Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Proverbios 8


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1¿No está llamando la Sabiduría y no hace oír su voz la Inteligencia?2En las cumbres más altas que bordean el camino, apostada en el cruce de los senderos,3al lado de las puertas, a la entrada de la ciudad, en los lugares de acceso, ella dice en alta voz:4«A ustedes, hombres, yo los llamo, y mi voz se dirige a los seres humanos.5Entiendan, incautos, qué es la perspicacia; entiendan, necios, qué es la sensatez.6Escuchen: es muy importante lo que voy a decir, mis labios se abren para expresar lo que es recto.7Sí, mi boca profiere la verdad, la maldad es una abominación para mis labios.8Todas mis palabras son conformes a la justicia, no hay en ellas nada retorcido o sinuoso;9todas son exactas para el que sabe entender y rectas para los que ha hallado la ciencia.10Adquieran mi instrucción, no la plata, y la ciencia más que el oro acrisolado.11Porque la Sabiduría vale más que las perlas, y nada apetecible se le puede igualar».12Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia y poseo la ciencia de la reflexión.13El temor del Señor es detestar el mal: yo detesto la soberbia, el orgullo, la mala conducta y la boca perversa.14A mí me pertenecen el consejo y la habilidad, yo soy la inteligencia, mío es el poder.15Por mí reinan los reyes y los soberanos decretan la justicia;16por mí gobiernan los príncipes y los nobles juzgan la tierra.17Yo amo a los que me aman y los que me buscan ardientemente, me encontrarán.18Conmigo están la riqueza y la gloria, los bienes perdurables y la justicia.19Mi fruto vale más que el oro, que el oro fino, y rindo más que la plata acrisolada.20Yo voy por el sendero de la justicia, en medio de las sendas de la equidad,21para repartir posesiones a los que me aman y para colmar sus tesoros.22El Señor me creó como primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre.23Yo fui formada desde la eternidad, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra.24Yo nací cuando no existían los abismos, cuando no había fuentes de aguas caudalosas.25Antes que fueran cimentadas las montañas, antes que las colinas, yo nací,26cuando él no había hecho aún la tierra ni los espacios ni los primeros elementos del mundo.27Cuando él afianzaba el cielo, yo estaba allí; cuando trazaba el horizonte sobre el océano,28cuando condensaba las nubes en lo alto, cuando infundía poder a las fuentes del océano,29cuando fijaba su límite al mar para que las aguas no transgredieran sus bordes, cuando afirmaba los cimientos de la tierra,30yo estaba a su lado como un hijo querido y lo deleitaba día tras día, recreándome delante de él en todo tiempo,31recreándome sobre la faz de la tierra, y mi delicia era estar con los hijos de los hombres.32Y ahora, hijos, escúchenme: ¡felices los que observan mis caminos!33Escuchen la instrucción y sean sabios: ¡no la descuiden!34¡Feliz el hombre que me escucha, velando a mis puertas día tras día y vigilando a la entrada de mi casa!35Porque el que me encuentra ha encontrado la vida y ha obtenido el favor del Señor;36pero el que peca contra mí se hace daño a sí mismo y todos los que me odian, aman la muerte.