SCRUTATIO

Sabato, 21 giugno 2025 - San Luigi Gonzaga ( Letture di oggi)

Job 20


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Sofar de Naamat tomó la palabra y dijo:1 Sofar de Naamá respondió, diciendo:
2 Por esto mis pensamientos a replicar me incitan: por la impaciencia que me urge.2 Mis pensamientos me obligan a replicar, porque no puedo dominar mi excitación.
3 Una lección que me ultraja he escuchado, mas el soplo de mi inteligencia me incita a responder.3 Tengo que oír reproches injuriosos, pero mi inteligencia me inspira una respuesta.
4 ¿No sabes tú que desde siempre, desde que el hombre en la tierra fue puesto,4 ¿No sabes acaso que desde siempre, desde que el hombre fue puesto sobre la tierra,
5 es breve la alegría del malvado, y de un instante el gozo del impío?5 el júbilo de los malvados acaba pronto y la alegría del impío dura sólo un instante?
6 Aunque su talla se alzara hasta los cielos y las nubes tocara su cabeza,6 Aunque su altura se eleve hasta el cielo y llegue a tocar las nubes con la cabeza,
7 como un fantasma desaparece para siempre, los que le veían dicen: «¿Dónde está?»7 él perece para siempre, como sus excrementos, y sus conocidos preguntan: «¿Dónde está?».
8 Se vuela como un sueño inaprensible, se le ahuyenta igual que a una visión nocturna.8 Huye como un sueño, y nadie lo encuentra, desechado como una visión nocturna,
9 El ojo que le observaba ya no le ve más, ni le divisa el lugar donde estaba.9 El ojo que lo miraba no lo ve más, el lugar que ocupaba lo pierde de vista.
10 A los pobres tendrán que indemnizar sus hijos, sus niños habrán de devolver sus bienes.10 Sus hijos indemnizan a los que él empobreció y sus propias manos restituyen las riquezas
11 Sus huesos rebosaban de vigor juvenil: mas ya con él postrado está en el polvo.11 El vigor juvenil que llenaba sus huesos yace con él en el polvo.
12 Si el mal era dulce a su boca, si bajo su lengua lo albergaba,12 El mal era dulce a su boca y él lo disimulaba bajo su lengua;
13 si allí lo guardaba tenazmente y en medio del paladar lo retenía,13 lo saboreaba y no lo soltaba, lo retenía en medio de su paladar;
14 su alimento en sus entrañas se corrompe, en su interior se le hace hiel de áspid.14 pero su comida se corrompe en las entrañas, es un veneno de víboras dentro de él.
15 Vomita las riquezas que engulló, Dios se las arranca de su vientre.15 Tiene que vomitar las riquezas que tragó, Dios se las arranca de su vientre.
16 Veneno de áspides chupaba: lengua de víbora le mata.16 ¡El mamaba veneno de serpientes y lo mata la lengua de la víbora!
17 Ya no verá los arroyos de aceite, los torrentes de miel y de cuajada.17 Ya no ve más los arroyos de aceite ni los torrentes de miel y leche cuajada.
18 Devuelve su ganancia sin tragarla, no saborea el fruto de su negocio.18 Devuelve las ganancias sin tragarlas, y no disfruta de lo que lucró con sus negocios,
19 Porque estrujó las chozas de los pobres, robó casas en vez de construirlas;19 porque oprimió y dejó sin amparo a los pobres, y usurpó casas que no había edificado.
20 porque su vientre se mostró insaciable, sus tesoros no le salvarán;20 Su voracidad no conocía descanso y nada escapaba a sus deseos;
21 porque a su voracidad nada escapaba, por eso no dura su prosperidad.21 nadie se libraba de su avidez, por eso no dura su prosperidad.
22 En plena abundancia la estrechez le sorprende, la desgracia, en tromba, cae sobre él.22 En el colmo de la abundancia, lo asalta la angustia, le sobrevienen toda clase de desgracias.
23 En el momento de llenar su vientre, suelta Dios contra él el ardor de su cólera y lanza sobre su carne una lluvia de saetas.23 Mientras él llena su vientre, Dios descarga el ardor de su ira y hace llover el fuego de su enojo sobre él.
24 Si del arma de hierro logra huir, el arco de bronce le traspasa.24 Si escapa del arma de hierro, lo traspasa el arco de bronce:
25 Sale una flecha por su espalda, una hoja fulgurante de su hígado. Los terrores se abalanzan sobre él,25 la flecha le sale por la espalda, y la punta fulgurante por el hígado. Lo invaden los terrores,
26 total tiniebla aguarda a sus tesoros. Un fuego que nadie atiza le devora, y consume lo que en su tienda aún queda,26 todas las tinieblas están reservadas para él, lo consume un fuego que nadie atiza y que devora lo que aún queda de su carpa.
27 Los cielos ponen su culpa al descubierto, y la tierra se alza contra él.27 Los cielos revelan su iniquidad y la tierra se levanta contra él.
28 La hacienda de su casa se derrama, como torrentes, en el día de la cólera.28 Un diluvio se lleva su casa, una correntada, en el día de la ira.
29 Tal es la suerte que al malvado Dios reserva, la herencia de Dios para el maldito.29 Esta es la porción que Dios asigna al malvado, la herencia que le tiene destinada.