Eclesiástico/Ben Sirá 26
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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS | BIBLIA |
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1 ¡Feliz el marido de una buena esposa: se duplicará el número de sus días! | 1 Por amor a la ganancia han pecado muchos, el que trata de enriquecerse desvía la mirada. |
2 La mujer hacendosa es la alegría de su marido y él vivirá en paz hasta el último de sus días. | 2 Entre dos piedras juntas se planta una estaca, y entre venta y compra se introduce el pecado. |
3 Una buena esposa es una gran fortuna, reservada en suerte a los que temen al Señor: | 3 Quien no se aferra enseguida al temor del Señor, pronto verá derruida su casa. |
4 sea rico o pobre, su corazón será dichoso y su rostro estará radiante en todo momento. | 4 Cuando la criba se sacude, quedan los desechos; así en su reflexión se ven las vilezas del hombre. |
5 Hay tres cosas que me inspiran temor, y por la cuarta imploro misericordia: ciudad dividida, multitud amotinada y falsa acusación son más penosas que la muerte. | 5 El horno prueba las vasijas de alfarero, la prueba del hombre está en su razonamiento. |
6 Pero pesadumbre y duelo es la mujer celosa de su rival, y en todo está presente el flagelo de la lengua. | 6 El fruto manifiesta el cultivo del árbol; así la palabra, el del pensamiento del corazón humano. |
7 Un yugo mal ajustado es una mala mujer: tratar de sujetarla es agarrar un escorpión. | 7 Antes que se pronuncie no elogies a nadie, que esa es la prueba de los hombres. |
8 Una mujer bebedora provoca indignación: ella no podrá ocultar si ignominia. | 8 Si persigues la justicia, la alcanzarás, y la revestirás como túnica de gloria. |
9 en el descaro de la mirada y en sus pupilas se reconoce la procacidad de una mujer. | 9 Los pájaros van a posarse donde sus semejantes, la verdad vuelve a quienes la practican. |
10 Redobla la guardia ante una joven atrevida, no sea que descubra una ocasión se aproveche. | 10 El león acecha a su presa, así el pecado a los que practican la injusticia. |
11 Cuídate de las miradas provocativas y no te sorprendas si te incitan al mal. | 11 La conversación del piadoso es siempre sabiduría, mas el insensato cambia como la luna. |
12 Ella abre la boca como un viajero sediento y bebe toda el agua que se le ofrece; se sienta ante cualquier estaca y abre su aljaba a todas las flechas. | 12 En medio de imbéciles aguarda tu momento, entre los que piensan demórate. |
13 La gracia de una mujer deleita a su marido y su buen juicio lo llena de vigor. | 13 La conversación de los necios es algo irritante, su risa estalla en la molicie del pecado. |
14 Una mujer discreta es un don del Señor y no tiene precio la esposa bien educada. | 14 El hablar del jurador eriza los cabellos, ante sus disputas se tapan los oídos. |
15 Una mujer pudorosa es la mayor de las gracias y no hay escala para medir a la que es dueña de sí misma. | 15 Disputa de orgullosos trae efusión de sangre, sus injurias son penosas de oír. |
16 Como el sol que se eleva por las alturas del Señor, así es el encanto de la buena esposa es una casa ordenada. | 16 Quien revela los secretos, pierde el crédito, no encontrará jamás amigo íntimo. |
17 Como una lámpara que brilla sobre el candelabro sagrado, así es la belleza del rostro sobre un cuerpo esbelto. | 17 Ama a tu amigo y confíate a él, mas si revelas sus secretos, deja de ir tras él; |
18 Columnas de oro sobre un zócalo de plata son las piernas hermosas sobres talones firmes. | 18 porque como el que mata elimina a su víctima, así has destruido la amistad de tu compañero. |
19 Como a pájaro que soltaste de tu mano, así has perdido a tu compañero y no lo recobrarás. | |
20 No vayas en su busca, porque se fue lejos, huyó como gacela de la red. | |
21 Que la herida puede ser vendada, y para la injuria hay reconciliación, pero el que reveló el secreto, perdió toda esperanza. | |
22 Quien guiña el ojo, anda urdiendo el mal, nadie podrá apartarle de él. | |
23 Ante tus ojos pone dulce su boca, y por tus palabras muestra admiración; mas después cambia de lenguaje, y con tus palabras anda dando escándalo. | |
24 Muchas cosas detesto, mas nada como a éste, y también el Señor le detesta. | |
25 Quien tira una piedra al aire, sobre su propia cabeza la tira, el golpe a traición devuelve heridas. | |
26 Quien cava una fosa, caerá en ella, quien tiende una red, en ella quedará preso. | |
27 Quien hace el mal, lo verá caer sobre sí sin saber de dónde le viene. | |
28 Hay dos cosas que me entristecen y por una tercera se enciende mi enojo: un guerrero sumido en la indigencia, los hombres inteligentes tratados con desprecio y el que vuelve de la justicia al pecado: a este, el Señor lo destina a la espada. | 28 Escarnio y ultraje son cosa de orgulloso, mas la venganza como león le acecha. |
29 Difícilmente un comerciante se libra de incurrir en falta, y un negociante no estará exento de pecado. | 29 Caerán en la red los que se alegran de la caída de los piadosos, el dolor los consumirá antes de su muerte. |
30 Rencor e ira son también abominables, esa es la propiedad del pecador. |