Salmi 44

BIBBIA MARTINI	EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Per quelli, che saranno cangiati. Ai figliuoli di Core, Salmo di intelligenza; cantico per lo diletto. IL mio cuore ha gettato una buona parola: al re io recito le opere mie. La mia lingua è la penna di uno scrittore, che scrive velocemente.	1 Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Poema.
2 Specioso in bellezza sopra i figliuoli degli uomini, la grazia è diffusa sulle tue labbra; per questo ti benedisse Dio in eterno.	2 Oh Dios, nuestros padres nos contaron, y por eso llegó a nuestros oídos, la obra que hiciste antiguamente,
3 Cingi a' tuoi fianchi la tua spada, o potentissimo,	3 con tu propia mano, cuando ellos vivían. Tú expulsaste a las naciones para plantarlos a ellos; y para hacerlos crecer, destruiste a los pueblos.
4 Colla tua speciosità, e bellezza tendi l'arco, avanzati felicemente, e regna, Mediante la verità, e la mansuetudine, e la giustizia: e a cose mirabili ti condurrà la tua destra.	4 No ocuparon la tierra con su espada ni su brazo les obtuvo la victoria: fue tu mano derecha y tu brazo, fue la luz de tu rostro, porque los amabas.
5 Le tue penetranti saette passeranno i cuori de' nemici del re, i popoli cadranno a' tuoi piedi.	5 Eras tú, mi Rey y mi Dios, el que decidía las victorias de Jacob:
6 Il tuo trono, o Dio, per tutti i secoli: lo scettro del tuo regno, scettro di equità.	6 con tu auxilio embestimos al enemigo y en tu Nombre aplastamos al agresor.
7 Hai amato la giustizia, ed hai odiato l'iniquità; per questo ti unse, o Dio, il tuo Dio di un unguento di letizia sopra li tuoi consorti.	7 Porque yo no confiaba en mi arco ni mi espada me dio la victoria:
8 Spirano mirra, e lagrima, e cassia le tue vestimenta tratte dalle case d'avorio;	8 tú nos salvaste de nuestros enemigos y confundiste a nuestros adversarios.
9 Onde te rallegrarono le figlie dei regi rendendoti onore. Alla tua destra si sta la regina in manto d'oro, con ogni varietà di ornamenti.	9 Dios ha sido siempre nuestro orgullo: damos gracias a tu Nombre eternamente.
10 Ascolta, o figlia, e considera, e porgi le tue orecchie, e scordati del tuo popolo, e della casa di tuo padre.	10 Pero ahora nos rechazaste y humillaste: dejaste de salir con nuestro ejército,
11 E il re amerà la tua bellezza; perché egli è il Signore Dio tuo, e a lui renderanno adorazioni.	11 nos hiciste retroceder ante el enemigo y nuestros adversarios nos saquearon.
12 E le figlie di Tiro porteranno dei doni: porgeran suppliche a te tutti i ricchi del popolo.	12 Nos entregaste como ovejas al matadero y nos dispersaste entre las naciones;
13 Tutta la gloria della figlia del re è interiore: ella è vestita di un abito a varj colori, con frange d'oro.	13 vendiste a tu pueblo por nada, no sacaste gran provecho de su venta.
14 Saranno presentate al re dopo di lei altre vergini: le compagne di lei saranno condotte a te.	14 Nos expusiste a la burla de nuestros vecinos, a la risa y al escarnio de los que nos rodean;
15 Saranno condotte con allegrezza, e con festa, saran menate al tempio del re.	15 hiciste proverbial nuestra desgracia y los pueblos nos hacen gestos de sarcasmo.
16 In luogo de' padri tuoi sono nati a te de' figliuoli; tu li costituirai principi sopra tutta la terra.	16 Mi oprobio está siempre ante mí y mi rostro se cubre de vergüenza,
17 Eglino si ricorderan del tuo nome per tutte le generazioni. Per questo daranno a te laude i popoli in eterno, e pe' secoli de' secoli.	17 por los gritos de desprecio y los insultos, por el enemigo sediento de venganza.
	18 ¡Y todo esto nos ha sobrevenido sin que nos hayamos olvidado de ti, sin que hayamos traicionado tu alianza!
	19 Nuestro corazón no se volvió atrás ni nuestros pasos se desviaron de tu senda,
	20 como para que nos aplastaras en un lugar desierto y nos cubrieras de tinieblas.
	21 Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios y recurrido a un dios extraño,
	22 Dios lo habría advertido, porque él conoce los secretos más profundos.
	23 Por tu causa nos dan muerte sin cesar y nos tratan como a ovejas que van al matadero.
	24 ¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes? ¡Levántate, no nos rechaces para siempre!
	25 ¿Por qué ocultas tu rostro y te olvidas de nuestra desgracia y opresión?
	26 Estamos hundidos en el polvo, nuestro cuerpo está pegado a la tierra.
	27 ¡Levántate, ven a socorrernos; líbranos por tu misericordia!