Scrutatio

Martedi, 7 maggio 2024 - Santa Flavia ( Letture di oggi)

Zacarías 11


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Abre tus puertas, Líbano, y el fuego devore tus cedros.1 Abre tus puertas, Líbano, y que tus cedros sean presa de las llamas.
2 Gime, ciprés, porque ha caído el cedro, porque los majestuosos han sido arrasados. Gemid, encinas de Basán, porque ha sido abatida la selva impenetrable.2 Gime, ciprés, porque ha caído el cedro, porque los poderosos han sido arrasados. Giman, encinas de Basán, porque ha sido abatida la selva impenetrable.
3 Se oye gemido de pastores, porque ha sido arrasado su esplendor, se oye rugido de leones, porque ha sido arrasada la gloria del Jordán.3 Escuchen el gemido de los pastores, porque ha sido arrasado su esplendor; escuchen el rugido de los leones, porque ha sido arrasado el orgullo del Jordán.
4 Así dice Yahveh mi Dios: Apacienta las ovejas de matadero,4 Así habla el Señor, mi Dios: Apacienta las ovejas destinadas al matadero,
5 esas que sus compradores matan impunemente, mientras sus vendedores dicen: «¡Bendito sea Yahveh; ya soy rico!», y a las que no perdonan los pastores.5 aquellas que sus compradores matan impunemente, mientras los vendedores dicen: «¡Bendito sea el Señor, ya soy rico!», y los pastores no se compadecen de ellas.
6 Pues yo no perdonaré más a los habitantes de esta tierra, oráculo de Yahveh; mas he aquí que voy a entregar a los hombres, a cada uno en manos de su vecino y en manos de su rey; ellos aplastarán la tierra y yo no los libraré de sus manos.6 No, ya no tendré compasión de los habitantes del país –oráculo del Señor– y entregaré a cada uno en manos de su vecino y en manos de su rey; ellos aplastarán el país, y yo no los libraré de sus manos.
7 Apacenté, pues, las ovejas de matadero destinadas a los tratantes de ovejas, y me procuré dos cayados: a uno lo llamé «Gracia» y al otro «Vínculo». Me puse a apacentar las ovejas,7 Entonces apacenté las ovejas destinadas al matadero por los traficantes de ovejas. Tomé dos bastones: a uno lo llamé «Favor» y al otro «Vínculo». Me puse a apacentar las ovejas,
8 y me deshice de los tres pastores en un mes. Pero mi alma se impacientó con ellos y su alma también se hastió de mí.8 e hice desaparecer a los tres pastores en un mes. Pero yo perdí la paciencia con ellas, y ellas también se hastiaron de mí.
9 Entonces dije: «¡No os apacentaré más; la que tenga que morir, que muera, la que tenga que desaparecer, que desaparezca, y las que queden, que se coman unas a otras!»9 Yo dije: «¡No las apacentaré más! ¡La que quiera morir, que muera! ¡La que quiera desaparecer, que desaparezca! ¡Y las que queden, que se devoren entre sí!».
10 Tomé luego mi cayado «Gracia» y lo partí, para romper la alianza que Yahveh había concluido con todos los pueblos.10 Después tomé mi bastón «Favor», y lo quebré para romper mi pacto, el que yo había establecido con todos los pueblos.
11 Quedó roto aquel día, y los tratantes de ovejas que me observaban supieron que era una palabra de Yahveh.11 El pacto quedó roto ese día, y los traficantes de ovejas que me observaban reconocieron que esa era una palabra del Señor.
12 Yo les dije: «Si os parece bien, dadme mi jornal; sino, dejadlo». Ellos pesaron mi jornal: treinta siclos de plata.12 Yo les dije: «Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo». Ellos pesaron mi salario: treinta siclos de plata.
13 Yahveh me dijo: «¡Echalo al tesoro, esa lindeza de precio en que me han apreciado!» Tomé, pues, los treinta siclos de plata y los eché en la Casa de Yahveh, en el tesoro.13 Pero el Señor me dijo: «¡Echa al Tesoro ese lindo precio en que he sido valuado por ellos!». Yo tomé los treinta siclos de plata y los eché en el Tesoro de la Casa del Señor.
14 Después partí mi segundo cayado «Vínculo», para romper la fraternidad entre Judá e Israel.14 Después quebré mi segundo bastón «Vínculo», para romper la fraternidad entre Judá e Israel.
15 Yahveh me dijo entonces: «Toma todavía el hato de un pastor necio.15 El Señor me dijo: Toma ahora la mochila de un pastor insensato.
16 Pues he aquí que yo voy a suscitar en esta tierra un pastor que no hará caso de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni se ocupará de la sana, sino que comerá la carne de la cebada, y hasta las uñas les arrancará.16 Porque yo voy a suscitar en el país un pastor que no se preocupará de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni alimentará a la sana, sino que comerá la carne de las más gordas y les arrancará hasta las pezuñas.
17 ¡Ay del pastor inútil que abandona las ovejas! ¡Espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho; que su brazo se seque del todo, y del todo se oscurezca su ojo!»17 ¡Pobre del pastor inútil que abandona el rebaño! ¡La espada caiga sobre su brazo y sobre su ojo derecho! ¡Que su brazo se seque por completo y que su ojo derecho se apague totalmente!