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Sabato, 11 maggio 2024 - San Fabio e compagni ( Letture di oggi)

Salmos 73


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Salmo de Asaf.

¡Qué bueno es Dios para Israel,

para los limpios de corazón!

1 Salmo. De Asaf.
En verdad bueno es Dios para Israel,
el Señor para los de puro corazón.
2 Pero casi se desvían mis pasos,

faltó poco para que diera un traspié,

2 Por poco mis pies se me extravían,
nada faltó para que mis pasos resbalaran,
3 porque tuve envidia de los presuntuosos,

al ver la prosperidad de los malvados.

3 celoso como estaba de los arrogantes,
al ver la paz de los impíos.
4 Para ellos no hay sufrimientos,

su cuerpo está sano y robusto;

4 No, no hay congojas para ellos,
sano y rollizo está su cuerpo;
5 no comparten las penas de los hombres

ni son golpeados como los demás.

5 no comparten la pena de los hombres,
con los humanos no son atribulados.
6 Por eso, el orgullo es su collar

y la violencia, el manto que los cubre;

6 Por eso el orgullo es su collar,
la violencia el vestido que los cubre;
7 la malicia se les sale por los poros,

su corazón rebosa de malos propósitos.

7 la malicia les cunde de la grasa,
de artimañas su corazón desborda.
8 Se burlan y hablan con maldad;

desde lo alto, amenazan con prepotencia;

8 Se sonríen, pregonan la maldad,
hablan altivamente de violencia;
9 su boca se insolenta contra el cielo

y su lengua se pasea por la tierra.

9 ponen en el cielo su boca,
y su lengua se pasea por la tierra.
10 Por eso, el pueblo de Dios se vuelve hacia ellos,

y beben el agua a raudales.

10 Por eso mi pueblo va hacia ellos:
aguas de abundancia les llegan.
11 Ellos dicen: «¿Acaso Dios lo va a saber?

¿Se va a enterar el Altísimo?»

11 Dicen: «¿Cómo va a saber Dios?
¿Hay conocimiento en el Altísimo?»
12 Así son esos malvados

y, siempre tranquilos, acrecientan sus riquezas.

12 Miradlos: ésos son los impíos,
y, siempre tranquilos, aumentan su riqueza.
13 Entonces, ¿en vano mantuve puro mi corazón

y lavé mis manos en señal de inocencia?

13 ¡Así que en vano guardé el corazón puro,
mis manos lavando en la inocencia,
14 Porque yo era golpeado todo el día

y cada mañana soportaba mi castigo.

14 cuando era golpeado todo el día,
y cada mañana sufría mi castigo!
15 Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos»,

habría traicionado al linaje de tus hijos.

15 Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos»,
habría traicionado a la raza de tus hijos;
16 Yo reflexionaba, tratando de entenderlo,

pero me resultaba demasiado difícil.

16 me puse, pues, a pensar para entenderlo,
¡ardua tarea ante mis ojos!
17 ¡Hasta que entré en el Santuario de Dios

y comprendí el fin que les espera!

17 Hasta el día en que entré en los divinos santuarios,
donde su destino comprendí:
18 Sí, tú los pones en un terreno resbaladizo

y los precipitas en la ruina.

18 oh, sí, tú en precipicios los colocas,
a la ruina los empujas.
19 ¡Qué pronto quedan devastados

y acaban consumidos por el horror!

19 ¡Ah, qué pronto quedan hechos un horror,
cómo desaparecen sumidos en pavores!
20 Son como un sueño al despertar, Señor;

al levantarte, disipas hasta su imagen.

20 Como en un sueño al despertar, Señor,
así, cuando te alzas, desprecias tú su imagen.
21 Cuando se agriaba mi corazón

y me torturaba en mi interior,

21 Sí, cuando mi corazón se exacerbaba,
cuando se torturaba mi conciencia,
22 yo era un necio y no comprendía,

era como un animal ante ti.

22 estúpido de mí, no comprendía,
una bestia era ante ti.
23 Pero yo estoy siempre contigo,

tú me has tomado de la mano derecha;

23 Pero a mí, que estoy siempre contigo,
de la mano derecha me has tomado;
24 me guiarás con tu consejo

y después, me recibirás con gloria.

24 me guiarás con tu consejo,
y tras la gloria me llevarás.
25 ¿A quién sino a ti tengo yo en el cielo?

Si estoy contigo, no deseo nada en la tierra.

25 ¿Quién hay para mí en el cielo?
Estando contigo no hallo gusto ya en la tierra.
26 Aunque mi corazón y mi carne se consuman,

Dios es mi herencia para siempre

y la Roca de mi corazón.

26 Mi carne y mi corazón se consumen:
¡Roca de mi corazón, mi porción, Dios por siempre!
27 Los que se apartan de ti terminan mal,

tú destruyes a los que te son infieles.

27 Sí, los que se alejan de ti perecerán,
tú aniquilas a todos los que te son adúlteros.
28 Mi dicha es estar cerca de Dios:

yo he puesto mi refugio en ti, Señor,

para proclamar todas tus acciones.
28 Mas para mí, mi bien es estar junto a Dios;
he puesto mi cobijo en el Señor,
a fin de publicar todas tus obras.