Scrutatio

Lunedi, 13 maggio 2024 - Beata Vergine Maria di Fatima ( Letture di oggi)

Gálatas 4


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Voy a ser más explícito: el heredero, mientras es menor de edad, aunque sea propietario de todos sus bienes, en nada se diferencia de un esclavo.1 Pues yo digo: Mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño de todo;
2 En efecto, hasta la edad fijada por su padre, está bajo la dependencia de sus tutores y administradores.2 sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo fijado por el padre.
3 Así también nosotros, cuando éramos menores de edad, estábamos sometidos a los elementos del mundo.3 De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo.
4 Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley,4 Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,
5 para redimir a os que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.5 para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva.
6 Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo» ¡Abba!, es decir, ¡Padre!6 La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!
7 Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.7 De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.
8 Antes, cuando ustedes no conocían a Dios, estaban al servicio de dioses que no lo son realmente.8 Pero en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses.
9 Pero ahora, que conocen a Dios –o mejor dicho, que son conocidos por él– ¿cómo es posible que se vuelvan otra vez a esos elementos sin fuerza ni valor, para someterse nuevamente a ellos?9 Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo?
10 ¡Observar los días, los meses, las estaciones y los años!10 Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años.
11 Francamente, temo haber trabajado inútilmente por ustedes.11 Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros.
12 Les ruego, hermanos, que se hagan semejantes a mí, como yo me hice semejante a ustedes. En realidad, no me han ofendido en nada.12 Os ruego que os hagáis como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis.
13 Ya saben que fue en ocasión de una enfermedad cuando les prediqué por primera vez la Buena Noticia.13 Pero bien sabéis que una enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez;
14 A pesar de que mi aspecto físico era una prueba para ustedes, no me desdeñaron ni me despreciaron; todo lo contrario, me recibieron como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.14 y, no obstante la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me recibisteis como a un ángel de Dios: como a Cristo Jesús.
15 ¿Dónde está la alegría que sintieron entonces? Yo mismo puedo atestiguar que, de ser posible, se habrían arrancado los ojos para dármelos.15 ¿Dónde están ahora los parabienes que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que os hubierais arrancado los ojos, de haber sido posible, para dármelos.
16 ¿Y ahora me he convertido en enemigo de ustedes por decirles la verdad?16 ¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad?
17 El interés que los otros demuestran por ustedes no es bueno: lo que quieren es separarlos de mí, para que se interesen por ellos.17 El celo que ésos muestran por vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que mostréis celo por ellos.
18 Está bien interesarse por los demás, con tal que ese interés sea verdadero y para siempre, y no sólo cuando yo estoy entre ustedes.18 Bien está procurarse el celo de otros para el bien, siempre, y no sólo cuando yo estoy entre vosotros,
19 ¡Hijos míos, por quienes estoy sufriendo nuevamente los dolores del parto hasta que Cristo sea formado en ustedes!19 ¡hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros.
20 Ahora mismo desearía estar allí para hablarles de otra manera, porque ya no sé cómo proceder con ustedes.20 Quisiera hallarme ahora en medio de vosotros para poder acomodar el tono de mi voz, pues no sé cómo habérmelas con vosotros.
21 Ustedes que quieren someterse a la Ley, díganme: ¿No entienden lo que dice la Ley?21 Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley?.
22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de su esclava y otro de su mujer, que era libre.22 Pues dice la Escritura que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre.
23 El hijo de la esclava nación según la carne; en cambio, el hijo de la mujer libre, nació en virtud de la promesa.23 Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa.
24 Hay en todo esto un simbolismo: estas dos mujeres representan las dos Alianzas. La primera Alianza, la del monte Sinaí, que engendró un pueblo para la esclavitud, está representada por Agar,24 Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar,
25 porque el monte Sinaí está en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, ya que ella con sus hijos viven en la esclavitud.25 (pues el monte Sinaí está en Arabia) y corresponde a la Jerusalén actual, que es esclava, y lo mismo sus hijos.
26 Pero hay otra Jerusalén, la celestial, que es libre, y ella es nuestra madre.26 Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre,
27 Porque dice la Escritura: "¡Alégrate, tú que eres estéril y no das a luz; prorrumpe en gritos de alegría, tú que no conoces los dolores del parto! Porque serán más numerosos los hijos de la mujer abandonada que los hijos de la que tiene marido".27 pues dice la Escritura: Regocíjate estéril, la que no das hijos; rompe en gritos de júbilo, la que no conoces los dolores de parto, que más son los hijos de la abandonada que los de la casada.
28 Nosotros, hermanos, somos como Isaac, hijos de la promesa.28 Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la Promesa.
29 Y así como entonces el hijo nacido según la carne perseguía al hijo nacido por obra del Espíritu, así también sucede ahora.29 Pero, así como entonces el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según el espíritu, así también ahora.
30 Pero dice la Escritura: Echa a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la esclava no va a compartir la herencia con el hijo de la mujer libre.30 Pero ¿qué dice la Escritura? Despide a la esclava y a su hijo, pues no ha de heredar el hijo de la esclava juntamente con el hijo de la libre.
31 Por lo tanto, hermanos, no somos hijos de una esclava, sino de la mujer libre.31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.