Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Salmos 107


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1¡Den gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterno su amor!
2Que lo digan los redimidos por el Señor,

los que él rescató del poder del enemigo
3y congregó de todas las regiones:

del norte y del sur, del oriente y el occidente;
4los que iban errantes por el desierto solitario,

sin hallar el camino hacia un lugar habitable.
5Estaban hambrientos, tenían sed

y ya les faltaba el aliento;
6pero en la angustia invocaron al Señor,

y él los libró de sus tribulaciones:
7los llevó por el camino recto,

y así llegaron a un lugar habitable.
8Den gracias al Señor por su misericordia

y por sus maravillas en favor de los hombres,
9porque él sació a los que sufrían sed

y colmó de bienes a los hambrientos.
10Estaban en tinieblas, entre sombras de muerte,

encadenados y en la miseria,
11por haber desafiado las órdenes de Dios

y despreciado el designio del Altísimo.
12El los había agobiado con sufrimientos,

sucumbían, y nadie los ayudaba;
13pero en la angustia invocaron al Señor,

y él los libró de sus tribulaciones:
14los sacó de las tinieblas y las sombras,

e hizo pedazos sus cadenas.
15Den gracias al Señor por su misericordia

y por sus maravillas en favor de los hombres,

16porque él destrozó las puertas de bronce

y quebró los cerrojos de hierro.
17Estaban debilitados y oprimidos,

a causa de sus rebeldías y sus culpas;
18la comida les daba náuseas,

y ya tocaban las puertas de la muerte.
19Pero en la angustia invocaron al Señor,

y él los libró de sus tribulaciones:
20envió su palabra y los sanó,

salvó sus vidas del sepulcro.
21Den gracias al Señor por su misericordia

y por sus maravillas en favor de los hombres:
22ofrézcanle sacrificios de acción de gracias

y proclamen con júbilo sus obras.
23Los que viajaron en barco por el mar,

para traficar por las aguas inmensas,

24contemplaron las obras del Señor,

sus maravillas en el océano profundo.

25Con su palabra desató un vendaval,

que encrespaba las olas del océano:
26ellos subían hasta el cielo, bajaban al abismo,

se sentían desfallecer por el mareo,

27se tambaleaban dando tumbos como ebrios,

y su pericia no les valía de nada.

28Pero en la angustia invocaron al Señor,

y él los libró de sus tribulaciones:

29cambió el huracán en una brisa suave

y se aplacaron las olas del mar;

30entonces se alegraron de aquella calma,

y el Señor los condujo al puerto deseado.

31Den gracias al Señor por su misericordia

y por sus maravillas en favor de los hombres:

32aclámenlo en la asamblea del pueblo,

alábenlo en el consejo de los ancianos.

33El hizo de los ríos un desierto

y de los oasis, una tierra estéril;
34transformó el suelo fértil en una salina,

por la maldad de sus habitantes.

35Convirtió el desierto en un lago,

y la tierra reseca en un oasis:

36allí puso a los hambrientos,

y ellos fundaron una ciudad habitable.

37Sembraron campos y plantaron viñas,

que produjeron frutos en las cosechas;

38él los bendijo y se multiplicaron,

y no dejó que les faltara el ganado.
39Cuando eran pocos, y estaban abatidos

por el peso de la desgracia y la aflicción,

40el que cubre de vergüenza a los príncipes

y los extravía por un desierto sin huellas,

41levantó a los pobres de la miseria

y multiplicó sus familias como rebaños.
42Que los justos lo vean y se alegren,

y enmudezcan todos los malvados.

43El que es sabio, que retenga estas cosas

y comprenda la misericordia del Señor.