Scrutatio

Domenica, 12 maggio 2024 - Santi Nereo e Achilleo ( Letture di oggi)

Números 22


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Luego los israelitas reanudaron la marcha y fueron a acampar en las estepas de Moab, el otro lado del Jordán, a la altura de Jericó.1 Luego partieron los israelitas y acamparon en las Estepas de Moab, al otro lado del Jordán, a la altura de Jericó.
2 Balac, hijo de Sipor, vio todo lo que los israelitas habían hecho a los amorreos,2 Vio Balaq, hijo de Sippor, todo lo que había hecho Israel con los amorreos
3 y los moabitas sintieron un gran temor a la vista de ese pueblo tan numeroso. Atemorizados por la presencia de los israelitas,3 y se estremeció Moab ante pueblo, pues era muy numeroso. Tuvo miedo Moab de los israelitas
4 los moabitas dijeron a los ancianos de Madián: «Ahora esta turba va a devorarlo todo a nuestro alrededor como un buey devora la hierba del campo». Entonces Balac, hijo de Sipor, que era rey de Moab en aquel tiempo,4 y dijo a los ancianos de Madián: «Ahora veréis cómo esa multitud va a devastarlo todo a nuestro alrededor, como devasta el buey la hierba del campo.» Balaq, hijo de Sippor, era rey de Moab por aquel tiempo.
5 envió unos mensajeros a Balaam, hijo de Beor –que vivía en Petor, junto al Eufrates, en el país en Petor, junto al Eufrates, en el país de los descendientes de Amav– para que le hicieran esta invitación: «Un pueblo que salió de Egipto y cubrió toda la tierra se ha establecido frente a mí.5 Envió mensajeros a buscar a Balaam, hijo de Beor, a Petor del Río, en tierra de los hijos de Ammav, para decirle: «He aquí que el pueblo que ha salido de Egipto ha cubierto la superficie de la tierra y se ha establecido frente a mí.
6 Ven, por favor, y maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo. Tal vez así podré derrotarlo y expulsarlo del país. Porque yo sé que el que tú bendices, queda bendecido, y el que maldices, queda maldecido».6 Ven, pues, por favor, maldíceme a ese pueblo, pues es más fuerte que yo, a ver si puedo vencerle y lo arrojo del país. Pues sé que el que tú bendices queda bendito y el que maldices, maldito.»
7 Los ancianos de Moab y de Madián partieron, llevando la retribución para el adivino. Cuando se presentaron a Balaam y le transmitieron el mensaje de Balac,7 Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián, con la paga del vaticinio en sus manos. Llegaron donde Balaam y le dijeron las palabras de Balaq.
8 Balaam les respondió: «Pasen aquí la noche, y yo les daré la respuesta que el Señor me inspire». Entonces los jefes de Moab se quedaron con Balaam.8 El les contestó: «Pasad aquí la noche y os responderé según lo que me diga Yahveh.» Los jefes de Moab se quedaron en casa de Balaam.
9 Pero Dios se manifestó a Balaam y le dijo: «¿Quiénes son esos hombres que están contigo?».9 Entró Yahveh donde Balaam y le dijo: «¿Qué hombres son ésos que están en tu casa?»
10 Balaam respondió a Dios: «Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, me envió este mensaje:10 Le respondió Balaam a Dios: «Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab, me ha enviado a decir:
11 «Aquí hay un pueblo que salió de Egipto y cubrió toda la tierra. Por eso, ven a maldecírmelo. Tal vez así podré combatir contra él y expulsarlo».11 El pueblo que ha salido de Egipto ha cubierto la superficie de la tierra. Ven, pues, maldícemelo, a ver si puedo vencerlo y expulsarlo.»
12 Dios dijo a Balaam: «No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque está bendecido».12 Pero dijo Dios a Balaam: «No vayas con ellos, no maldigas a ese pueblo porque es bendito.»
13 A la mañana siguiente, Balaam se levantó y dijo a los jefes enviados por Balac: «Vuélvanse a su país, porque el Señor me prohíbe acompañarlos».13 Se levantó Balaam de madrugada y dijo a los jefes de Balaq: «Id a vuestra tierra, porque Yahveh no quiere dejarme ir con vosotros.»
14 Entonces los jefes de Moab partieron, y cuando estuvieron de regreso dijeron a Balac: «Balaam se niega a venir con nosotros».14 Se levantaron, pues, los jefes de Moab, volvieron donde Balaq y le dijeron: «Balaam se ha negado a venir con nosotros.»
15 Entonces Balac envió otros jefes, más numerosos y distinguidos que los primeros.15 Balaq envió otra vez jefes en mayor número y más ilustres que los anteriores.
16 Ellos se presentaron a Balaam y le dijeron: «Así habla Balac, hijo de Sipor: «Por favor, no te niegues a venir en mi ayuda.16 Fueron donde Balaam y le dijeron: «Así dice Balaq, hijo de Sippor: No rehúses, por favor, venir a mí,
17 Yo te colmaré de honores y haré todo lo que me digas. Te ruego que vengas y me maldigas a este pueblo».17 que te recompensaré con grandes honores y haré todo lo que me digas. Ven, por favor, y maldíceme a ese pueblo.»
18 Pero Balaam respondió a los servidores de Balac: «Aunque Balac me diera su casa llena de planta y oro, yo no podría transgredir, ni siguiera en lo más mínimo, una orden del Señor, mi Dios.18 Respondió Balaam a los siervos de Balaq: «Aunque me diera Balaq su casa llena de plata y oro, no podría traspasar la orden de Yahveh mi Dios en nada, ni poco ni mucho.
19 Con todo, quédense aquí también ustedes esta noche, y veré qué me dice el Señor esta vez».19 Quedaos aquí también vosotros esta noche y averiguaré qué más me dice Yahveh.»
20 Durante la noche, Dios se manifestó a Balaam y le dijo: «Si esta gente ha venido a buscarte, puedes ir con ellos. Pero no hagas nada fuera de lo que yo te ordene».20 Entró Dios donde Balaam por la noche y le dijo: «¿No han venido esos hombres a llamarte? Levántate y vete con ellos. Pero has de cumplir la palabra que yo te diga.»
21 Por la mañana, Balaam se levantó, ensilló su asna y partió junto con los jefes de Moab.21 Se levantó Balaam de madrugada, aparejó su asna y se fue con los jefes de Moab.
22 Pero su partida encendió la ira de Dios, y el Angel del Señor se interpuso en el camino para cerrarle el paso. Balaam iba montado en su asna y lo acompañaban dos muchachos.22 Cuando iba, se encendió la ira de Yahveh y el Ángel de Yahveh se puso en el camino para estorbarle. El montaba la burra y sus dos muchachos iban con él.
23 Cuando el asna vio al Angel del Señor parado en el camino, con la espada desenvainada en su mano, se apartó y se fue por el campo. Pero Balaam la castigó para hacerla volver al camino.23 La burra vio al Ángel de Yahveh plantado en el camino, la espada desenvainada en la mano. La burra se apartó del camino y se fue a campo traviesa. Balaam pegó a la burra para hacerla volver al camino.
24 El Angel del Señor se paró entonces en un sendero angosto, que pasaba por los viñedos y estaba rodeado de los dos lados por un cerco.24 Pero el Ángel de Yahveh se puso en un sendero entre las viñas, con una pared a un lado y otra a otro.
25 Al verlo, el asna se fue contra el cerco y apretó el pie de Balaam que la castigó nuevamente.25 Al ver la burra al Ángel de Yahveh, se arrimó a la pared y raspó el pie de Balaam contra la pared. El le pegó otra vez.
26 Una vez más, el Angel del Señor se adelantó y fue a colocarse en un lugar tan estrecho, que imposible desviarse a la derecha o a la izquierda.26 Volvió el Ángel de Yahveh a cambiar de sitio, y se puso en un paso estrecho, donde no había espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.
27 Cuando el asna lo vio, se echó al suelo debajo de Balaam, y este, enfurecido, la golpeó con su bastón.27 Vio la burra al Ángel de Yahveh y se echó con Balaam encima. Balaam se enfureció y pegó a la burra con un palo.
28 Entonces el Señor abrió la boca del asna, y ella, dijo a Balaam: «¿Qué te hice para que me golpearas así tres veces?».28 Entonces Yahveh abrió la boca de la burra, que dijo a Balaam: «¿qué te he hecho yo para que me pegues con ésta ya tres veces?»
29 «¡Te estás burlando de mí!, respondió Balaam. Si tuviera una espada en mi mano, te mataría ahora mismo».29 Respondió Balaam a la burra: «Porque te has burlado de mí. Ojalá tuviera una espada en la mano; ahora mismo te mataba.»
30 El asna le respondió: «¿Acaso yo no soy tu asna, la que siempre has montado hasta el día de hoy? ¿Acostumbro yo a tratarte de ese modo?». El respondió: «No».30 Respondió la burra a Balaam: «¿No soy yo tu burra, y me has montado desde siempre hasta el día de hoy? ¿Acaso acostumbro a portarme así contigo?» Respondió él: «No.»
31 El Señor abrió los ojos de Balaam, y este vio al Angel del Señor parado en la camino, con la espada desenvainada en su mano; se inclinó y lo adoró con el rostro en tierra.31 Entonces abrió Yahveh los ojos de Balaam, que vio al Ángel de Yahveh, de pie en el camino, la espada desenvainada en la mano; y se inclinó y postró rostro en tierra.
32 El Angel del Señor le dijo: «¿Por qué le has pegado tres veces a tu asna? Era yo el que te cerraba el paso, porque tu viaje me disgusta.32 El Ángel de Yahveh le dijo; «¿Por qué has pegado a tu burra con ésta ya tres veces? He sido yo el que he salido a cerrarte el paso, porque delante de mí se tuerce el camino.
33 Ella me vio y se apartó de mí tres veces. Hizo muy bien en apartarse, porque de los contrario yo te hubiera matado, mientras que a ella la hubiera dejado con vida».33 La burra me ha visto y se ha apartado de mí tres veces. Gracias a que se ha desviado, porque si no, para ahora te habría matado y a ella la habría dejado con vida.»
34 Balaam dijo al Angel del Señor: «He pecado, porque no sabía que tú estabas apostado delante de mí en el camino. Si esto te desagrada, ahora mismo regreso».34 Dijo entonces Balaam al Ángel de Yahveh: «He pecado, pues no sabía que tú te habías puesto en mi camino. Pero ahora mismo, si esto te parece mal, me vuelvo.»
35 El Angel del Señor respondió a Balaam: «Ve con estos hombres, pero dirás solamente lo que yo te indique». Y Balaam se fue con los jefes que le había enviado Balac.35 Respondió el Ángel de Yahveh a Balaam: «Vete con esos hombres, pero no dirás nada más que lo que yo te diga.» Balaam marchó con los jefes de Balaq.
36 Cuando Balac supo que Balaam estaba por llegar, fue a encontrarlo en Ar Moab, sobre la frontera del Arnón, en el límite de su territorio,36 Oyó Balaq que llegaba Balaam y salió a su encuentro hacia Ar Moab, en la frontera del Arnón, en los confines del territorio.
37 y le dijo: «Yo te mandé a llamar urgentemente. ¿Por qué no querías venir? ¿Acaso no dispongo de medios para colmarte de honores?».37 Dijo Balaq a Balaam: «¿No te mandé llamar? ¿Por qué no viniste donde mí? ¿Es que no puedo recompensarte?»
38 Entonces Balaam respondió a Balac: «Aquí me tienes. Pero, ¿qué puedo decir yo ahora? Sólo diré la palabra que Dios ponga en mi boca».38 Respondió Balaam a Balaq: «Mira que ahora ya he venido donde ti. A ver si puedo decir algo. La palabra que ponga Dios en mi boca es la que diré.»
39 Luego Balaam se fue con Balac. Llegados a Quiriat Jusot,39 Marchó Balaam con Balaq y llegaron a Quiryat Jusot.
40 Balac inmoló vacas y ovejas y se las envió a Balaam y lo hizo subir a Bamot Baal, desde donde pudo ver a una parte del pueblo.40 Sacrificó Balaq una vaca y una oveja y le envió porciones a Balaam y a los jefes que le acompañaban.
41 A la mañana, tomó Balaq a Balaam y lo hizo subir a Bamot Baal, desde donde se veía un extremo del campamento.