Scrutatio

Venerdi, 17 maggio 2024 - San Pasquale Baylon ( Letture di oggi)

Salmos 71


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Yo me refugio en ti, Señor,

¡que nunca tenga que avergonzarme!

1 A ti, Yahveh, me acojo,
¡no sea confundido jamás!
2 Por tu justicia, líbrame y rescátame,

inclina tu oído hacia mí, y sálvame.

2 ¡Por tu justicia sálvame, libérame!
tiende hacia mí tu oído y sálvame!
3 Sé para mí una roca protectora,

tú que decidiste venir siempre en mi ayuda,

porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.

3 ¡Sé para mí una roca de refugio,
alcázar fuerte que me salve,
pues mi roca eres tú y mi fortaleza.
4 ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío,

de las garras del malvado y del violento!

4 ¡Dios mío, líbrame de la mano del impío,
de las garras del perverso y del violento!
5 Porque tú, Señor, eres mi esperanza

y mi seguridad desde mi juventud.

5 Pues tú eres mi esperanza, Señor,
Yahveh, mi confianza desde mi juventud.
6 En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre;

desde el seno materno fuiste mi protector,

y mi alabanza está siempre ante ti.

6 En ti tengo mi apoyo desde el seno,
tú mi porción desde las entrañas de mi madre;
¡en ti sin cesar mi alabanza!
7 Soy un motivo de estupor para muchos,

pero tú eres mi refugio poderoso.

7 Soy el asombro de muchos,
mas tú eres mi seguro refugio.
8 Mi boca proclama tu alabanza

y anuncia tu gloria todo el día.

8 Mi boca está repleta de tu loa,
de tu gloria todo el día.
9 No me rechaces en el tiempo de mi vejez,

no me abandones, porque se agotan mis fuerzas;

9 A la hora de mi vejez no me rechaces,
no me abandones cuando decae mi vigor.
10 mis enemigos hablan contra mí,

y los que me acechan se confabulan, diciendo:

10 Porque de mí mis enemigos hablan,
los que espían mi alma se conciertan:
11 «Dios lo tiene abandonado: persígnalo,

captúrenlo, porque no hay nadie quien lo libre».

11 «¡Dios le ha desamparado, perseguidle,
apresadle, pues no hay quien le libere!»
12 ¡Oh Dios, no te quedes lejos de mí;

Dios mío, ven pronto a socorrerme!

12 ¡Oh Dios, no te estés lejos de mí,
Dios mío, ven pronto en mi socorro!
13 ¡Queden confundidos y humillados

los que atentan contra mi vida! ¡Queden cubiertos de oprobio y de vergüenza

los que buscan mi perdición!

13 ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos
que acusan a mi alma;
cúbranse de ignominia y de vergüenza
los que buscan mi mal!
14 Yo, por mi parte, seguiré esperando

y te alabaré cada vez más.

14 Y yo, esperando sin cesar,
más y más te alabaré;
15 Mi boca anunciará incesantemente

tus actos de justicia y salvación,

aunque ni siquiera soy capaz de enumerarlos.

15 publicará mi boca tu justicia,
todo el día tu salvación.
16 Vendré a celebrar las proezas del Señor,

evocaré tu justicia, que es sólo tuya.

16 Y vendré a las proezas de Yahveh,
recordaré tu justicia, tuya sólo.
17 Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud,

y hasta hoy he narrado tus maravillas.

17 ¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido,
y yo he anunciado hasta hoy tus maravillas!
18 Ahora que estoy viejo y lleno de canas,

no me abandones, Dios mío,

hasta que anuncie las proezas de tu brazo

a la generación que vendrá.

18 Y ahora que llega la vejez y las canas,
¡oh Dios, no me abandones!,
para que anuncie yo tu brazo a todas las edades
venideras,
¡tu poderío
19 Tu justicia llega hasta el cielo, oh Dios:

tú has hecho grandes cosas,

y no hay nadie igual a ti, Dios mío.

19 y tu justicia, oh Dios, hasta los cielos!
Tú que has hecho grandes cosas,
¡oh Dios!, ¿quién como tú?
20 Me hiciste pasar por muchas angustias,

pero de nuevo me darás la vida;

me harás subir de lo profundo de la tierra,

20 Tú que me has hecho ver tantos desastres y desgracias,
has de volver a recobrarme.
Vendrás a sacarme de los abismos de la tierra,
21 acrecentarás mi dignidad

y volverás a consolarme.

21 sustentarás mi ancianidad, volverás a consolarme,
22 Entonces te daré gracias con el arpa,

por tu fidelidad, Dios mío;

te cantaré con la cítara,

a ti, el Santo de Israel.

22 Y yo te daré gracias con las cuerdas del arpa,
por tu verdad, Dios mío;
para ti salmodiaré a la cítara,
oh Santo de Israel.
23 Mis labios te cantarán jubilosos,

y también mi alma, que tú redimiste.

23 Exultarán mis labios cuando salmodie para ti,
y mi alma, que tú has rescatado.
24 Yo hablaré de tu justicia todo el día,

porque quedarán confundidos y avergonzados

los que buscan mi perdición.
24 También mi lengua todo el día
musitará tu justicia:
porque han sido avergonzados, porque han enrojecido,
los que buscaban mi desgracia.