Scrutatio

Martedi, 7 maggio 2024 - Santa Flavia ( Letture di oggi)

Rut 3


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Noemí, su suegra, le dijo: «Hija mia, ¿es que no debo procurarte una posición segura que te convenga?1 Entonces Noemí, su suegra, le dijo: «Hija mía, yo quisiera conseguirte un lugar seguro, donde puedas ser feliz.
2 Ahora bien: ¿Acaso no es pariente nuestro aquel Booz con cuyos criados estuviste? Pues mira: Esta noche estará aventando la cebada en la era.2 Por otra parte, Booz, el hombre con cuyas servidoras estuviste, es pariente cercano nuestro. Esta noche él estará aventando la cebada en la era.
3 Lávate, perfúmate y ponte encima el manto, y baja a la era; que no te reconozca ese hombre antes que acabe de comer y beber.3 Lávate, perfúmate, cúbrete con tu manto y baja a la era. No dejes que te reconozca antes que termine de comer y beber.
4 Cuando se acueste, mira el lugar en que se haya acostado, vas, descubres un sitio a sus pies y te acuestas; y él mismo te indicará lo que debes hacer».4 Cuando se acueste, fíjate en el lugar donde él esté acostado; entonces ve, destápale los pies y acuéstate allí, Después él mismo te indicará lo que debes hacer».
5 Ella le dijo: «Haré cuanto me has dicho».5 Ella le respondió: «Haré todo lo que me has dicho».
6 Bajó a la era e hizo cuanto su suegra le había mandado.6 Rut bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
7 Booz comió y bebió y su corazón se puso alegre. Entonces fue a acostarse junto al montón de cebada. Vino ella sigilosamente, descubrió un sitio a sus pies y se acostó.7 Booz comió y bebió, y se puso alegre. Luego fue a acostarse junto a la parva de cebada. Ella fue sigilosamente, le destapó los pies y se acostó.
8 A media noche sintió el hombre un escalofrío, se volvió y notó que había una mujer acostada a sus pies.8 A eso de la media noche, el hombre se despertó sobresaltado, y al incorporarse, vio que había una mujer acostada a sus pies.
9 Dijo: «¿Quien eres tú?», y ella respondió: «Soy Rut tu sierva. Extiende sobre tu sierva el borde de tu manto, porque tienes derecho de rescate».9 «Y tú, ¿quién eres?», le preguntó. «Soy Rut, tu servidora, respondió ella; extiende tu manta sobre tu servidora, porque a ti te toca responder por mí».
10 El dijo: «Bendita seas de Yahveh, hija mía; tu último acto de piedad filial ha sido mejor que el primero, porque no has pretendido a ningún joven, pobre o rico.10 El exclamó: «¡Que el Señor te bendiga, hija mía! Tú has realizado un segundo acto de piedad filial, mejor que el primero, al no pretender a ningún joven, ni pobre ni rico.
11 Y ahora, hija mía, no temas; haré por ti cuanto me digas, porque toda la gente de mi pueblo sabe que tú eres una mujer virtuosa.11 Y ahora, no temas, hija mía. Haré por ti todo lo que me digas, porque toda la gente de mi pueblo sabe muy bien que eres una mujer virtuosa.
12 Ahora bien: es verdad que tengo derecho de rescate, pero hay un pariente más cercano que yo con derecho de rescate.12 Es verdad que a mí me toca responder por ti, pero hay otro pariente más cercano que yo.
13 Pasa aquí esta noche, y mañana, si él quiere ejercer su derecho, que lo ejerza; y si no quiere, yo te rescataré, ¡vive Yahveh! Acuéstate hasta el amanecer».13 Pasa aquí la noche; y mañana, si él quiere ejercer contigo su derecho, que lo haga; de lo contrario, lo haré yo. Te lo juro. Acuéstate hasta que amanezca».
14 Se acostó ella a sus pies hasta la madrugada; se levantó él a la hora en que todavía un hombre no puede reconocer a otro, pues se decía: «Que no se sepa que la mujer ha venido a la era».14 Rut quedó acostada a sus pies hasta la madrugada, y se levantó a la hora en que un hombre todavía no puede reconocer a otro, porque Booz no quería que se supiera que la mujer había venido a la era.
15 El dijo: «Trae el manto que tienes encima y sujeta bien». Sujetó ella, y él midió seis medidas de cebada y se las puso a cuestas, y él entró en la ciudad.15 Entonces le dijo: «Trae el manto que tienes puesto y sujétalo bien». Mientras ella lo sujetó, él midió media bolsa de cebada y puso la carga sobre sus hombros. Después, ella entró en la ciudad.
16 Volvió ella donde su suegra que le dijo: «¿Cómo te ha ido, hija mía?» Y le contó cuanto el hombre había hecho por ella,16 Cuando llegó adonde estaba su suegra, esta le dijo: «¿Cómo te ha ido, hija mía?». Rut le contó todo lo que el hombre había hecho por ella,
17 y añadió: «Me ha dado estas seis medidas de cebada, pues dijo: “No debes volver de vacío donde tu suegra.”»17 y añadió: «Me entregó esta media bolsa de cebada, diciéndome que no debía volver con las manos vacías a la casa de mi suegra».
18 Noemí le dijo: «Quédate tranquila, hija mía, hasta que sepas cómo acaba el asunto; este hombre no parará hasta concluirlo hoy mismo».18 Noemí respondió: «Quédate tranquila, hija mía, hasta que veas cómo se resuelve todo esto. Seguramente este hombre no descansará hasta arreglar hoy mismo este asunto».