Scrutatio

Lunedi, 20 maggio 2024 - San Bernardino da Siena ( Letture di oggi)

Juan 8


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Jesús fue al monte de los Olivos.1 Mas Jesús se fue al monte de los Olivos.
2 Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a el. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.2 Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.
3 Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos,3 Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio
4 dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.4 y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
5 Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?».5 Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?»
6 Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.6 Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acuasarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.
7 Como insistían, se enderezó y les dijo: «El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra».7 Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra».
8 E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.8 E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.
9 Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí,9 Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio.
10 e incorporándose, le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?».10 Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?»
11 Ella le respondió: «Nadie, Señor». «Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante».11 Ella respondió: «Nadie, Señor». Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más».
12 Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida».12 Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida».
13 Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale».13 Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale».
14 Jesús les respondió: «Aunque yo doy testimonio de mí, mi testimonio vale porque sé de dónde vine y a dónde voy; pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy.14 Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy.
15 Ustedes juzgan según la carne; yo no juzgo a nadie,15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie;
16 y si lo hago, mi juicio vale porque no soy yo solo el que juzga, sino yo y el Padre que me envió.16 y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado.
17 En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido.17 Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido.
18 Yo doy testimonio de mí mismo, y también el Padre que me envió da testimonio de mí».18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí».
19 Ellos le preguntaron: «¿Dónde está tu Padre?». Jesús respondió: «Ustedes no me conocen ni a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre».19 Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre».
20 El pronunció estas palabras en la sala del Tesoro, cuando enseñaba en el Templo. Y nadie lo detuvo, porque aún no había llegado su hora.20 Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
21 Jesús les dijo también: «Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir».21 Jesús les dijo otra vez: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir».
22 Los judíos se preguntaban: «¿Pensará matarse para decir: «Adonde yo voy, ustedes no pueden ir»?22 Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: “Adonde yo voy, vosotros no podéis ir?»
23 Jesús continuó: «Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo.23 El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
24 Por eso les he dicho: "Ustedes morirán en sus pecados". Porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados».24 Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados».
25 Los judíos le preguntaron: «¿Quién eres tú?». Jesús les respondió: «Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo.25 Entonces le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les respondió: «Desde el principio, lo que os estoy diciendo.
26 De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo».26 Mucho podría hablar de vosotros y juzgar pero el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a él es lo que hablo al mundo».
27 Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre.27 No comprendieron que les hablaba del Padre.
28 Después les dijo: «Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó.28 Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.
29 El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada».29 Y el que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él».
30 Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.30 Al hablar así, muchos creyeron en él.
31 Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: «Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos:31 Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos,
32 conocerán la verdad y la verdad los hará libres».32 y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres».
33 Ellos le respondieron: «Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: "Ustedes serán libres"»?.33 Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?»
34 Jesús les respondió: «Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado.34 Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo.
35 El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre.35 Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre.
36 Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres.36 Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres.
37 Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes.37 Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros.
38 Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre».38 Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre».
39 Ellos le replicaron: «Nuestro padre es Abraham». Y Jesús les dijo: «Si ustedes fueran hijos de Abraham obrarían como él.39 Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham». Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham.
40 Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso.40 Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham.
41 Pero ustedes obran como su padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios». Jesús prosiguió:41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios».
42 «Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió.42 Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado.
43 ¿Por qué ustedes no comprenden mi lenguaje? Es porque no pueden escuchar mi palabra.43 ¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi Palabra.
44 Ustedes tienen por padre al demonio y quieren cumplir los deseos de su padre. Desde el comienzo él fue homicida y no tiene nada que ver con la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y padre de la mentira.44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Este era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira.
45 Pero a mí no me creen, porque les digo la verdad.45 Pero a mí, como os digo la verdad, no me creéis.
46 ¿Quién de ustedes probará que tengo pecado? Y si les digo la verdad. ¿por qué no me creen?46 ¿Quién de vosotros puede probar que soy pecador? Si digo la verdad, ¿por qué no me creéis?
47 El que es de Dios escucha las palabras de Dios; si ustedes no las escuchan, es porque no son de Dios».47 El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; vosotros no las escucháis, porque no sois de Dios».
48 Los judíos le replicaron: «¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado?». Jesús respondió:48 Los judíos le respondieron: «¿No decimos, con razón, que eres samaritano y que tienes un demonio?»
49 «Yo no estoy endemoniado, sino que honro a mi Padre, y ustedes me deshonran a mí.49 Respondió Jesús: «Yo no tengo un demonio; sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí.
50 Yo no busco mi gloria; hay alguien que la busca, y es él el que juzga.50 Pero yo no busco mi gloria; ya hay quien la busca y juzga.
51 Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás».51 En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás».
52 Los judíos le dijeron: «Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y tú dices: «El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás».52 Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: “Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás.”
53 ¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?»53 ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?»
54 Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman «nuestro Dios»,54 Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: “El es nuestro Dios”,
55 y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: «No lo conozco», sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra.55 y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra.
56 Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría».56 Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio y se alegró».
57 Los judíos le dijeron: «Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham».57 Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?»
58 Jesús respondió: «Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy».58 Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy».
59 Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.59 Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo.