Scrutatio

Sabato, 11 maggio 2024 - San Fabio e compagni ( Letture di oggi)

Job 9


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Job respondió, diciendo:1 Job tomó la palabra y dijo:
2 Sí, yo sé muy bien que es así: ¿cómo un mortal podría tener razón contra Dios?2 Bien sé yo, en verdad, que es así: ¿cómo ante Dios puede ser justo un hombre?
3 Si alguien quisiera disputar con él, no podría responderle ni una vez entre mil.3 A quien pretenda litigar con él, no le responderá ni una vez entre mil.
4 Su corazón es sabio, su fuerza invencible: ¿quién le hizo frente y se puso a salvo?4 Entre los más sabios, entre los más fuertes, ¿quién le hizo frente y salió bien librado?
5 El arranca las montañas sin que ellas lo sepan y las da vuelta con su furor.5 El traslada los montes sin que se den cuenta, y los zarandea en su furor.
6 El remueve la tierra de su sitio y se estremecen sus columnas.6 El sacude la tierra de su sitio, y se tambalean sus columnas.
7 El manda al sol que deje de brillar y pone un sello sobre las estrellas.7 A su veto el sol no se levanta, y pone un sello a las estrellas.
8 El solo extiende los cielos y camina sobre las crestas del mar.8 El solo desplegó los Cielos, y holló la espalda de la Mar.
9 El crea la Osa Mayor y el Orión, las Pléyades y las Constelaciones del sur.9 El hizo la Osa y Orión, las Cabrillas y las Cámaras del Sur.
10 El hace cosas grandes e inescrutables, maravillas que no se pueden enumerar.10 Es autor de obras grandiosas, insondables, de maravillas sin número.
11 El pasa junto a mí, y yo no lo veo; sigue de largo, y no lo percibo.11 Si pasa junto a mí, yo no le veo, si se desliza, no le advierto.
12 Si arrebata una presa, ¿quién se lo impedirá o quién le preguntará qué es lo que hace?12 Si en algo hace presa, ¿quién le estorbará? ¿quién le dirá: «¿Qué es lo que haces?»
13 Dios no reprime su furor: los secuaces de Rahab yacen postrados a sus pies.13 Dios no cede en su cólera: bajo él quedan postrados los esbirros de Ráhab.
14 ¡Cuánto menos podría replicarle yo y aducir mis argumentos frente a él!14 ¡Cuánto menos podré yo defenderme y rebuscar razones frente a él!
15 Aún teniendo razón, no podría responder y debería implorar al que me acusa.15 Aunque tuviera razón, no hallaría respuesta, ¡a mi juez tendría que suplicar!
16 Aunque lo llamara y él me respondiera, no creo que llegue a escucharme.16 Y aunque le llame y me responda, aún no creo que escuchará mi voz.
17 El me aplasta por una insignificancia y multiplica mis heridas sin razón.17 ¡El, que me aplasta por un pelo, que multiplica sin razón mis heridas,
18 No me da tregua ni para tomar aliento, sino que me sacia de amarguras.18 y ni aliento recobrar me deja, sino que me harta de amargura!
19 Si es cuestión de fuerza, él es el más fuerte; si de justicia, ¿quién podría emplazarlo?19 Si se trata de fuerza, ¡es él el Poderoso! Si de justicia, ¿quién le emplazará?
20 Si tengo razón, por mi propia boca me condena; si soy íntegro, me declara perverso.20 Si me creo justo, su boca me condena, si intachable, me declara perverso.
21 ¡Yo soy un hombre íntegro: nada me importa de mí mismo y siento desprecio por mi vida!21 ¿Soy intachable? ¡Ni yo mismo me conozco, y desprecio mi vida!
22 ¡Todo es igual! Por eso digo: «El extermina al íntegro y al malvado».22 Pero todo da igual, y por eso digo: él extermina al intachable y al malvado.
23 Si un azote siembra la muerte de improviso, se ríe de la desesperación de los inocentes.23 Si un azote acarrea la muerte de improviso, él se ríe de la angustia de los inocentes.
24 Si un país cae en manos de un malvado, pone un velo sobre el rostro de los jueces: si no es él, ¿quién otro puede ser?24 En un país sujeto al poder de un malvado, él pone un velo en el rostro de sus jueces: si no es él, ¿quién puede ser?
25 Mis días pasan más rápido que un corredor, huyen sin ver la felicidad.25 Mis días han sido más raudos que un correo, se han ido sin ver la dicha.
26 Se deslizan como barcas de junco, como un águila que se lanza sobre su presa.26 Se han deslizado lo mismo que canoas de junco, como águila que cae sobre la presa.
27 Si pienso: «Voy a olvidarme de mis quejas, voy a poner buena cara y sonreír».27 Si digo: «Voy a olvidar mis quejas, mudaré de semblante para ponerme alegre»,
28 me asalta el terror por todos mis pesares, sabiendo que tú no me absuelves.28 me asalta el temor de todos mis pesares, pues sé que tú no me tendrás por inocente.
29 Seré juzgado culpable, ¿para qué entonces fatigarme en vano?29 Y si me he hecho culpable, ¿para qué voy a fatigarme en vano?
30 Aunque me lavara con nieve y purificara mis manos con potasa,30 Aunque me lave con jabón, y limpie mis manos con lejía,
31 tú me hundirías en el fango y hasta mi ropa sentiría abominación por mí.31 tú me hundes en el lodo, y mis propios vestidos tienen horror de mí.
32 ¡No, él no es un hombre como yo, para responderle y comparecer juntos en un juicio!32 Que él no es un hombre como yo, para que le responda, para comparecer juntos en juicio.
33 ¡Si hubiera al menos un árbitro entre nosotros, que pusiera su mano sobre los dos,33 No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano entre los dos,
34 para que Dios aparte su vara de mí y no me atemorice su terror!34 y que de mí su vara aparte para que no me espante su terror.
35 Entonces le hablaría sin temor, porque estoy convencido de que no soy así.35 Pero hablaré sin temerle, pues yo no soy así para mí mismo.