Scrutatio

Sabato, 11 maggio 2024 - San Fabio e compagni ( Letture di oggi)

Salmos 44


font
EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Poema.

1 Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Poema.
2 Oh Dios, nuestros padres nos contaron,

y por eso llegó a nuestros oídos,

la obra que hiciste antiguamente,

2 Oh Dios, con nuestros propios oídos lo oímos,
nos lo contaron nuestros padres,
la obra que tú hiciste en sus días,
en los días antiguos,
3 con tu propia mano, cuando ellos vivían.

Tú expulsaste a las naciones

para plantarlos a ellos;

y para hacerlos crecer,

destruiste a los pueblos.

3 y con tu propia mano.
Para plantarlos a ellos, expulsaste naciones,
para ensancharlos, maltrataste pueblos;
4 No ocuparon la tierra con su espada

ni su brazo les obtuvo la victoria:

fue tu mano derecha y tu brazo,

fue la luz de tu rostro, porque los amabas.

4 no por su espada conquistaron la tierra,
ni su brazo les dio la victoria,
sino que fueron tu diestra y tu brazo,
y la luz de tu rostro, porque los amabas.
5 Eras tú, mi Rey y mi Dios,

el que decidía las victorias de Jacob:

5 Tú sólo, oh Rey mío, Dios mío,
decidías las victorias de Jacob;
6 con tu auxilio embestimos al enemigo

y en tu Nombre aplastamos al agresor.

6 por ti nosotros hundíamos a nuestros adversarios,
por tu nombre pisábamos a nuestros agresores.
7 Porque yo no confiaba en mi arco

ni mi espada me dio la victoria:

7 No estaba en mi arco mi confianza,
ni mi espada me hizo vencedor;
8 tú nos salvaste de nuestros enemigos

y confundiste a nuestros adversarios.

8 que tú nos salvabas de nuestros adversarios,
tú cubrías de vergüenza a nuestros enemigos;
9 Dios ha sido siempre nuestro orgullo:

damos gracias a tu Nombre eternamente.

9 en Dios todo el día nos gloriábamos,
celebrando tu nombre sin cesar. Pausa.
10 Pero ahora nos rechazaste y humillaste:

dejaste de salir con nuestro ejército,

10 Y con todo, nos has rechazado y confundido,
no sales ya con nuestras tropas,
11 nos hiciste retroceder ante el enemigo

y nuestros adversarios nos saquearon.

11 nos haces dar la espalda al adversario,
nuestros enemigos saquean a placer.
12 Nos entregaste como ovejas al matadero

y nos dispersaste entre las naciones;

12 Como ovejas de matadero nos entregas,
y en medio de los pueblos nos has desperdigado;
13 vendiste a tu pueblo por nada,

no sacaste gran provecho de su venta.

13 vendes tu pueblo sin ventaja,
y nada sacas de su precio.
14 Nos expusiste a la burla de nuestros vecinos,

a la risa y al escarnio de los que nos rodean;

14 De nuestros vecinos nos haces la irrisión,
burla y escarnio de nuestros circundantes;
15 hiciste proverbial nuestra desgracia

y los pueblos nos hacen gestos de sarcasmo.

15 mote nos haces entre las naciones,
meneo de cabeza entre los pueblos.
16 Mi oprobio está siempre ante mí

y mi rostro se cubre de vergüenza,

16 Todo el día mi ignominia está ante mí,
la vergüenza cubre mi semblante,
17 por los gritos de desprecio y los insultos,

por el enemigo sediento de venganza.

17 bajo los gritos de insulto y de blasfemia,
ante la faz del odio y la venganza.
18 ¡Y todo esto nos ha sobrevenido

sin que nos hayamos olvidado de ti,

sin que hayamos traicionado tu alianza!

18 Nos llegó todo esto sin haberte olvidado,
sin haber traicionado tu alianza.
19 Nuestro corazón no se volvió atrás

ni nuestros pasos se desviaron de tu senda,

19 ¡No habían vuelto atrás nuestros corazones,
ni habían dejado nuestros pasos tu sendero,
20 como para que nos aplastaras en un lugar desierto

y nos cubrieras de tinieblas.

20 para que tú nos aplastaras en morada de chacales,
y nos cubrieras con la sombra de la muerte!
21 Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios

y recurrido a un dios extraño,

21 Si hubiésemos olvidado el nombre de nuestro Dios
o alzado nuestras manos hacia un dios extranjero,
22 Dios lo habría advertido,

porque él conoce los secretos más profundos.

22 ¿no se habría dado cuenta Dios,
él, que del corazón conoce los secretos?
23 Por tu causa nos dan muerte sin cesar

y nos tratan como a ovejas que van al matadero.

23 Pero por ti se nos mata cada día,
como ovejas de matadero se nos trata.
24 ¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes?

¡Levántate, no nos rechaces para siempre!

24 ¡Despierta ya! ¿Por qué duermes, Señor?
¡Levántate, no rechaces para siempre!
25 ¿Por qué ocultas tu rostro

y te olvidas de nuestra desgracia y opresión?

25 ¿Por qué ocultas tu rostro,
olvidas nuestra opresión, nuestra miseria?
26 Estamos hundidos en el polvo,

nuestro cuerpo está pegado a la tierra.

26 Pues nuestra alma está hundida en el polvo,
pegado a la tierra nuestro vientre.
27 ¡Levántate, ven a socorrernos;

líbranos por tu misericordia!
27 ¡Alzate, ven en nuestra ayuda,
rescátanos por tu amor!