Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 36


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1Ten piedad de nosotros, Dueño soberano, Dios de todas las cosas, y mira, infunde tu temor a todas las naciones.2Levanta tu mano contra las naciones extranjeras y que ellas vean tu dominio.3Así como les manifestaste tu santidad al castigarnos, manifiéstanos también tu grandeza castigándolas a ellas;4y que ellas te reconozcan, como hemos reconocido nosotros que no hay otro Dios fuera de ti, Señor.5Renueva los signos y repite las maravillas, glorifica tu mano y tu brazo derecho.6Despierta tu furor y derrama tu ira, suprime al adversario y extermina al enemigo.7Apresura la hora y acuérdate del juramento, para que se narren tus hazañas.8Que el fugitivo sea devorado por el ardor del fuego, y que encuentren su perdición los que maltratan a tu pueblo.9Aplasta la cabeza de los jefes enemigos, que dicen: «¡No hay nadie fuera de nosotros!».10Congrega a todas las tribus de Jacob, y entrégales su herencia, como al comienzo.11Ten piedad, Señor, del pueblo que es llamado con tu Nombre, de Israel, a quien trataste como a un primogénito.12Ten compasión de Ciudad santa, de Jerusalén, el lugar de reposo.13Llena a Sión de alabanzas por tu triunfo, y a tu pueblo, cólmalo de tu gloria.14Da testimonio a favor de los que tú creaste en el principio, y cumple las profecías anunciadas en tu Nombre.15Dales la recompensa a los que te aguardan, y que se compruebe la veracidad de tus profetas.16Escucha, Señor, la oración de los que te suplican, conforme a la bendición de Aarón sobre tu pueblo,17para que todos los que viven en la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios eterno.18El estómago asimila toda clase de alimentos, pero hay unos mejores que otros.19El paladar distingue los manjares y el corazón inteligente descubre las mentiras.20Un corazón tortuoso provoca contrariedades, pero el hombre de experiencia le da su merecido.21Una mujer acepta cualquier marido, pero unas jóvenes son mejores que otras.22La hermosura de la mujer alegra el rostro y supera todos los deseos del hombre.23Si en sus labios hay bondad y dulzura, su marido ya no es más uno de tantos hombres.24El que adquiere una mujer tiene el comienzo de la fortuna, una ayuda adecuada a él y una columna donde apoyarse.25Donde no hay valla, la propiedad es saqueada, y donde no hay mujer, el hombre gime y va a la deriva.26¿Quién puede fiarse de un salteador que va rápidamente de ciudad en ciudad?27Así sucede con el hombre sin nido, que se alberga donde lo sorprende la noche.