Scrutatio

Mercoledi, 15 maggio 2024 - Sant'Isidoro agricoltore ( Letture di oggi)

Salmos 78


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Poema de Asaf.

Pueblo mío, escucha mi enseñanza,

presta atención a las palabras de mi boca:

1 Poema. De Asaf.
Escucha mi ley, pueblo mío,
tiende tu oído a las palabras de mi boca;
2 yo voy a recitar un poema,

a revelar enigmas del pasado.

2 voy a abrir mi boca en parábolas,
a evocar los misterios del pasado.
3 Lo que hemos oído y aprendido,

lo que nos contaron nuestros padres,

3 Lo que hemos oído y que sabemos,
lo que nuestros padres nos contaron,
4 no queremos ocultarlo a nuestros hijos,

lo narraremos a la próxima generación:

son las glorias del Señor y su poder,

las maravillas que él realizó.

4 no se lo callaremos a sus hijos,
a la futura generación lo contaremos:
Las alabanzas de Yahveh y su poder,
las maravillas que hizo;
5 El dio una norma a Jacob,

estableció una ley en Israel,

y ordenó a nuestros padres

enseñar estas cosas a sus hijos.

5 él estableció en Jacob un dictamen,
y puso una ley en Israel;
El había mandado a nuestros padres
que lo comunicaran a sus hijos,
6 Así las aprenderán las generaciones futuras

y los hijos que nacerán después;

y podrán contarlas a sus propios hijos,

6 que la generación siguiente lo supiera,
los hijos que habían de nacer;
y que éstos se alzaran y se lo contaran a sus hijos,
7 para que pongan su confianza en Dios,

para que no se olviden de sus proezas

y observen sus mandamientos.

7 para que pusieran en Dios su confianza,
no olvidaran las hazañas de Dios,
y sus mandamientos observaran;
8 Así no serán como sus padres,

una raza obstinada y rebelde,

una raza de corazón inconstante

y de espíritu infiel a Dios:

8 para que no fueran, lo mismo que sus padres,
una generación rebelde y revoltosa,
generación de corazón voluble
y de espíritu desleal a Dios.
9 como los arqueros de la tribu de Efraím,

que retrocedieron en el momento del combate.

9 Los hijos de Efraím, diestros arqueros,
retrocedieron el día del combate;
10 Ellos no mantuvieron su alianza con Dios,

se negaron a seguir su Ley;

10 no guardaban la alianza hecha con Dios,
rehusaban caminar según su ley;
11 olvidaron sus proezas

y las maravillas que les hizo ver,

11 tenían olvidados sus portentos,
las maravillas que él les hizo ver:
12 cuando hizo prodigios a la vista de sus padres,

en la tierra de Egipto, en los campos de Tanis:

12 prodigios hizo a la vista de sus padres
en el país de Egipto, en los campos de Tanis.
13 abrió el Mar para darles paso

y contuvo las aguas como un dique;

13 Hendió la mar y los pasó a través,
contuvo las aguas como un dique;
14 de día los guiaba con la nube

y de noche, con el resplandor del fuego.

14 de día los guiaba con la nube,
y cada noche con resplandor de fuego;
15 Partió las rocas en el desierto

y les dio de beber a raudales:

15 en el desierto hendió las rocas,
los abrevó a raudales sin medida;
16 sacó manantiales del peñasco,

hizo correr las aguas como ríos.

16 hizo brotar arroyos de la peña
y descender las aguas como ríos.
17 Pero volvieron a pecar contra él

y a rebelarse contra el Altísimo en el desierto:

17 Pero ellos volvían a pecar contra él,
a rebelarse contra el Altísimo en la estepa;
18 tentaron a Dios en sus corazones,

pidiendo comida a su antojo.

18 a Dios tentaron en su corazón
reclamando manjar para su hambre.
19 Hablaron contra Dios, diciendo:

«¿Acaso tiene Dios poder suficiente

para preparar una mesa en el desierto?

19 Hablaron contra Dios;
dijeron: «¿Será Dios capaz
de aderezar una mesa en el desierto?
20 Es verdad que cuando golpeó la roca,

brotó el agua y desbordaron los torrentes;

pero ¿podrá también darnos pan

y abastecer de carne a su pueblo?».

20 «Ved que él hirió la roca,
y corrieron las aguas, fluyeron los torrentes:
¿podrá de igual modo darnos pan,
y procurar carne a su pueblo?»
21 El Señor, al oírlos, se indignó,

y un fuego se encendió contra Jacob;

su enojo se alzó contra Israel,

21 Entonces Yahveh lo oyó y se enfureció,
un fuego se encendió contra Jacob,
y la Cólera estalló contra Israel,
22 porque no creyeron en Dios

ni confiaron en su auxilio.

22 porque en Dios no habían tenido fe
ni confiaban en su salvación.
23 Entonces mandó a las nubes en lo alto

y abrió las compuertas del cielo:

23 Y a las nubes mandó desde lo alto,
abrió las compuertas de los cielos;
24 hizo llover sobre ellos el maná,

les dio como alimento un trigo celestial;

24 hizo llover sobre ellos maná para comer,
les dio el trigo de los cielos;
25 todos comieron en pan de ángeles,

les dio comida hasta saciarlos.

25 pan de Fuertes comió el hombre,
les mandó provisión hasta la hartura.
26 Hizo soplar desde el cielo el viento del este,

atrajo con su poder el viento del sur;

26 Hizo soplar en los cielos el solano,
el viento del sur con su poder atrajo,
27 hizo llover sobre ellos carne como polvo

y pájaros como arena del mar:

27 y llovió sobre ellos carne como polvo,
y aves como la arena de los mares;
28 los dejó caer en medio del campamento,

alrededor de sus carpas.

28 las dejó caer en medio de su campo,
en torno a sus moradas.
29 Ellos comieron y se hartaron,

pues les dio lo que habían pedido;

29 Comieron hasta quedar bien hartos,
así satisfizo su avidez;
30 pero apenas saciaron su avidez,

cuando aún estaban con la boca llena,

30 mas aún no habían colmado su avidez,
su comida estaba aún en su boca,
31 la ira de Dios se desató contra ellos:

hizo estragos entre los más fuertes

y abatió a lo mejor de Israel.

31 cuando la cólera de Dios estalló contra ellos:
hizo estragos entre los más fuertes,
y abatió a la flor de Israel.
32 A pesar de todo, volvieron a pecar

y no creyeron en sus maravillas;

32 Mas con todo pecaron todavía,
en sus maravillas no tuvieron fe.
33 por eso él acabó sus días como un soplo,

y sus años en un solo instante.

33 El consumió sus días con un soplo,
y sus años con espanto.
34 Cuando los hacía morir, lo buscaban

y se volvían a él ansiosamente;

34 Cuando los mataba, le buscaban,
se convertían, se afanaban por él,
35 recordaban que Dios era su Roca,

y el Altísimo, su libertador.

35 y recordaban que Dios era su roca,
su redentor, el Dios Altísimo.
36 Pero lo elogiaban de labios para afuera

y mentían con sus lenguas;

36 Mas le halagaban con su boca,
y con su lengua le mentían;
37 su corazón no era sincero con él

y no eran fieles a su alianza.

37 su corazón no era fiel para con él,
no tenían fe en su alianza.
38 Pero él, que es compasivo,

los perdonaba en lugar de exterminarlos;

una y otra vez reprimió su enojo

y no dio rienda suelta a su furor:

38 El, con todo, enternecido,
borraba las culpas y no exterminaba;
bien de veces su cólera contuvo
y no despertó todo su furor:
39 sabía que eran simples mortales,

un soplo que pasa y ya no vuelve.

39 se acordaba de que ellos eran carne,
un soplo que se va y no vuelve más.
40 ¡Cuántas veces lo irritaron en el desierto

y lo afligieron en medio de la soledad!

40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto,
le irritaron en aquellas soledades!
41 Volvían a tentar a Dios

y a exasperar al Santo de Israel,

41 Otra vez a tentar a Dios volvían,
a exasperar al Santo de Israel;
42 sin acordarse de lo que hizo su mano,

cuando los rescató de la opresión.

42 no se acordaron de su mano,
del día en que les libró del adversario;
43 Porque él hizo portentos en Egipto

y prodigios en los campos de Tanis;

43 cuando hizo en Egipto sus señales,
en el campo de Tanis sus prodigios.
44 convirtió en sangre sus canales,

y también sus ríos, para que no bebieran;

44 Trocó en sangre sus ríos
y sus arroyos para que no bebiesen.
45 les mandó tábanos voraces

y ranas que hacían estragos.

45 Tábanos les mandó que los comieron,
y ranas que los infestaron;
46 Entregó sus cosechas al pulgón

y el fruto de sus trabajos a las langostas;

46 entregó a la langosta sus cosechas,
el fruto de su afán al saltamontes;
47 destruyó sus viñedos con el granizo

y sus higueras con la helada;

47 asoló con granizo sus viñedos,
y con la helada sus sicómoros;
48 desató la peste contra el ganado

y la fiebre contra los rebaños.

48 entregó sus ganados al pedrisco
y a los rayos sus rebaños.
49 Lanzó contra ellos el ardor de su enojo,

su ira, su furor y su indignación

–un tropel de mensajeros de desgracias–

49 Lanzó contra ellos el fuego de su cólera,
indignación, enojo y destrucción,
tropel de mensajeros de desgracias;
50 dando así libre curso a su furor;

no los quiso librar de la muerte,

hizo que la peste acabara con sus vidas.

50 libre curso dio a su ira.
No preservó sus almas de la muerte,
a la peste sus vidas entregó;
51 Hirió a los primogénitos de Egipto,

a los hijos mayores de la tierra de Cam;

51 hirió en Egipto a todo primogénito,
las primicias de la raza en las tiendas de Cam.
52 sacó a su pueblo como a un rebaño,

y los guió como a ovejas por el desierto:

52 Y sacó a su pueblo como ovejas,
cual rebaño los guió por el desierto;
53 los condujo seguros y sin temor,

mientras el Mar cubría a sus adversarios.

53 los guió en seguro, sin temor,
mientras el mar cubrió a sus enemigos;
54 Los llevó hasta su Tierra santa,

hasta la Montaña que adquirió con su mano;

54 los llevó a su término santo,
a este monte que su diestra conquistó;
55 delante de ellos expulsó a las naciones,

les asignó por sorteo una herencia

e instaló en sus carpas a las tribus de Israel.

55 arrojó a las naciones ante ellos;
a cordel les asignó una heredad,
y estableció en sus tiendas las tribus de Israel.
56 Pero ellos tentaron e irritaron a Dios,

no observaron los preceptos del Altísimo;

56 Pero ellos le tentaron, se rebelaron contra el Dios Altísimo,
se negaron a guardar sus dictámenes,
57 desertaron y fueron traidores como sus padres,

se desviaron como un arco fallido.

57 se extraviaron, infieles, lo mismo que sus padres,
se torcieron igual que un arco indócil:
58 Lo afligieron con sus lugares de culto,

le provocaron celos con sus ídolos:

58 le irritaron con sus altos,
con sus ídolos excitaron sus celos.
59 Dios lo advirtió y se llenó de indignación,

y rechazó duramente a Israel.

59 Dios lo oyó y se enfureció,
desechó totalmente a Israel;
60 Abandonó la Morada de Silo,

la Carpa donde habitaba entre los hombres;

60 abandonó la morada de Silo,
la tienda en que habitaba entre los hombres.
61 entregó su Fortaleza al cautiverio,

su Arca gloriosa en manos del enemigo

61 Mandó su fuerza al cautiverio,
a manos del adversario su esplendor;
62 Entregó su pueblo a la espada,

se enfureció contra su herencia;

62 entregó su pueblo a la espada,
contra su heredad se enfureció.
63 el fuego devoró a sus jóvenes,

y no hubo canto nupcial para sus vírgenes;

63 El fuego devoró a sus jóvenes,
no hubo canto nupcial para sus vírgenes;
64 sus sacerdotes cayeron bajo la espada,

y sus viudas no pudieron celebrar el duelo.

64 sus sacerdotes cayeron a cuchillo,
sus viudas no entonaron lamentos.
65 Pero el Señor se levantó como de un sueño,

como un guerrero adormecido por el vino:

65 Entonces despertó el Señor como un durmiente,
como un bravo vencido por el vino;
66 él hirió al enemigo con la espada,

le infligió una derrota completa.

66 hirió a sus adversarios en la espalda,
les infligió un oprobio eterno.
67 Rechazó a los campamentos de José

y no eligió a la tribu de Efraím:

67 Desechó la tienda de José,
y no eligió a la tribu de Efraím;
68 eligió a la tribu de Judá,

a la montaña de Sión, su predilecta.

68 mas eligió a la tribu de Judá,
el monte Sión al cual amaba.
69 Construyó su Santuario como el cielo en lo alto,

como la tierra, que cimentó para siempre;

69 Construyó como las alturas del cielo su santuario,
como la tierra que fundó por siempre.
70 y eligió a David, su servidor,

sacándolo de entre los rebaños de ovejas.

70 Y eligió a David su servidor,
le sacó de los apriscos del rebaño,
71 Cuando iba detrás de las ovejas, lo llamó

para que fuera pastor de Jacob, su pueblo,

y de Israel, su herencia;

71 le trajo de detrás de las ovejas,
para pastorear a su pueblo Jacob,
y a Israel, su heredad.
72 él los apacentó con integridad de corazón

y los guió con la destreza de su mano.
72 El los pastoreaba con corazón perfecto,
y con mano diestra los guiaba.