Scrutatio

Lunedi, 13 maggio 2024 - Beata Vergine Maria di Fatima ( Letture di oggi)

Mateo 22


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo:1 Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:
2 «El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo.2 «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.
3 Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.3 Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.
4 De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas".4 Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: “Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda.”
5 Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio;5 Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;
6 y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.6 y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.
7 Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.7 Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.
8 Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.8 Entonces dice a sus siervos: “La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.
9 Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren".9 Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda.”
10 Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.10 Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.
11 Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.11 «Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,
12 "Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?". El otro permaneció en silencio.12 le dice: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?” El se quedó callado.
13 Entonces el rey dijo a los guardias: "Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes".13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”
14 Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos».14 Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».
15 Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones.15 Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra.
16 Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie.16 Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas.
17 Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?».17 Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?»
18 Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa?18 Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis?
19 Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario.19 Mostradme la moneda del tributo». Ellos le presentaron un denario.
20 Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?».20 Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?»
21 Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».21 Dícenle: «Del César». Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios».
22 Al oír esto, quedaron admirados y, dejando a Jesús, se fueron.22 Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron.
23 Aquel mismo día se le acercaron unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, y le propusieron este caso:23 Aquel día se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaron:
24 «Maestro, Moisés dijo: "Si alguien muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda".24 «Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin tener hijos, su hermano se casará con la mujer de aquél para dar descendencia a su hermano.
25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y como murió sin tener hijos, dejó su esposa al hermano.25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y murió; y, no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.
26 Lo mismo ocurrió con el segundo, después con el tercero, y así sucesivamente hasta el séptimo.26 Sucedió lo mismo con el segundo, y con el tercero, hasta los siete.
27 Finalmente, murió la mujer.27 Después de todos murió la mujer.
28 Respóndenos: cuando resuciten los muertos, ¿de cuál de los siete será esposa, ya que lo fue de todos?».28 En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos la tuvieron».
29 Jesús les dijo: «Están equivocados, porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios.29 Jesús les respondió: «Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios.
30 En la resurrección ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que todos serán como ángeles en el cielo.30 Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo.
31 Y con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído la palabra de Dios, que dice:31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído aquellas palabras de Dios cuando os dice:
32 "Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob"? ¡El no es un Dios de muertos, sino de vivientes!».32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos».
33 La multitud, que había oído esto, quedó asombrada de su enseñanza.33 Al oír esto, la gente se maravillaba de su doctrina.
34 Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar,34 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,
35 y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:
36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?».36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»
37 Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.37 El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
38 Este es el más grande y el primer mandamiento.38 Este es el mayor y el primer mandamiento.
39 El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.39 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas».40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas».
41 Mientras los fariseos estaban reunidos, Jesús les hizo esta pregunta:41 Estando reunidos los fariseos, les propuso Jesús esta cuestión:
42 «¿Qué piensan acerca del Mesías? ¿De quién es hijo?». Ellos le respondieron: «De David».42 «¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?» Dícenle: «De David».
43 Jesús les dijo: «¿Por qué entonces, David, movido por el Espíritu, lo llama "Señor", cuando dice:43 Díceles: «Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice:
44 "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies"?44 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?
45 Si David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?».45 Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»
46 Ninguno fue capaz de responderle una sola palabra, y desde aquel día nadie se atrevió a hacerle más preguntas.46 Nadie era capaz de contestarle nada; y desde ese día ninguno se atrevió ya a hacerle más preguntas.