Scrutatio

Domenica, 19 maggio 2024 - San Celestino V - Pietro di Morrone ( Letture di oggi)

Lucas 23


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Después se levantó toda la asamblea y lo llevaron ante Pilato.1 Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilato.
2 Y comenzaron a acusarlo, diciendo: «Hemos encontrado a este hombre incitando a nuestro pueblo a la rebelión, impidiéndole pagar los impuestos al Emperador y pretendiendo ser el rey Mesías».2 Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey».
3 Pilato lo interrogó, diciendo: «¿Eres tú el rey de los judíos?». «Tú lo dices», le respondió Jesús.3 Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices».
4 Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la multitud: «No encuentro en este hombre ningún motivo de condena».4 Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre».
5 Pero ellos insistían: «Subleva al pueblo con su enseñanza en toda la Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí».5 Pero ellos insistían diciendo: «Solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde comenzó, hasta aquí».
6 Al oír esto, Pilato preguntó si ese hombre era galileo.6 Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo.
7 Y habiéndose asegurado de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió. en esos días, también Herodes se encontraba en Jerusalén.7 Y, al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días estaba también en Jerusalén.
8 Herodes se alegró mucho al ver a Jesús. Hacía tiempo que deseaba verlo, por lo que había oído decir de él, y esperaba que hiciera algún prodigio en su presencia.8 Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle, por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera.
9 Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le respondió nada.9 Le preguntó con mucha palabrería, pero él no respondió nada.
10 Entre tanto, los sumos sacerdotes y los escribas estaban allí y lo acusaban con vehemencia.10 Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con insistencia.
11 Herodes y sus guardias, después de tratarlo con desprecio y ponerlo en ridículo, lo cubrieron con un magnífico manto y lo enviaron de nuevo a Pilato.11 Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.
12 Y ese mismo día, Herodes y Pilato, que estaban enemistados, se hicieron amigos.12 Aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes estaban enemistados.
13 Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo,13 Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo
14 y les dijo: «Ustedes me han traído a este hombre, acusándolo de incitar al pueblo a la rebelión. Pero yo lo interrogué delante de ustedes y no encontré ningún motivo de condena en los cargos de que lo acusan;14 y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis.
15 ni tampoco Herodes, ya que él lo ha devuelto a este tribunal. Como ven, este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte.15 Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte.
16 Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad».16 Así que le castigaré y le soltaré».
17 [En cada fiesta, el gobernador acostumbraba a poner en libertad a un preso.]
18 Pero la multitud comenzó a gritar: «¡Que muera este hombre! ¡Suéltanos a Barrabás!».18 Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: «¡Fuera ése, suéltanos a Barrabás!»
19 A Barrabás lo habían encarcelado por una sedición que tuvo lugar en la ciudad y por homicidio.19 Este había sido encarcelado por un motín que hubo en la ciudad y por asesinato.
20 Pilato volvió a dirigirles la palabra con la intención de poner en libertad a Jesús.20 Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Jesús,
21 Pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!».21 pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!»
22 Por tercera vez les dijo: «¿Qué mal ha hecho este hombre? No encuentro en él nada que merezca la muerte. Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad».22 Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré».
23 Pero ellos insistían a gritos, reclamando que fuera crucificado, y el griterío se hacía cada vez más violento.23 Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes.
24 Al fin, Pilato resolvió acceder al pedido del pueblo.24 Pilato sentenció que se cumpliera su demanda.
25 Dejó en libertad al que ellos pedían, al que había sido encarcelado por sedición y homicidio, y a Jesús lo entregó al arbitrio de ellos.25 Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por motín y asesinato, y a Jesús se lo entregó a su voluntad.
26 Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús.26 Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús.
27 Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.27 Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él.
28 Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos.28 Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.
29 Porque se acerca el tiempo en que se dirá: "¡Felices las estériles, felices los senos que no concibieron y los pechos que no amamantaron!"29 Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!
30 Entonces se dirá a las montañas: "¡Caigan sobre nosotros!", y a los cerros: "¡Sepúltennos!"30 Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos!
31 Porque si así tratan a la leña verde, ¿qué será de la leña seca?».31 Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»
32 Con él llevaban también a otros dos malhechores, para ser ejecutados.32 Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él.
33 Cuando llegaron al lugar llamado «del Cráneo», lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.33 Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
34 Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos.34 Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen». Se repartieron sus vestidos, echando a suertes.
35 El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: «Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!».35 Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido».
36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre,36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre
37 le decían: «Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!».37 y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»
38 Sobre su cabeza había una inscripción: «Este es el rey de los judíos».38 Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos».
39 Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».39 Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»
40 Pero el otro lo increpaba, diciéndole: «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él?40 Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?
41 Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo».41 Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho».
42 Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino».42 Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino».
43 El le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».43 Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».
44 Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde.44 Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.
45 El velo del Templo se rasgó por el medio.45 El velo del Santuario se rasgó por medio
46 Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró.46 y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró.
47 Cuando el centurión vio lo que había pasado, alabó a Dios, exclamando: «Realmente este hombre era un justo».47 Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: «Ciertamente este hombre era justo».
48 Y la multitud que se había reunido para contemplar el espectáculo, al ver lo sucedido, regresaba golpeándose el pecho.48 Y todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho.
49 Todos sus amigos y las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea permanecían a distancia, contemplando lo sucedido.49 Estaban a distancia, viendo estas cosas, todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea.
50 Llegó entonces un miembro del Consejo, llamado José, hombre recto y justo,50 Había un hombre llamado José, miembro del Consejo, hombre bueno y justo,
51 que había disentido con las decisiones y actitudes de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.51 que no había asentido al consejo y proceder de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.
52 Fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.52 Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús
53 Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado.53 y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía.
54 Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.54 Era el día de la Preparación, y apuntaba el sábado.
55 Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el sepulcro y vieron cómo había sido sepultado.55 Las mujeres que habían venido con él desde Galilea, fueron detrás y vieron el sepulcro y cómo era colocado su cuerpo,
56 Después regresaron y prepararon los bálsamos y perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley.56 Y regresando, prepararon aromas y mirra. Y el sábado descansaron según el precepto.