Scrutatio

Domenica, 5 maggio 2024 - Beato Nunzio Sulprizio ( Letture di oggi)

2 Reyes 3


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Joram, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaría el año dieciocho de Josafat, rey de Judá, y reinó doce años.1 Joram, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, el decimoctavo año de Josafat, rey de Judá, y reinó doce años.
2 Hizo el mal a los ojos de Yahveh, pero no como su padre y como su madre, porque retiró la estela de Baal que su padre había hecho.2 El hizo lo que es malo a los ojos del Señor, aunque no tanto como su padre y su madre, ya que retiró la piedra sagrada de Baal que había erigido su padre.
3 Tan sólo que se adhirió a los pecados de Jeroboam, hijo de Nebat, que hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos.3 Sin embargo, persistió en el pecado que Jeroboam, hijo de Nebat, había hecho cometer a Israel, y no se apartó de él.
4 Mesá, rey de Moab, era pastor de ovejas y pagaba al rey de Israel 100.000 corderos y 100.000 carneros con su lana;4 Mesa, rey de Moab, era criador de rebaños, y pagaba como tributo al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros lanudos.
5 pero a la muerte de Ajab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel.5 Pero al morir Ajab, el rey de Moab se sublevó contra el rey de Israel.
6 Aquel día salió el rey Joram de Samaría y pasó revista a todo Israel.6 Aquel día, el rey Joram salió de Samaría y pasó revista a todo Israel.
7 Fue y envió a decir a Josafat, rey de Judá: «El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Quieres venir conmigo a la guerra contra Moab?» Respondió: «Subiré. Yo seré como tú; mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos».7 Luego partió y mandó decir a Josafat, rey de Judá: «El rey de Moab se ha sublevado contra mí; ¿quieres venir conmigo a combatir contra Moab?». Josafat respondió: «Sí, subiré; cuenta conmigo como contigo mismo, con mi gente como con la tuya, con mis caballos como con los tuyos».
8 Y preguntó: «¿Por qué camino subiremos?» Respondió: «Por el camino del desierto de Edom».8 Además preguntó: «¿Por qué camino subiremos?». «Por el camino del desierto de Moab», respondió Joram.
9 Fueron el rey de Israel, el rey de Judá y el rey de Edom; dieron un rodeo durante siete días y faltó el agua para el campamento y para las bestias de carga que les seguían.9 El rey de Israel, el rey de Judá y el rey de Edom se pusieron en campaña; pero después de siete días de marcha, faltó el agua para la tropa y para los animales de carga que iban detrás.
10 El rey de Israel dijo: «¡Ay! Que Yahveh ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab!»10 Entonces el rey de Israel exclamó: «¡Ay, el Señor ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab!».
11 Pero Josafat dijo: «¿No hay aquí algún profeta de Yahveh para que consultemos a Yahveh por su medio?» Respondió uno de los servidores del rey de Israel y dijo: «Esta aquí Eliseo, hijo de Safat, el que vertía el agua en manos de Elías».11 Josafat, por su parte, preguntó: «¿No hay aquí un profeta del Señor, para que podamos consultar al Señor?». Uno de los servidores del rey de Israel tomó la palabra y dijo: «Aquí esta Eliseo, hijo de Safat, el que derramaba agua sobre las manos de Elías».
12 Dijo Josafat: «Con él está la palabra de Yahveh». Y bajaron donde él el rey de Israel, Josafat, y el rey de Edom.12 Y Josafat afirmó: «La palabra del Señor está con él». El rey de Israel, el rey de Judá y el rey de Edom bajaron hacia donde estaba Eliseo,
13 Dijo Eliseo al rey de Israel: «¿Qué tengo que ver yo contigo? ¡Vete a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre!» Respondió el rey de Israel: «Es que Yahveh ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab».13 pero este dijo al rey de Israel: «¿Qué tengo que ver yo contigo? Recurre a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre». «De ninguna manera, dijo el rey de Israel, porque el Señor ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab».
14 Dijo Eliseo: «Vive Yahveh Seboat a quien sirvo, que si no tuviera delante a Josafat, rey de Judá, no te atendería ni te miraría.14 Eliseo respondió: «¡Por la vida del Señor de los ejércitos, a quien sirvo! Si no fuera por consideración a Josafat, rey de Judá, no te tendría en cuenta y ni siquiera te miraría.
15 Traedme, pues, un tañedor. Y sucedió que, mientras tocaba el tañedor, vino sobre él la mano de Yahveh,15 Pero ahora, tráiganme un músico». Y mientras el músico pulsaba las cuerdas, la mano del Señor se posó sobre Eliseo,
16 y dijo: «Así dice Yahveh: “Haced en este valle zanjas y más zanjas “,16 y él dijo: «Así habla el Señor: Abran zanjas y más zanjas en esta quebrada,
17 porque así, dice Yahveh: “No veréis viento y no veréis lluvia, pero este valle se llenará de agua y beberéis vosotros y vuestros campamentos y vuestros ganados. “17 porque así habla el Señor: Ustedes no verán viento ni verán lluvia, pero esta quebrada se llenará de agua, para que beban ustedes, su ganado y sus bestias de carga.
18 Y aún es poco esto a los ojos de Yahveh, pues entregaré a Moab en vuestras manos18 Y como esto es demasiado poco a los ojos del Señor, él entregará a Moab en manos de ustedes.
19 y heriréis a toda ciudad fuerte, talaréis todo árbol bueno, cegaréis todas las fuentes y devastaréis todos los campos fértiles cubriéndolos de piedra».19 Derrotarán todas las plazas fuertes y todas las ciudades importantes; talarán los mejores árboles, cegarán todas las fuentes de agua y arruinarán todos los campos fértiles, cubriéndolos de piedras».
20 A la mañana, a la hora de alzar la oblación, venían las aguas de la parte de Edom y la tierra se llenó de agua.20 En efecto, a la mañana siguiente, a la hora de la ofrenda, vino una correntada por el lado de Edom y se inundó de agua toda la región.
21 Habiendo oído todo Moab que subían los reyes para hacerles la guerra, convocaron a todos, desde los que empezaban a ceñir espada en adelante, y se apostaron en la frontera.21 Mientras tanto, todos los moabitas, al oír que los reyes subían a combatir contra ellos, se habían movilizado –desde los que estaban en edad de ceñir las armas en adelante– y se habían apostado en la frontera.
22 Al levantarse de mañana brillaba el sol sobre las aguas y los moabitas vieron enfrente las aguas rojas como la sangre,22 A la mañana siguiente, bien de madrugada, cuando el sol brillaba sobre las aguas, los moabitas vieron frente a ellos las aguas rojas como sangre,
23 y exclamaron: «Es sangre; sin duda los reyes se han matado entre sí y se han herido unos a otros. Conque ¡al botín, Moab!»23 y dijeron: «¡Es sangre! Seguro que los reyes se batieron a espada y se mataron entre ellos. Y ahora, ¡al saqueo, Moab!».
24 Cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas y batieron a Moab, que huyó ante ellos; ellos avanzaron impetuosamente y derrotaron a Moab,24 Pero cuando llegaron al campamento de Israel, surgieron los israelitas y derrotaron a Moab, que huyó delante de ellos. Luego siguieron avanzando y derrotando a Moab:
25 destruyeron las ciudades, arrojaron sobre los mejores campos cada uno su piedra y los llenaron, cegaron todos los manantiales, talaron todo árbol bueno; sólo le quedaron sus piedras a Quir Jeres, y los honderos la cercaron y la batieron.25 demolieron las ciudades y cada uno arrojó su piedra en los campos fértiles, hasta llenarlos de ellas; cegaron todas las fuentes de agua y talaron los mejores árboles. Al fin, cuando ya no quedó más que Quir Jaréset, los honderos la cercaron y la atacaron.
26 Viendo el rey de Moab que llevaba la parte peor de la batalla, tomó consigo setecientos hombres que tiraban de espada para abrir brecha hacía el rey de Aram, pero no pudieron.26 El rey de Moab, al ver que la guerra estaba perdida para él, reunió a setecientos hombres armados de espada, para abrirse una brecha hacia el rey de Edom; pero fracasó.
27 Tomó entonces a su primogénito, el que había de reinar en su lugar, y lo alzó en holocausto sobre la muralla, y hubo gran cólera contra los israelitas, que se alejaron de allí volviendo al país.27 Entonces tomó a su hijo primogénito, el que debía reinar después de él, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Y se desencadenó una ira tan grande contra Israel, que debieron retirarse de allí y volver a su país.