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Martedi, 14 maggio 2024 - San Mattia ( Letture di oggi)

Salmos 68


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Del maestro de coro. De David. Salmo. Canto.

1 Del maestro de coro. De David. Salmo. Cántico.
2 ¡Se alza Dios!

Sus enemigos se dispersan

y sus adversarios huyen delante de él.

2 ¡Alcese Dios, sus enemigos se dispersen,
huyan ante su faz los que le odian!
3 Tú los disipas como se disipa el humo;

como se derrite la cera ante el fuego,

así desaparecen los impíos ante Dios.

3 Cual se disipa el humo, los disipas;
como la cera se derrite al fuego,
perecen los impíos ante Dios.
4 Pero los justos se regocijan,

gritan de gozo delante de Dios

y se llenan de alegría.

4 Mas los justos se alegran y exultan
ante la faz de Dios, y saltan de alegría.
5 ¡Canten a Dios,

entonen un himno a su Nombre!

¡Abranle paso al que cabalga sobre las nubes!

Su Nombre es «el Señor»:

¡griten de alegría en su presencia!

5 Cantad a Dios, salmodiad a su nombre,
abrid paso al que cabalga en las nubes,
alegraos en Yahveh, exultad ante su rostro.
6 Dios en su santa Morada

es padre de los huérfanos y defensor de las viudas:

6 Padre de los huérfanos y tutor de las viudas
es Dios en su santa morada;
7 él instala en un hogar a los solitarios

y hace salir con felicidad a los cautivos,

mientras los rebeldes habitan en un lugar desolado.

7 Dios da a los desvalidos el cobijo de una casa,
abre a los cautivos la puerta de la dicha,
mas los rebeldes quedan en un suelo ardiente.
8 Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo,

cuando avanzabas por el desierto,

8 Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo,
cuando pasabas el desierto, Pausa.
9 tembló la tierra y el cielo dejó caer su lluvia,

delante de Dios –el del Sinaí–,

delante de Dios, el Dios de Israel.

9 la tierra retembló,
y hasta los cielos se licuaron ante la faz de Dios,
ante la faz de Dios, el Dios de Israel.
10 Tú derramaste una lluvia generosa, Señor:

tu herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste;

10 Tú derramaste, oh Dios, una lluvia de larguezas,
a tu heredad extenuada, tú la reanimaste;
11 allí es estableció tu familia,

y tú, Señor, la afianzarás

por tu bondad para con el pobre.

11 tu grey halló una morada, aquella
que en tu bondad, oh Dios, al desdichado preparabas.
12 El Señor pronuncia una palabra

y una legión de mensajeros anuncia la noticia:

12 El Señor da la palabra:
es el anuncio de un ejército inmenso.
13 «Huyen los reyes, huyen con sus ejércitos,

y te repartes como botín los adornos de un palacio.

13 Y mientras los reyes, los ejércitos huyen, huyen,
la bella de la casa reparte el botín.
14 ¡No se queden recostados entre los rebaños!

Las alas de la Paloma están recubiertas de plata,

y su plumaje, de oro resplandeciente»

14 Mientras vosotros descansáis entre las tapias del aprisco,
las alas de la Paloma se cubren de plata,
y sus plumas de destellos de oro verde;
15 Cuando el Todopoderoso dispersó a los reyes,

caía la nieve sobre el Monte Umbrío.

15 cuando Sadday dispersa a los reyes,
por ella cae la nieve en el Monte Umbrío.
16 ¡Montañas divinas, montañas de Basán,

montañas escarpadas, montañas de Basán!

16 ¡Monte de Dios, el monte de Basán!
¡Monte escarpado, el monte de Basán!
17 ¿Por qué miran con envidia, montañas escarpadas,

a la Montaña que Dios prefirió como Morada?

¡Allí el Señor habitará para siempre!

17 ¿Por que miráis celosos, montes escarpados,
al monte que Dios escogió por mansión?
¡Oh sí, Yahveh morará allí para siempre!
18 Los carros de guerra de Dios

son dos miríadas de escuadrones relucientes;

¡el Señor está en medio de ellos,

el Sinaí está en el Santuario!

18 Los carros de Dios, por millares de miriadas;
el Señor ha venido del Sinaí al santuario.
19 Subiste a la altura llevando cautivos,

recogiste dones entre los hombres

–incluso entre los rebeldes–

cuando te estableciste allí, Señor Dios.

19 Tú has subido a la altura, conduciendo cautivos,
has recibido tributo de hombres, hasta los rebeldes
para que Yahveh Dios tuviera una morada.
20 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra salvación!

El carga con nosotros día tras día;

20 ¡Bendito sea el Señor día tras día!
El carga con nosotros, Dios de nuestra salvación. Pausa.
21 él es el Dios que nos salva

y nos hace escapar de la muerte.

21 Dios libertador es nuestro Dios;
del Señor Yahveh son las salidas de la muerte;
22 Sí, Dios aplastará la cabeza de sus enemigos,

el cráneo de los que se obstinan en sus delitos.

22 mas la cabeza de sus enemigos Dios quebranta,
la testa cabelluda de quien sus crímenes pasea.
23 Dice el Señor: «Los traeré de Basan,

los traeré desde los abismos del mar,

23 Dijo el Señor: «De Basán haré volver,
haré volver de los abismos del mar,
24 para que hundas tus pies en la sangre del enemigo

y la lengua de tus perros también tenga su parte».

24 para que puedas hundir tu pie en la sangre,
y en los enemigos tenga su parte la lengua de tus
perros».
25 Ya apareció tu cortejo, Señor,

el cortejo de mi Rey y mi Dios hacia el Santuario:

25 ¡Se han visto, oh Dios, tus procesiones,
las procesiones de mi Dios, mi rey, al santuario:
26 los cantores van al frente, los músicos, detrás;

las jóvenes, en medio, van tocando el tamboril.

26 delante los cantores, los músicos detrás,
las doncellas en medio, tocando el tamboril!
27 ¡Bendigan al Señor en medio de la asamblea!

¡Bendigan al Señor desde la fuente de Israel!

27 A Dios, en coros, bendecían:
¡es Yahveh, desde el origen de Israel.
28 Allí Benjamín, el más pequeño, abre la marcha

con los príncipes de Judá, vestidos de brocado,

y con los príncipes de Zabulón

y los príncipes de Neftalí.

28 Allí iba Benjamín, el pequeño, abriendo marcha,
los príncipes de Judá con sus escuadras,
los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
29 Tu Dios ha desplegado tu poder:

¡sé fuerte, Dios, tú que has actuado por nosotros!

29 ¡Manda, Dios mío, según tu poder,
el poder, oh Dios, que por nosotros desplegaste,
30 A causa de tu Templo, que está en Jerusalén,

los reyes te presentarán tributo.

30 desde tu Templo en lo alto de Jerusalén,
donde vienen los reyes a ofrecerte presentes!
31 Reprime a la Fiera de los juncos,

al tropel de los toros y terneros:

que esos pueblos se rindan a tus pies,

trayendo lingotes de oro.

El Señor dispersó a los pueblos guerreros;

31 Increpa a la bestia del cañaveral,
a la manada de toros y novillos de los pueblos.
¡Que se sometan con lingotes de plata!
¡Dispersa a los pueblos que fomentan la guerra!
32 telas preciosas llegan de Egipto

y Etiopía, con sus propias manos,

presenta sus dones a Dios.

32 Los magnates acudan desde Egipto,
tienda hacia Dios sus manos Etiopía.
33 ¡Canten al Señor, reinos de la tierra,

entonen un himno a Dios,

33 ¡Cantad a Dios, reinos de la tierra,
salmodiad para el Señor,
34 al que cabalga por el cielo,

por el cielo antiquísimo!

El hace oír su voz poderosa,

34 para el que cabalga los cielos, los antiguos cielos: Pausa.
ved que lanza él su voz, su voz potente!
35 ¡reconozcan el poder de Dios!

Su majestad brilla sobre Israel

y su poder, sobre las nubes.

35 Reconoced el poderío de Dios.
Sobre Israel su exaltación,
su poder en las nubes:
36 Tú eres temible, oh Dios, desde tus santuarios.

El Dios de Israel concede a su pueblo

el poder y la fuerza.

¡Bendito sea Dios!
36 ¡temible es Dios desde su santuario!
El, el Dios de Israel,
es quien da poder y fuerza al pueblo.
¡Bendito sea Dios!