Scrutatio

Domenica, 12 maggio 2024 - Santi Nereo e Achilleo ( Letture di oggi)

Salmos 18


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor, que dirigió al Señor las palabras de este canto, cuando él lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.

1 Del maestro de coro. Del siervo de Yahveh, David, que
dirigió a Yahveh las palabras de este cántico el día en que
Yahveh le libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.
2 Dijo:

Yo te amo, Señor, mi fuerza,

2 Dijo:
Yo te amo, Yahveh, mi fortaleza,
(mi salvador, que de la violencia me has salvado).
3 Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador,

mi Dios, el peñasco en que me refugio,

mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte.

3 Yahveh, mi roca y mi baluarte,
mi liberador, mi Dios;
la peña en que me amparo,
mi escudo y fuerza de mi salvación,
mi ciudadela y mi refugio.
4 Invoqué al Señor, que es digno de alabanza

y quedé a salvo de mis enemigos.

4 Invoco a Yahveh, que es digno de alabanza,
y quedo a salvo de mis enemigos.
5 Las olas de la Muerte me envolvieron,

me aterraron los torrentes devastadores,

5 Las olas de la muerte me envolvían,
me espantaban las trombas de Belial,
6 me cercaron los lazos del Abismo,

las redes de la Muerte llegaron hasta mí,

6 los lazos del seol me rodeaban,
me aguardaban los cepos de la Muerte.
7 Pero en mi angustia invoqué al Señor,

grité a mi Dios pidiendo auxilio,

y él escuchó mi voz desde su Templo,

mi grito llegó hasta sus oídos.

7 Clamé a Yahveh en mi angustia,
a mi Dios invoqué;
y escuchó mi voz desde su Templo,
resonó mi llamada en sus oídos.
8 Entonces tembló y se tambaleó la tierra;

vacilaron los fundamentos de las montañas, y

se conmovieron a causa de su furor;

8 La tierra fue sacudida y vaciló,
retemblaron las bases de los montes,
(vacilaron bajo su furor);
9 de su nariz se alzó una humareda,

de su boca, un fuego abrasador,

y arrojaba carbones encendidos.

9 una humareda subió de sus narices,
y de su boca un fuego que abrasaba,
(de él salían carbones encendidos).
10 El Señor inclinó el cielo, y descendió

con un espeso nubarrón bajo sus pies;

10 El inclinó los cielos y bajó,
un espeso nublado debajo de sus pies;
11 montó en el Querubín y emprendió vuelo,

planeando sobre las alas del viento.

11 cabalgó sobre un querube, emprendió el vuelo,
sobre las alas de los vientos planeó.
12 Se envolvió en un manto de tinieblas;

un oscuro aguacero y espesas nubes

lo cubrían como un toldo;

12 Se puso como tienda un cerco de tinieblas,
tinieblas de las aguas, espesos nubarrones;
13 las nubes se deshicieron en granizo y centellas

al fulgor de su presencia.

13 del fulgor que le precedía se encendieron
granizo y ascuas de fuego.
14 El Señor tronaba desde el cielo,

el Altísimo hacía oír su voz;

14 Tronó Yahveh en los cielos,
lanzó el Altísimo su voz;
15 arrojó sus flechas y los dispersó,

multiplicó sus rayos y sembró la confusión.

15 arrojó saetas, y los puso en fuga,
rayos fulminó y sembró derrota.
16 Al proferir tus amenazas, Señor,

al soplar el vendaval de tu ira,

aparecieron los cauces del mar

y quedaron a la vista los cimientos.

16 El fondo del mar quedó a la vista,
los cimientos del orbe aparecieron,
ante tu imprecación, Yahveh,
al resollar el aliento en tus narices.
17 El tendió su mano desde lo alto y me tomó,

me sacó de las aguas caudalosas;

17 El extiende su mano de lo alto para asirme,
para sacarme de las profundas aguas;
18 me libró de mi enemigo poderoso,

de adversarios más fuertes que yo.

18 me libera de un enemigo poderoso,
de mis adversarios más fuertes que yo.
19 Ellos me enfrentaron en un día nefasto,

pero el Señor fue mi apoyo:

19 Me aguardaban el día de mi ruina,
más Yahveh fue un apoyo para mí;
20 me sacó a un lugar espacioso,

me libró, porque me ama.

20 me sacó a espacio abierto,
me salvó porque me amaba.
21 El Señor me recompensó por mi justicia,

me retribuyó por la inocencia de mis manos:

21 Yahveh me recompensa conforme a mi justicia,
me paga conforme a la pureza de mis manos;
22 porque seguí fielmente los caminos del Señor,

y no me aparté de mi Dios, haciendo el mal;

22 porque he guardado los caminos de Yahveh,
y no he hecho el mal lejos de mi Dios.
23 porque tengo presente todas sus decisiones

y nunca me alejé de sus preceptos.

23 Porque tengo ante mí todos sus juicios,
y sus preceptos no aparto de mi lado;
24 Tuve ante él una conducta irreprochable

y me esforcé por no ofenderlo.

24 he sido ante él irreprochable,
y de incurrir en culpa me he guardado.
25 El Señor me premió, porque yo era justo

y mis manos eran inocentes a sus ojos.

25 Y Yahveh me devuelve según mi justicia,
según la pureza de mis manos que tiene ante sus ojos.
26 Tú eres bondadoso con los buenos

y eres íntegro con el hombre intachable;

26 Con el piadoso eres piadoso,
intachable con el hombre sin tacha;
27 eres sincero con los que son sinceros

y te muestras astuto con los falsos.

27 con el puro eres puro,
con el ladino, sagaz;
28 Porque tú salvas al pueblo oprimido

y humillas los ojos altaneros;

28 tú que salvas al pueblo humilde,
y abates los ojos altaneros.
29 tú eres mi lámpara, Señor;

Dios mío, tú iluminas mis tinieblas.

29 Tú eres, Yahveh, mi lámpara,
mi Dios que alumbra mis tinieblas;
30 Contigo puedo asaltar una muralla;

con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla.

30 con tu ayuda las hordas acometo,
con mi Dios escalo la muralla.
31 El camino de Dios es perfecto,

la promesa del Señor es digna de confianza.

El Señor es un escudo para los que se refugian en él,

31 Dios es perfecto en sus caminos,
la palabra de Yahveh acrisolada.
El es el escudo
de cuantos a él se acogen.
32 porque ¿quién es Dios fuera del Señor?

¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios?

32 Pues ¿quién es Dios fuera de Yahveh?
¿Quién Roca, sino sólo nuestro Dios?
33 El es el Dios que me ciñe de valor

y hace intachable mi camino;

33 El Dios que me ciñe de fuerza,
y hace mi camino irreprochable,
34 el que me da la rapidez de un ciervo

y me afianza en las alturas;

34 que hace mis pies como de ciervas,
y en las alturas me sostiene en pie,
35 el que adiestra mis manos para la guerra

y mis brazos para tender el arco de bronce.

35 el que mis manos para el combate adiestra
y mis brazos para tensar arco de bronce.
36 Me entregaste tu escudo victorioso

y tu mano derecha me sostuvo:

me engrandeciste con tu triunfo,

36 Tú me das tu escudo salvador,
(tu diestra me sostiene), tu cuidado me exalta,
37 me hiciste dar largos pasos,

y no se doblaron mis tobillos.

37 mis pasos ensanchas ante mí,
no se tuercen mis tobillos.
38 Perseguí y alcancé a mis enemigos,

no me volví hasta que fueron aniquilados;

38 Persigo a mis enemigos, les doy caza,
no vuelvo hasta haberlos acabado;
39 los derroté y no pudieron rehacerse,

quedaron abatidos bajo mis pies.

39 los quebranto, no pueden levantarse,
sucumben debajo de mis pies.
40 Tú me ceñiste de valor para la lucha,

doblegaste ante mí a mis agresores;

40 Para el combate de fuerza me ciñes,
doblegas bajo mí a mis agresores,
41 pusiste en fuga a mis enemigos,

y yo exterminé a mis adversarios.

41 a mis enemigos haces dar la espalda,
extermino a los que me odian.
42 Imploraron, pero nadie los salvó;

gritaban al Señor, pero no les respondía.

42 Claman, mas no hay salvador,
a Yahveh, y no les responde.
43 Los deshice como polvo barrido por el viento,

los pisé como el barro de las calles.

43 Los machaco como polvo al viento,
como al barro de las calles los piso.
44 Tú me libraste de un ejército incontable

y me pusiste al frente de naciones:

pueblos extraños son mis vasallos.

44 De las querellas de mi pueblo tú me libras,
me pones a la cabeza de las gentes;
pueblos que no conocía me sirven;
45 Gente extranjera me rinde pleitesía;

apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia.

45 los hijos de extranjeros me adulan,
son todo oídos, me obedecen,
46 Los extranjeros palidecen ante mí

y, temblando, abandonan sus refugios.

46 los hijos de extranjeros desmayan,
y dejan temblando sus refugios.
47 ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca!

¡Glorificado sea el Dios de mi salvación,

47 ¡Viva Yahveh, bendita sea mi roca,
el Dios de mi salvación sea ensalzado,
48 el Dios que venga mis agravios

y pone a los pueblos a mis pies!

48 el Dios que la venganza me concede
y abate los pueblos a mis plantas!
49 Tú me liberas de mis enemigos,

me haces triunfar de mis agresores

y me libras del hombre violento.

49 Tú me libras de mis enemigos,
me exaltas sobre mis agresores,
del hombre violento me salvas.
50 Por eso te alabaré entre las naciones

y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre.

50 Por eso he de alabarte entre los pueblos,
a tu nombre, Yahveh, salmodiaré.
51 El concede grandes victorias a su rey

y trata con fidelidad a su Ungido,

a David y a su descendencia para siempre.
51 El hace grandes las victorias de su rey
y muestra su amor a su ungido,
a David y a su linaje para siempre.