Scrutatio

Mercoledi, 15 maggio 2024 - Sant'Isidoro agricoltore ( Letture di oggi)

1 Reyes 18


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Mucho tiempo después, al tercer año, la palabra del Señor llegó a Elías, en estos términos: «Ve a presentarte a Ajab, y yo enviaré lluvia a la superficie del suelo».1 Pasado mucho tiempo, fue dirigida la palabra de Yahveh a Elías, al tercer año, diciendo: «Vete a presentarte a Ajab, pues voy a hacer llover sobre la superficie de la tierra».
2 Entonces Elías partió para presentarse ante Ajab. Como apretaba el hambre en Samaría,2 Fue Elías a presentarse a Ajab. El hambre se había apoderado de Samaría.
3 Ajab llamó a Abdías, el mayordomo de palacio. –Abdías era muy temeroso del Señor,3 Ajab llamó a Abdías, que estaba al frente de la casa - Abdías era muy temeroso de Yahveh.
4 y cuando Jezabel perseguía a muerte a los profetas del Señor, él había recogido a cien de ellos, los había ocultado en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los había provisto de pan y agua–.4 Cuando Jezabel exterminó a los profetas de Yahveh, Abdías había tomado cien profetas y los había ocultado, de cincuenta en cincuenta, en una cueva, dándoles de comer pan y agua. -
5 Ajab dijo a Abdías: «Vamos a recorrer todos los manantiales y torrentes del país. Tal vez encontremos pasto para conservar con vida los caballos y las mulas, y así no tendremos que sacrificar ganado».5 Dijo Ajab a Abdías: «Ven, vamos a recorrer el país por todas sus fuentes y todos sus torrentes; acaso encontremos hierba para mantener los caballos y mulos y no tengamos que suprimir el ganado».
6 Se repartieron el país para recorrerlo: Ajab partió solo por un camino y Abdías, también solo, se fue por otro.6 Se repartieron el país para recorrerlo: «Ajab se fue solo por un camino y Abdías se fue solo por otro.
7 Mientras Abdías iba por el camino, le salió al encuentro Elías. Apenas lo reconoció, cayó con el rostro en tierra y dijo: «¿Eres tú, Elías, mi señor?».7 Estando Abdías en camino, le salió Elías al encuentro. Le reconoció y cayó sobre su rostro y dijo: ¿Eres tú Elías, mi señor?»
8 «Soy yo, le respondió él. Ve a decirle a tu señor que Elías está aquí».8 El respondió: «Yo soy. Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías».
9 Pero él replicó: «¿Qué pecado he cometido para que pongas a tu servidor en manos de Ajab y él me haga morir?9 Respondió: «¿En qué he pecado, pues entregas a tu siervo en manos de Ajab para hacerme morir?
10 ¡Por la vida del Señor, tu Dios!, no hay nación ni reino adonde mi señor Ajab no te haga mandado buscar. Y cuando decían: No está aquí, él hacía jurar a ese reino y a esa nación que no te habían encontrado.10 ¡Vive Yahveh tu Dios! No hay nación o reino donde no haya mandado a buscarte mi señor, y cuando decían: “No está aquí”, hacía jurar a la nación o al reino que no te había encontrado.
11 Y ahora tú dices: «Ve a decirle a tu señor que aquí está Elías».11 Y ahora tú dices: “Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías.”
12 Pero en cuanto yo me aparte de ti, el espíritu del Señor te llevará quién sabe adónde, y cuando vaya a avisarle a Ajab, él no te encontrará y me matará. Sin embargo, tu servidor teme al Señor desde su juventud.12 Y sucederá que, cuando me aleje de ti, el espíritu de Yahveh te llevará no sé dónde, llegaré a avisar a Ajab, pero no te hallará y me matará. Sin embargo, tu siervo teme a Yahveh desde su juventud.
13 ¿Acaso no te han contado lo que hice cuando Jezabel mataba a los profetas del Señor, cómo oculté a cien de ellos en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los proveí de pan y agua?13 ¿Nadie ha hecho saber a mi señor lo que hice cuando Jezabel mató a los profetas de Yahveh, que oculté a cien de los prophetas de Yahveh, de cincuenta en cincuenta, en una cueva, y les alimenté con pan y agua?
14 Y ahora tú me dices: «Ve a decirle a tu señor que aquí está Elías». ¡Seguro que me matará!».14 Y ahora tú me dices: “Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías.” ¡Me matará»
15 Pero Elías replicó: «¡Por la vida del Señor de los ejércitos, a quien yo sirvo! Hoy mismo me presentaré a él».15 Respondió Elías: «¡Vive Yahveh Sebaot a quien sirvo! Hoy me presentaré a él».
16 Abdías fue al encuentro de Ajab; le comunicó el mensaje, y Ajab fue a encontrarse con Elías.16 Abdías fue al encuentro de Ajab y le avisó, y Ajab partió al encuentro de Elías.
17 Apenas vio a Elías, Ajab le dijo: «¿Así que eres tú, el que trae la desgracia a Israel?».17 Cuando Ajab vio a Elías le dijo: «¿Eres tú, azote de Israel?»
18 Elías respondió: «No soy yo el que traigo la desgracia a Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque han abandonado al Señor y te has ido detrás de los Baales.18 El respondió: «No soy yo el azote de Israel, sino tú y la casa de tu padre, por haber abandonado a Yahveh y haber seguido a los Baales.
19 Y ahora, manda que todo Israel se reúna junto a mí en el monte Carmelo, con los cuatrocientos profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de Aserá que comen a la mesa de Jezabel».19 Pero ahora, envía a reunir junto a mí a todo Israel en el monte Carmelo, y a los 450 profetas de Baal que comen a la mesa de Jezabel».
20 Ajab mandó buscar a todos los israelitas y reunió a los profetas sobre el monte Carmelo.20 Ajab envió a todos los israelitas y reunió a los profetas en el monte Carmelo.
21 Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: «¿Hasta cuándo van a andar rengueando de las dos piernas? Si el Señor es Dios, síganlo; si es Baal, síganlo a él. Pero el pueblo no le respondió ni una palabra.21 Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: «¿Hasta cuándo vais a estar cojeando con los dos pies? Si Yahveh es Dios, seguidle; si Baal, seguid a éste». Pero el pueblo no le respondió nada.
22 Luego Elías dijo al pueblo: «Como profeta del Señor, he quedado yo solo, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta.22 Dijo Elías al pueblo: «He quedado yo solo como profeta de Yahveh, mientras que los profetas de Baal son 450.
23 Traigamos dos novillos; que ellos se elijan uno, que lo despedacen y lo pongan sobre la leña, pero sin prender fuego. Yo haré lo mismo con el otro novillo: lo pondré sobre la leña y tampoco prenderé fuego.23 Que se nos den dos novillos; que elijan un novillo para ellos, que los despedacen y lo pongan sobre la leña, pero que no pongan fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego.
24 Ustedes invocarán el nombre de su dios y yo invocaré el nombre del Señor: el dios que responda enviándome fuego, ese es Dios». Todo el pueblo respondió diciendo: «¡Está bien!».24 Invocaréis el nombre de vuestro dios; yo invocaré el nombre de Yahveh. Y el dios que responda por el fuego, ése es Dios». Todo el pueblo respondió: «¡Está bien!»
25 Elías dijo a los profetas de Baal: «Elíjanse un novillo y prepárenlo ustedes primero, ya que son los más numerosos; luego invoquen el nombre de su dios, pero no prendan fuego».25 Elías dijo a los profetas de Baal: «Elegíos un novillo y comenzad vosotros primero, pues sois más numerosos. Invocad el nombre de vuestro dios, pero no pongáis fuego».
26 Ellos tomaron el novillo que se les había dado, lo prepararon e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: «¡Respóndenos, Baal!». Pero no se oyó ninguna voz ni nadie que respondiera. Mientras tanto, danzaban junto al altar que habían hecho.26 Tomaron el novillo que les dieron, lo prepararon e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: «¡Baal, respóndenos!» Pero no hubo voz ni respuesta. Danzaban cojeando junto al altar que habían hecho.
27 Al mediodía, Elías empezó a burlarse de ellos, diciendo: «¡Griten bien fuerte, porque es un dios! Pero estará ocupado, o ausente, o se habrá ido de viaje. A lo mejor está dormido y se despierta».27 Llegado el mediodía, Elías se burlaba de ellos y decía: «¡Gritad más alto, porque es un dios; tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo, estará en camino; tal vez esté dormido y se despertará!»
28 Ellos gritaron a voz en cuello y, según su costumbre, se hacían incisiones con cuchillos y punzones, hasta chorrear sangre.28 Gritaron más alto, sajándose, según su costumbre, con cuchillos y lancetas hasta chorrear la sangre sobre ellos.
29 Y una vez pasado el mediodía, se entregaron al delirio profético hasta la hora en que se ofrece la oblación. Pero no se oyó ninguna voz, ni hubo nadie que respondiera o prestara atención.29 Cuando pasó el mediodía, se pusieron en trance hasta la hora de hacer la ofrenda, pero no hubo voz, ni quien escuchara ni quien respondiera.
30 Entonces Elías dijo a todo el pueblo: «¡Acérquense a mí!». Todo el pueblo se acercó a él, y él restauró el altar del Señor que había sido demolido:30 Entonces Elías dijo a todo el pueblo: «Acercaos a mí». Todo el pueblo se acercó a él. Reparó el altar de Yahveh que había sido demolido.
31 tomó doce piedras, conforme al número de los hijos de Jacob, a quien el Señor había dirigido su palabra, diciéndole: «Te llamarás Israel»,31 Tomó Elías doce piedras según el número de las tribus de los hijos de Jacob, al que fue dirigida la palabra de Yahveh diciendo: «Israel será tu nombre».
32 y con esas piedras erigió un altar al nombre del Señor. Alrededor del altar hizo una zanja, como un surco para dos medidas de semilla.32 Erigió con las piedras un altar al nombre de Yahveh, e hizo alrededor del altar una zanja que contenía como unas dos arrobas de sembrado.
33 Luego dispuso la leña, despedazó el novillo y lo colocó sobre la leña.33 Dispuso leña, despedazó el novillo y lo puso sobre la leña.
34 Después dijo: «Llenen de agua cuatro cántaros y derrámenla sobre el holocausto y sobre la leña». Así lo hicieron. El añadió: «Otra vez». Lo hicieron por segunda vez, y él insistió: «Una vez más». Lo hicieron por tercera vez.34 Después dijo: «Llenad de agua cuatro tinajas y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña». Lo hicieron así. Dijo: «Repetid» y repitieron. Dijo: «Hacedlo por tercera vez». Y por tercera vez lo hicieron.
35 El agua corrió alrededor del altar, y hasta la zanja se llenó de agua.35 El agua corrió alrededor del altar, y hasta la zanja se llenó de agua.
36 A la hora en que se ofrece la oblación, el profeta Elías se adelantó y dijo: «¡Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel! Que hoy se sepa que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya hice todas estas cosas.36 A la hora en que se presenta la ofrenda, se acercó el profeta Elías y dijo: «Yahveh, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu servidor y que por orden tuya he ejecutado toda estas cosas.
37 Respóndeme, Señor, respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que eres tú el que les ha cambiado el corazón».37 Respóndeme, Yahveh, respóndeme, y que todo este pueblo sepa que tú, Yahveh, eres Dios que conviertes sus corazones».
38 Entonces cayó el fuego del Señor: Abrazó el holocausto, la leña, las piedras y la tierra, y secó el agua de la zanja.38 Cayó el fuego de Yahveh que devoró el holocausto y la leña, y lamió el agua de las zanjas.
39 Al ver esto, todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y dijo: «¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!».39 Todo el pueblo lo vió y cayeron sobre su rostro y dijeron: «¡Yahveh es Dios, Yahveh es Dios!»
40 Elías les dijo: «¡Agarren a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno!». Ellos los agarraron: Elías los hizo bajar al torrente Quisón y allí los degolló.40 Elías les dijo: «Echad mano a los profetas de Baal, que no escape ninguno de ellos»; les echaron mano y Elías les hizo bajar al torrente de Quisón, y los degolló allí.
41 Elías dijo a Ajab: «Sube a comer y a beber, porque ya se percibe el ruido de la lluvia».41 Dijo Elías a Ajab: «Sube, come y bebe, porque ya se oye el rumor de la lluvia».
42 Ajab subió a comer y a beber, mientras Elías subía a la cumbre del Carmelo. Allí se postró en tierra, con el rostro entre las rodillas.42 Subió Ajab a comer y beber, mientras que Elías subía a la cima del Carmelo, y se encorvó hacia la tierra poniendo su rostro entre las rodillas.
43 Y dijo a su servidor: «Sube y mira hacia el mar». El subió, miró y dijo: «No hay nada». Elías añadió: «Vuelve a hacerlo siete veces».43 Dijo a su criado : «Sube y mira hacia el mar». Subió, miró y dijo: «No hay nada». El dijo: «Vuelve». Y esto siete veces.
44 La séptima vez, el servidor dijo: «Se eleva del mar una nube, pequeña como la palma de una mano». Elías dijo: «Ve a decir a Ajab: Engancha el carro y baja, para que la lluvia no te lo impida».44 A la séptima vez dijo: «Hay una nube como la palma de un hombre, que sube del mar». Entonces dijo: «Sube a decir a Ajab: Unce el carro y baja, no te detenga la lluvia».
45 El cielo se oscureció cada vez más por las nubes y el viento, y empezó a llover copiosamente. Ajab subió a su carro y partió para Izreel.45 Poco a poco se fue oscureciendo el cielo por las nubes y el viento y se produjo gran lluvia. Ajab montó en su carro y se fue a Yizreel.
46 La mano del Señor se posó sobre Elías; él se ató el cinturón y corrió delante de Ajab hasta la entrada de Izreel.46 La mano de Yahveh vino sobre Elías que, ciñéndose la cintura, corrió delante de Ajab hasta la entrada de Yizreel.