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Mercoledi, 1 maggio 2024 - San Giuseppe Lavoratore ( Letture di oggi)

2 Reyes 18


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 En el año tercero de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías, hijo de Ajaz, rey de Judá.1 El tercer año de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, inició su reinado Ezequías, hijo de Ajaz, rey de Judá.
2 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar y reinó veintinueve años en Jerusalén; el nombre de su madre era Abía, hija de Zacarías.2 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abí, hija de Zacarías.
3 Hizo lo recto a los ojos de Yahveh enteramente como David su padre.3 El hizo lo que es recto a los ojos del Señor, tal como lo había hecho su padre David.
4 El fue quien quitó los altos, derribó las estelas, cortó los cipos y rompió la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque los israelitas le habían quemado incienso hasta aquellos días; se la llamaba Nejustán.4 Hizo desaparecer los lugares altos, rompió las piedras conmemorativas, taló el poste sagrado e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta esos días los israelitas le quemaban incienso; se la llamaba Nejustán.
5 Confió en Yahveh, Dios de Israel. Después de él no le ha habido semejante entre todos los reyes de Judá, ni tampoco antes.5 Ezequías puso su confianza en el Señor, el Dios de Israel, y no hubo después de él ninguno igual entre todos los reyes de Judá, como tampoco lo hubo antes que él.
6 Se apegó a Yahveh y no se apartó de él; guardó los mandamientos que Yahveh había mandado a Moisés.6 Se mantuvo fiel al Señor sin apartarse de él, y observó los mandamientos que el Señor había dado a Moisés.
7 Yahveh estuvo con él y tuvo éxito en todas sus empresas; se rebeló contra el rey de Asiria y no le sirvió.7 Tuvo éxito en todas sus empresas, porque el Señor estaba con él. Se rebeló contra el rey de Asiria y no fue más su vasallo.
8 El batió a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres de guardia hasta las ciudades fortificadas.8 Derrotó a los filisteos hasta Gaza y devastó su territorio, desde las torres de guardia hasta las plazas fuertes.
9 En el año cuarto del rey Ezequías, que es el año séptimo de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, subió Salmanasar, rey de Asiria, contra Samaría y la asedió.9 El cuarto año del rey Ezequías, que era el séptimo año de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Samaría y la sitió.
10 La conquistó al cabo de tres años. En el año sexto de Ezequías, que es el año noveno de Oseas, rey de Israel, fue conquistada Samaría.10 Al cabo de tres años la conquistaron: en el sexto año de Ezequías, que era el noveno año de Oseas, rey de Israel, fue tomada Samaría.
11 El rey de Asiria deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, en el Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos,11 El rey de Asiria deportó a los israelitas a Asiria y los estableció en Jalaj, y también junto al Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos.
12 porque no escucharon la voz de Yahveh su Dios y violaron su alianza y todo cuanto había ordenado Moisés, siervo de Yahveh. No lo escucharon y no lo practicaron.12 Esto sucedió porque no habían escuchado la voz del Señor, su Dios, y habían transgredido su alianza; todo lo que había mandado Moisés, el servidor del Señor, ellos no lo habían escuchado ni practicado.
13 En el año catorce del rey Ezequías subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas.13 El decimocuarto año del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas.
14 Ezequías, rey de Judá, envió a decir a Senaquerib a Lakís: «He pecado; deja de atacarme, y haré cuanto me digas». El rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.14 Ezequías, rey de Judá, mandó a decir al rey de Asiria, que estaba en Laquis: «He cometido un error; retírate y aceptaré lo que me impongas». El rey de Asiria exigió al rey Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y trescientos talentos de oro.
15 Ezequías entregó todo el dinero que se encontró en la Casa de Yahveh y en los tesoros de la casa del rey.15 Ezequías entregó entonces toda la plata que se encontraba en la Casa del Señor y en los tesoros de la casa del rey.
16 En aquella ocasión Ezequías quitó las puertas del santuario de Yahveh y los batientes que..., rey de Judá, había revestido de oro, y lo entregó al rey de Asiria.16 Fue en aquel tiempo cuando Ezequías desmanteló las puertas del Templo del Señor y los soportes que el mismo Ezequías, rey de Judá, había recubierto de metal, para entregarlos al rey de Asiria.
17 El rey de Asiria envió desde Lakís a Jerusalén, donde el rey Ezequías, al copero mayor con un fuerte destacamento. Subió a Jerusalén y en llegando se colocó en el canal de la alberca superior que está junto al camino del campo del Batanero.17 Desde Laquis, el rey de Asiria envió a Jerusalén, donde estaba Ezequías, al general en jefe, al jefe de los eunucos y al copero mayor, acompañados de una fuerte escolta. Ellos subieron y, al llegar a Jerusalén, se apostaron junto al canal de la piscina superior, sobre la seda del campo del Tintorero.
18 Llamó al rey, y el mayordomo de palacio, Elyaquim, hijo de Jilquías, el secretario Sebná y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, salieron hacia él.18 Llamaron al rey, y Eliaquim, hijo de Jilquías, el mayordomo de palacio, salió a su encuentro, junto con Sebná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, el archivista.
19 El copero mayor les dijo: «Decid a Ezequías: Así habla el gran rey, el rey de Asiria: ¿Qué confianza es ésa en la que te fías?19 El copero mayor les dijo: «Digan a Ezequías: Así habla el gran rey, el rey de Asiria: ¿Qué motivo tienes para estar tan confiado?
20 Te has pensado que meras palabras de los labios son consejo y bravura para la guerra. Pero ahora ¿en quién confías, que te has rebelado contra mí?20 ¿Piensas que la estrategia y el valor para el combate son cuestión de palabras? ¿En quien confías para rebelarte contra mí
21 Mira: te has confiado al apoyo de esa caña rota, de Egipto, que penetra y traspasa la mano del que se apoya sobre ella. Pues así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él.21 ¡Ah, sí! Tú confías en el apoyo de esa caña quebrada, en Egipto, que perfora y atraviesa la mano de todo el que se apoya en él. Eso es el Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él.
22 Pero vais a decirme: “Nosotros confiamos en Yahveh, nuestro Dios.” ¿No ha sido él, Ezequías, quien ha suprimido los altos y los altares y ha dicho a Judá y a Jerusalén: “Os postraréis delante de este altar en Jerusalén?”22 Seguramente, tú me dirás: «Nosotros confiamos en el Señor, nuestro Dios». Pero ¿no fue acaso Ezequías el que suprimió todos los lugares altos y los altares dedicados a él, diciendo a la gente de Judá y de Jerusalén: «Sólo delante de este altar, en Jerusalén, ustedes deberán postrarse»?
23 Pues apostad ahora con mi señor, el rey de Asiria: te daré 2.000 caballos si eres capaz de encontrarte jinetes para ellos.23 ¡Y bien! Haz una apuesta con mi señor, el rey de Asiria: ¡Yo te daré dos mil caballos, si puedes conseguir bastantes hombres para montarlos!
24 ¿Cómo harias retroceder a uno solo de los más pequeños servidores de mi señor? ¡Te fías de Egipto para tener carros y gentes de carro!24 ¿Cómo harías retroceder a uno solo de los más insignificantes servidores de mi señor? ¡Pero tú confías en Egipto para tener carros de guerra y soldados!
25 Y ahora ¿es que yo he subido contra este lugar para destruirlo, sin Yahveh? Yahveh me ha dicho: Sube contra esa tierra y destrúyela».25 ¿Acaso he venido a arrasar este país sin el consentimiento del Señor? Fue el Señor quien me dijo: ¡Sube contra ese país y arrásalo!».
26 Dijeron Elyaquim, Sebná y Yoaj al copero mayor: «Por favor, háblanos a nosotros, tus siervos, en arameo, que lo entendemos; no nos hables en lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla».26 Eliaquim, hijo de Jilquías, Sebná y Joaj dijeron al copero mayor: «Por favor, háblanos en arameo, porque nosotros lo entendemos. No nos hables en hebreo, a oídos del pueblo que está sobre la muralla».
27 El copero mayor dijo: «¿Acaso mi señor me ha enviado a decir estas cosas a tu señor, o a ti, y no a los hombres que se encuentran sobre la muralla, que tienen que comer sus excrementos y beber sus orinas con vosotros?»27 Pero el copero mayor les replicó» «¿Acaso mi señor me envió a decir estas cosas a tu señor y a ti? ¿No están dirigidas a esos hombres apostados sobre la muralla, que tendrán que comer sus excrementos y beber su orina, igual que ustedes?».
28 Se puso en pie el copero mayor y gritó con gran voz, en lenguá de Judá, diciendo: «Escuchad la palabra del gran rey, del rey de Asiria.28 Entonces el copero mayor, puesto de pie, gritó bien fuerte en hebreo: «Escuchen la palabra del gran rey, el rey de Asiria:
29 Así habla el rey: No os engañe Ezequías, porque no podrá libraros de mi mano.29 Así habla el rey: Que Ezequías no los engañe, porque él no podrá librarnos de mi mano.
30 Que Ezequías no os haga confiar en Yahveh diciendo: “De cierto nos librará Yahveh, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.”30 Y que Ezequías no los induzca a confiar en el Señor, diciendo: Seguramente el Señor nos librará, y esta ciudad no caerá en manos del rey de Asiria.
31 No escuchéis a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Haced paces conmigo, rendíos a mi y comerá cada uno de su viña y de su higuera, y beberá cada uno de su cisterna,31 No le hagan caso a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Hagan las paces conmigo y ríndanse. Así cada uno de ustedes comerá los frutos de su viña y de su higuera, y beberá el agua de su pozo,
32 hasta que yo llegue y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de trigo y de mosto, tierra de pan y de viñas, tierra de aceite y de miel, y viviréis y no moriréis. Pero no escuchéis a Ezequías, porque os engaña diciendo: “Yahveh nos librará.”32 hasta que venga yo y los lleve a un país como el de ustedes, un país de trigo y vino nuevo, un país de pan y viñedos, un país de olivares, de aceite fresco y de miel; así ustedes vivirán y no morirán. Pero no escuchen a Ezequías, porque él los seduce, diciendo: «El Señor nos librará».
33 ¿Acaso los dioses de las naciones han librado cada uno a su tierra de la mano del rey de Asiria?33 ¿Acaso los dioses de las naciones han librado a sus países de la mano del rey de Asiria?
34 ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad, dónde están los dioses de Sefarváyim, de Hená y de Ivvá? ¿Acaso han librado a Samaría de mi mano?34 ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, de Hená y de Ivá? ¿Dónde los dioses del país de Samaría?
35 ¿Quiénes, de entre todos los dioses de los países, los han librado de mi poder para que libre Yahveh a Jerusalén de mi mano?»35 Entre todos los dioses de esos países, ¿hubo alguno que librara de mi mano a su propio país, para que el Señor libre de mi mano a Jerusalén?».
36 Calló el pueblo y no le respondió una palabra, porque el rey había dado esta orden diciendo: «No le respondáis».36 El pueblo guardó silencio y no le respondió ni una sola palabra, porque esta era la orden del rey: «No le respondan nada».
37 Elyaquim, hijo de Jilquías, mayordomo de palacio, y el secretario Sebná y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, fueron a Ezequías, desgarrados los vestidos, y le relataron las palabras del copero mayor.37 Eliaquim, hijo de Jilquías, el mayordomo de palacio, Sebná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, el archivista, se presentaron ante Ezequías con sus vestiduras desgarradas, y le informaron de las palabras del copero mayor.