Scrutatio

Lunedi, 13 maggio 2024 - Beata Vergine Maria di Fatima ( Letture di oggi)

Hechos de los Apóstoles 24


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Cinco días después, el Sumo Sacerdote Ananías bajó con algunos ancianos y un abogado llamado Tértulo, para presentar delante del gobernador la acusación que tenían contra Pablo.1 Cinco días después bajó el Sumo Sacerdote Ananías con algunos ancianos y un tal Tértulo, abogado, y presentaron ante el procurador acusación contra Pablo.
2 Hicieron comparecer a Pablo, y Tértulo presentó la acusación en estos términos: «Excelentísimo Félix: La profunda paz de que gozamos gracias a ti y las reformas que nuestra nación debe a tu gobierno,2 Citado Pablo, Tértulo dio principio a la acusación diciendo: «Gracias a ti gozamos de mucha paz y las mejoras realizadas por tu providencia en beneficio de esta nación,
3 constituyen para nosotros, siempre y en todas partes, un motivo de inmensa gratitud.3 en todo y siempre las reconocemos, excelentísimo Félix, con todo agradecimiento.
4 Como no queremos importunarte demasiado, te ruego que nos escuches un momento con tu habitual cordialidad.4 Pero para no molestarte más, te ruego que nos escuches un momento con tu característica clemencia.
5 Hemos comprobado que este hombre es una verdadera peste: él suscita disturbios entre todos los judíos del mundo y es uno de los dirigentes de la secta de los nazarenos.5 Hemos encontrado esta peste de hombre que provoca altercados entre los judíos de toda la tierra y que es el jefe principal de la secta de los nazoreos.
6 Ha intentado incluso profanar el Templo, y por eso, nosotros lo detuvimos. Queríamos juzgarlo de acuerdo con nuestra Ley,6 Ha intentado además profanar el Templo, pero nosotros le apresamos.
7 pero intervino el tribuno Lisias, que lo arrancó violentamente de nuestras manos
8 y ordenó a sus acusadores que comparecieran delante de ti. Si lo interrogas, tú mismo reconocerás que nuestros cargos contra él son bien fundados».8 Interrogándole, podrás tú llegar a conocer a fondo todas estas cosas de que le acusamos».
9 Los judíos ratificaron esto, asegurando que era verdad.9 Los judíos le apoyaron, afirmando que las cosas eran así.
10 Cuando el gobernador hizo señas a Pablo de que hablara, este respondió: «Con entera confianza voy a defender mi causa, por sé que gobiernas esta nación desde hace varios años.10 Entonces el procurador concedió la palabra a Pablo y éste respondió: «Yo sé que desde hace muchos años vienes juzgando a esta nación; por eso con toda confianza voy a exponer mi defensa.
11 Como tú mismo puedes averiguarlo, no hace todavía doce días que subí en peregrinación a Jerusalén11 Tú mismo lo puedes comprobar: No hace más de doce días que yo subí a Jerusalén en peregrinación.
12 y nunca se me vio ni en el Templo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad, discutiendo con alguien o amotinando a la gente.12 Y ni en el Templo, ni en las sinagogas ni por la ciudad me han encontrado discutiendo con nadie ni alborotando a la gente.
13 Ellos tampoco pueden probarte aquello de lo que me acusan ahora.13 Ni pueden tampoco probarte las cosas de que ahora me acusan.
14 Pero sí te confieso que sirvo al Dios de mis padres, siguiendo el Camino que mis acusadores consideran una secta. Creo en todo lo que está contenido en la Ley y escrito en los Profetas,14 «En cambio te confieso que según el Camino, que ellos llaman secta, doy culto al Dios de mis padres, creo en todo lo que se encuentra en la Ley y está escrito en los Profetas
15 y tengo la misma esperanza en Dios que ellos tienen: la esperanza de que habrá una resurrección de justos y pecadores.15 y tengo en Dios la misma esperanza que éstos tienen, de que habrá una resurrección, tanto de los justos como de los pecadores.
16 Por eso trato de conservar siempre una conciencia irreprochable delante de Dios y de los hombres.16 Por eso yo también me esfuerzo por tener constantemente una conciencia limpia ante Dios y ante los hombres.
17 Después de unos cuantos años, vine a traer limosnas a mis compatriotas y a presentar ofrendas.17 «Al cabo de muchos años he venido a traer limosnas a los de mi nación y a presentar ofrendas.
18 Así fue cómo algunos judíos de la provincia de Asia me encontraron en el Templo: yo me había purificado y no estaba provocando ninguna clase de amotinamiento ni de tumulto.18 Y me encontraron realizando estas ofrendas en el Templo después de haberme purificado, y no entre tumulto de gente.
19 Son ellos los que hubieran debido presentarse ante ti para acusarme, si tenían alguna queja contra mí.19 Y fueron algunos judíos de Asia... - que son los que debieran presentarse ante ti y acusarme si es que tienen algo contra mí;
20 Por lo menos, que digan los que están aquí de qué delito me encontraron culpable cuando comparecí delante del Sanedrín.20 o si no, que digan estos mismos qué crimen hallaron en mí cuando comparecí ante el Sanedrín,
21 A no ser que se trate de lo único que dije, puesto de pie en medio de ellos: «Hoy ustedes me juzgan a causa de la resurrección de los muertos».21 a no ser este solo grito que yo lancé estando en medio de ellos: “Yo soy juzgado hoy por vosotros a causa de la resurrección de los muertos».
22 Félix, que estaba muy bien informado de todo lo concerniente al Camino del Señor, postergó la causa, diciendo: «Cuando descienda de Jerusalén el tribuno Lisias, me expediré en este asunto».22 Félix, que estaba bien informado en lo referente al Camino, les dio largas diciendo: «Cuando baje el tribuno Lisias decidiré vuestro asunto».
23 Después ordenó al centurión que custodiara a Pablo, pero dejándole una cierta libertad y sin impedir que sus amigos lo atendieran.23 Y ordenó al centurión que custodiase a Pablo, que le dejase tener alguna libertad y que no impidiese a ninguno de los suyos el asistirle.
24 Algunos días después, se presentó Félix con su mujer Drusila, que era judía. El mandó llamar a Pablo y lo oyó hablar acerca de la fe en Jesucristo.24 Después de unos días vino Félix con su esposa Drusila, que era judía; mandó traer a Pablo y le estuvo escuchando acerca de la fe en Cristo Jesús.
25 Pero cuando Pablo se puso a tratar sobre la justicia, la continencia y el juicio futuro, Félix, lleno de temor, le respondió: «Por ahora puedes irte; te volveré a llamar en la primera ocasión».25 Y al hablarle Pablo de la justicia, del dominio propio y del juicio futuro, Félix, aterrorizado, le interrumpió: «Por ahora puedes marcharte; cuando encuentre oportunidad te haré llamar».
26 Al mismo tiempo, él esperaba que Pablo le diera dinero, y por eso lo hacía llamar frecuentemente para conversar con él.26 Esperaba al mismo tiempo Félix que Pablo le diese dinero; por eso frecuentemente le mandaba a buscar y conversaba con él.
27 Al cabo de dos años, Porcio Festo sucedió a Félix; y como este quería congraciarse con los judíos, dejó a Pablo en la prisión.27 Pasados dos años Félix recibió como sucesor a Porcio Festo; y queriendo congraciarse con los judíos, dejó a Pablo prisionero.