Scrutatio

Domenica, 19 maggio 2024 - San Celestino V - Pietro di Morrone ( Letture di oggi)

Mateo 21


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Cuando se aproximaron a Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, entonces envió Jesús a dos discípulos,1 Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos,
2 diciéndoles: «Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asna atada y un pollino con ella; desatadlos y traédmelos.2 diciéndoles: «Vayan al pueblo que está enfrente, e inmediatamente encontrarán un asna atada, junto con su cría. Desátenla y tráiganmelos.
3 Y si alguien os dice algo, diréis: El Señor los necesita, pero enseguida los devolverá».3 Y si alguien les dice algo, respondan: «El Señor los necesita y los va a devolver en seguida».
4 Esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del profeta:4 Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta:
5 Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo.5 "Digan a la hija de Sión: Mira que tu rey viene hacia ti, humilde y montado sobre un asna, sobre la cría de un animal de carga".
6 Fueron, pues, los discípulos e hicieron como Jesús les había encargado:6 Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado;
7 trajeron el asna y el pollino. Luego pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima.7 trajeron el asna y su cría, pusieron sus mantos sobre ellos y Jesús se montó.
8 La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.8 Entonces la mayor parte de la gente comenzó a extender sus mantos sobre el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y lo cubrían con ellas.
9 Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!»9 La multitud que iba delante de Jesús y la que lo seguía gritaba: «¡Hosana al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!
10 Y al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. «¿Quién es éste?» decían.10 Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, y preguntaban: «¿Quién es este?».
11 Y la gente decía: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea».11 Y la gente respondía: «Es Jesús, el profeta de Nazaret en Galilea».
12 Entró Jesús en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas.12 Después Jesús entró en el Templo y echó a todos los que vendían y compraban allí, derribando las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas.
13 Y les dijo: «Está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración. ¡Pero vosotros estáis haciendo de ella una cueva de bandidos!»13 Y les decía: «Está escrito: Mi casa será llamada casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones».
14 También en el Templo se acercaron a él algunos ciegos y cojos, y los curó.14 En el Templo se le acercaron varios cielos paralíticos, y él los curó.
15 Mas los sumos sacerdotes y los escribas, al ver los milagros que había hecho y a los niños que gritaban en el Templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron15 Al ver los prodigios que acababa de hacer y a los niños que gritaban en el Templo: «¡Hosana al Hijo de David!», los sumos sacerdotes y los escribas se indignaron
16 y le dijeron: «¿Oyes lo que dicen éstos?» «Sí - les dice Jesús -. ¿No habéis leído nunca que De la boca de los niños y de los que aún maman te preparaste alabanza?»16 y le dijeron: «¿Oyes lo que dicen estos?». «Sí, respondió Jesús, ¿Pero nunca han leído este pasaje: "De la boca de las criaturas y de los niños de pecho, has hecho brotar una alabanza"?».
17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, donde pasó la noche.17 En seguida los dejó y salió de la ciudad para ir a Betania, donde pasó la noche.
18 Al amanecer, cuando volvía a la ciudad, sintió hambre;18 A la mañana temprano, mientras regresaba a la ciudad, tuvo hambre.
19 y viendo una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró en ella más que hojas. Entonces le dice: «¡Que nunca jamás brote fruto de ti!» Y al momento se secó la higuera.19 Al ver una higuera cerca del camino, se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo: «Nunca volverás a dar fruto». Y la higuera se secó de inmediato.
20 Al verlo los discípulos se maravillaron y decían: «¿Cómo al momento quedó seca la higuera?»20 Cuando vieron esto, los discípulos dijeron llenos de asombro: «¿Cómo se ha secado la higuera tan repentinamente?».
21 Jesús les respondió: «Yo os aseguro: si tenéis fe y no vaciláis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que si aun decís a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, así se hará.21 Jesús les respondió: «Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no sólo harán lo que yo acabo de hacer con la higuera, sino que podrán decir a esta montaña: «Retírate de ahí y arrójate al mar», y así lo hará.
22 Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis».22 Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán».
23 Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?»23 Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?».
24 Jesús les respondió: «También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto.24 Jesús les respondió: «Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas.
25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?» Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: “Del cielo”, nos dirá: “Entonces ¿por qué no le creísteis?”25 ¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?». Ellos se hacían este razonamiento: «Si respondemos: «Del cielo», él nos dirá: «Entonces, ¿por qué no creyeron en él?».
26 Y si decimos: “De los hombres”, tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta».26 Y si decimos: «De los hombres», debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta».
27 Respondieron, pues, a Jesús: «No sabemos». Y él les replicó asimismo: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».27 Por eso respondieron a Jesús: «No sabemos». El, por su parte, les respondió: «Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto».
28 «Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: “Hijo, vete hoy a trabajar en la viña.”28 «¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: "Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña".
29 Y él respondió: “No quiero”, pero después se arrepintió y fue.29 El respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue.
30 Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: “Voy, Señor”, y no fue.30 Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: "Voy, Señor", pero no fue.
31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?» - «El primero» - le dicen. Díceles Jesús: «En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios.31 ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?». «El primero», le respondieron. Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.
32 Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él.32 En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.
33 «Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.33 Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
34 Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos.34 Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos.
35 Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon.35 Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.
36 De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera.36 El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
37 Finalmente les envió a su hijo, diciendo: “A mi hijo le respetarán.”37 Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo".
38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: “Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia.”38 Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia".
39 Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron.39 Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
40 Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»40 Cuando vuelve el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
41 Dícenle: «A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo».41 Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo».
42 Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?42 Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: "La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos"?
43 Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos».43 Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos».
44 [El que caiga sobre esta piedra quedará destrozado, y aquel sobre quien caiga será aplastado].
45 Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose a ellos.45 Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos.
46 Y trataban de detenerle, pero tuvieron miedo a la gente porque le tenían por profeta.46 Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.