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Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Salmos 106


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1¡Aleluya!

¡Den gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterno su amor!
2¿Quién puede hablar de las proezas del Señor

y proclamar todas sus alabanzas?
3¡Felices los que proceden con rectitud,

los que practican la justicia en todo tiempo!
4Acuérdate de mí, Señor,

por el amor que tienes a tu pueblo;

visítame con tu salvación,
5para que vea la felicidad de tus elegidos,

para que me alegre con la alegría de tu nación

y me gloríe con el pueblo de tu herencia.
6Hemos pecado, igual que nuestros padres;

somos culpables, hicimos el mal:
7nuestros padres, cuando estaban en Egipto,

no comprendieron tus maravillas;

no recordaron la multitud de tus favores,

y en el Mar Rojo desafiaron al Altísimo.
8Pero él los salvó por amor de su Nombre,

para poner de manifiesto su poder:
9increpó al Mar Rojo, y este se secó;

los llevó por los abismos como por un desierto,
10los salvó de las manos del enemigo,

los rescató del poder del adversario.
11El agua cubrió a sus opresores,

ni uno solo quedó con vida:

12entonces creyeron en sus palabras

y cantaron sus alabanzas.
13Pero muy pronto se olvidaron de sus obras,

no tuvieron en cuenta su designio;
14ardían de avidez en el desierto

y tentaron a Dios en la soledad:

15entonces, él les dio lo que pedían,

pero hizo que una enfermedad los consumiera.
16En el campamento tuvieron celos de Moisés,

y de Aarón, el consagrado al Señor;
17pero se abrió la tierra y devoró a Datán,

se cerró sobre Abirón y sus secuaces;
18ardió un fuego contra aquella turba,

y las llamas abrasaron a los malvados.
19En Horeb se fabricaron un ternero,

adoraron una estatua de metal fundido:
20así cambiaron su Gloria

por la imagen de un toro que come pasto.
21Olvidaron a Dios, que los había salvado

y había hecho prodigios en Egipto,
22maravillas en la tierra de Cam

y portentos junto al Mar Rojo.
23El Señor amenazó con destruirlos,

pero Moisés, su elegido,

se mantuvo firme en la brecha

para aplacar su enojo destructor.
24Despreciaron una tierra apetecible,

no creyeron en su palabra;
25murmuraron dentro de sus carpas

y no escucharon la voz del Señor.

26Pero él alzó la mano y les juró

que los haría morir en el desierto.

27que dispersaría a sus descendientes por los pueblos

y los diseminaría por diversas regiones.
28Luego se unieron al Baal de Peor

y comieron víctimas ofrecidas a dioses muertos;
29con esas acciones irritaron al Señor

y cayó sobre ellos una plaga.
30Pero Pinjás se levantó e hizo justicia,

y entonces cesó la plaga:
31esto le fue tenido en cuenta a su favor,

por todas las generaciones, para siempre.
32Irritaron al Señor junto a las aguas de Meribá,

y Moisés sufrió mucho por culpa de ellos,
33porque lo amargaron profundamente,

y él no supo medir sus palabras.
34No exterminaron a los pueblos

como el Señor les había mandado:

35se mezclaron con los paganos

e imitaron sus costumbres;

36rindieron culto a sus ídolos,

que fueron para ellos una trampa.

37Sacrificaron en honor de los demonios

a sus hijos y a sus hijas;

38derramaron sangre inocente,

y la tierra quedó profanada.
39Se mancharon con sus acciones

y se prostituyeron con su mala conducta;

40por eso el Señor se indignó contra su pueblo

y abominó de su herencia.
41Los puso en manos de las naciones

y fueron dominados por sus enemigos;

42sus adversarios los oprimieron

y los sometieron a su poder.

43El Señor los libró muchas veces,

pero ellos se obstinaron en su actitud,

y se hundieron más y más en su maldad.

44Sin embargo, el miró su aflicción

y escuchó sus lamentos.

45Se acordó de su alianza en favor de ellos

y se arrepintió por su gran misericordia;
46hizo que les tuvieran compasión

los que los habían llevado cautivos.

47Sálvanos, Señor y Dios nuestro;

congréganos de entre las naciones,

para que podamos dar gracias a tu santo Nombre

y gloriarnos de haberte alabado.

48¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

desde ahora y para siempre!

Y todo el pueblo diga:

¡Amén! ¡Aleluya!