Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Santiago 3


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1Hermanos, que no haya mucho entre ustedes que pretendan ser maestros, sabiendo que los que enseñamos seremos juzgados más severamente,2porque todos faltamos de muchas maneras. Si alguien no falta con palabras es un hombre perfecto, porque es capaz de dominar toda su persona.3Cuando ponemos un freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dominamos todo su cuerpo.4Lo mismo sucede con los barcos: por grandes que sean y a pesar de la violencia de los vientos, mediante un pequeño timón, son dirigidos adonde quiere el piloto.5De la misma manera, la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, puede jactarse de hacer grandes cosas. Miren cómo una pequeña llama basta para incendiar un gran bosque.6También la lengua es un fuego: es un mundo de maldad puesto en nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida humana.7Animales salvajes y pájaros, reptiles y peces de toda clase, han sido y son dominados por el hombre.8Por el contrario, nadie puede dominar la lengua, que es un flagelo siempre activo y lleno de veneno mortal.9Con ella bendecimos al Señor, nuestro Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios.10De la misma boca salen la bendición y la maldición. Pero no debe ser así, hermanos.11¿Acaso brota el agua dulce y la amarga de una misma fuente?12¿Acaso, hermanos, una higuera puede producir aceitunas, o higos una vid? Tampoco el mar puede producir agua dulce.13El que se tenga por sabio y prudente, demuestre con su buena conducta que sus actos tienen la sencillez propia de la sabiduría.14Pero si ustedes están dominados por la rivalidad y por el espíritu de discordia, no se vanagloríen ni falten a la verdad.15Semejante sabiduría no desciende de lo alto sino que es terrena, sensual y demoníaca.16Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad.17En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera.18Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz.