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Giovedi, 16 maggio 2024 - San Simone Stock ( Letture di oggi)

Salmos 36


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor.

1 Del maestro de coro. Del siervo de Yahveh. De David.
2 El pecado habla al impío

en el fondo de su corazón;

para él no hay temor de Dios,

2 Un oráculo para el impío es el pecado
en el fondo de su corazón;
temor de Dios no existe
delante de sus ojos.
3 porque se mira con tan buenos ojos

que no puede descubrir ni aborrecer su culpa.

3 Con ojo harto lisonjero se mira,
para encontrar y detestar su culpa;
4 Las palabras de su boca son maldad y traición;

dejó de ser sensato y de practicar el bien;

4 las palabras de su boca, iniquidad y engaño;
renunció a ser sensato, a hacer el bien.
5 en su lecho, sólo piensa hacer el mal,

se obstina en el camino del crimen

y no reprueba al malvado.

5 Sólo maquina iniquidad
sobre su lecho;
en un camino que no es bueno se obstina
y no reprueba el mal.
6 Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo,

tu fidelidad hasta las nubes.

6 Oh Yahveh, en los cielos tu amor,
hasta las nubes tu verdad;
7 Tu justicia es como las altas montañas,

tus juicios, como un océano inmenso.

Tú socorres a los hombres y a las bestias:

7 tu justicia, como los montes de Dios,
tus juicios, como el hondo abismo.
A hombres y bestias salvas tú, Yahveh,
8 ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!

Por eso los hombres se refugian a la sombra de tus alas.

8 oh Dios, ¡qué precioso tu amor!
Por eso los hijos de Adán,
a la sombra de tus alas se cobijan.
9 Se sacian con la abundancia de tu casa,

les das de beber del torrente de tus delicia.

9 Se sacian de la grasa de tu Casa,
en el torrente de tus delicias los abrevas;
10 En ti está la fuente de la vida,

y por tu luz vemos la luz.

10 en ti está la fuente de la vida,
y en tu luz vemos la luz.
11 Extiende tu gracia sobre los que te reconocen,

y tu justicia sobre los rectos del corazón.

11 Guarda tu amor a los que te conocen,
y tu justicia a los de recto corazón.
12 ¡Que el pie del orgulloso no me alcance

ni me derribe la mano del malvado!

12 ¡Que el pie del orgullo no me alcance,
ni la mano de los impíos me avente!
13 Miren cómo cayeron los malhechores:

fueron derribados, y ya no podrán levantarse.
13 Ved cómo caen los agentes de mal,
abatidos, no pueden levantarse.