por Dios, es todavía joven y débil, y la obra es grande; pues este alcázar no es para hombre, sino para Yahveh Dios.2Con todas mis fuerzas he preparado, con destino a la Casa de mi Dios, el oro para los objetos de oro, la plata para los de plata, el bronce para los de bronce, el hierro para los de hierro, y la madera para los de madera; piedras de ónice y de engaste, piedras brillantes y de varios colores, toda suerte de piedras preciosas y piedras de alabastro en abundancia.3Fuera de esto, en mi amor por la Casa de mi Dios, doy a la Casa de mi Dios el oro y la plata que poseo, además de todo lo que tengo preparado para la Casa del santuario:43.000 talentos de oro, del oro de Ofir, y 7.000 talentos de plata acrisolada para recubrir las paredes de los edificios;5el oro para los objetos de oro, la plata para los de plata y para todas las obras de orfebrería. ¿Quién, pues, quiere ahora hacer a manos llenas una ofrenda a Yahveh?»6Entonces los cabezas de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de millar y de cien, y los encargados de las obras del rey, ofrecieron espontáneamente sus donativos,7y dieron para el servicio de la Casa de Dios 5.000 talentos de oro, 10.000 dáricos, 10.000 talentos de plata, 18.000 talentos de bronce y 100.000 talentos de hierro.8Los que tenían piedras preciosas las entregaron para el tesoro de la Casa de Yahveh, en manos de Yejiel el guersonita .9Y el pueblo se alegró por estas ofrendas voluntarias; porque de todo corazón la habián ofrecido espontáneamente a Yahveh. También el rey David tuvo un gran gozo.10Después bendijo David a Yahveh en presencia de toda la asamblea diciendo: «¡Bendito tú, oh Yahveh, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre!11Tuya, oh Yahveh, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, el esplendor y la majestad; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyó, oh Yahveh, es el reino; tú te levantas por encima de todo.12De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia.13Pues bien, oh Dios nuestro, te celebramos y alabamos tu Nombre magnífico.14Pues, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecerle estos donativos? Porque todo viene de ti, y de tu mano te lo damos.15Porque forasteros y huéspedes somos delante de ti, como todos nuestros padres; como sombras son nuestros días sobre la tierra y no hay esperanza.16Yahveh, Dios nuestro, todo este grande acopio que hemos preparado para edificarte una Casa para tu santo Nombre, viene de tu mano y tuyo es todo.17Bien sé, Dios mío, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud; por eso te he ofrecido voluntariamente todo esto con rectitud de corazón, y ahora veo con regocijo que tu pueblo, que está aquí, te ofrece espontáneamente tus dones.18Oh Yahveh, Dios de nuestros padres Abraham, Isaac, e Israel, conserva esto perpetuamente para formar los pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige tú su corazón hacia ti.19Da a mi hijo Salomón un corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus instrucciones y tus preceptos, para que todo lo ponga por obra y edifique el alcázar que yo te he preparado».20Después dijo David a toda la asamblea: «¡Bendecid a Yahveh, vuestro Dios!» Y toda la asamblea bendijo a Yahveh, el Dios de sus padres, se inclinaron y se postraron ante Yahveh y ante el rey.21Al día siguiente sacrificaron víctimas a Yahveh y le ofrecieron holocaustos: mil novillos, mil carneros y mil corderos, con sus libaciones y muchos sacrificios por todo Israel.22Aquel día comieron y bebieron ante Yahveh con gran gozo y por segundo vez proclamaron rey a Salomón, hijo de David; le ungieron como caudillo ante Yahveh, y a Sadoq como sacerdote.23Sentóse Salomón como rey sobre el trono de Yahveh en lugar de su padre David: él prosperó y todo Israel le obedeció24Todos los jefes y valientes, y también todos los hijos del rey David, prestaron obediencia al rey Salomón.25Y Yahveh engrandeció sobremanera a Salomón a los ojos de todo Israel, y le dio un reinado glorioso como nunca había tenido ningún rey de Israel antes de él.26David, hijo de Jesé, había reinado sobre todo Israel.27El tiempo que reinó sobre Israel fue de cuarenta años. En Hebrón reinó siete años y en Jerusalén 33.28Murió en buena vejez, lleno de días, riqueza y gloria; y en su lugar reinó su hijo Salomón.29Los hechos del rey David, de los primeros a los postreros, están escritos en la historia del vidente Samuel, en la historia del profeta Natán y en la historia del vidente Gad,30juntamente con todo su reinado y sus hazañas, y las cosas que le sobrevinieron a él, a Israel y a todos los reinos de los demás países.