Scrutatio

Domenica, 12 maggio 2024 - Santi Nereo e Achilleo ( Letture di oggi)

Salmos 19


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Del maestro de coro. Salmo de David.

1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 El cielo proclama la gloria de Dios

y el firmamento anuncia la obra de sus manos;

2 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
la obra de sus manos anuncia el firmamento;
3 un día transmite al otro este mensaje

y las noches se van dando la noticia.

3 el día al día comunica el mensaje,
y la noche a la noche trasmite la noticia.
4 Sin hablar, sin pronunciar palabras,

sin que se escuche su voz,

4 No es un mensaje, no hay palabras,
ni su voz se puede oír;
5 resuena su eco por toda la tierra

y su lenguaje, hasta los confines del mundo.

Allí puso una carpa para el sol,

5 mas por toda la tierra se adivinan los rasgos,
y sus giros hasta el confín del mundo.
En el mar levantó para el sol una tienda,
6 y este, igual que un esposo que sale de su alcoba,

se alegra como un atleta al recorrer su camino.

6 y él, como un esposo que sale de su tálamo,
se recrea, cual atleta, corriendo su carrera.
7 El sale de un extremo del cielo,

su órbita llega hasta el otro extremo,

y no hay nada que escape a su calor.

7 A un extremo del cielo es su salida,
y su órbita llega al otro extremo,
sin que haya nada que a su ardor escape.
8 La ley del Señor es perfecta,

reconforta el alma;

el testimonio del Señor es verdadero,

da sabiduría al simple.

8 La ley de Yahveh es perfecta,
consolación del alma,
el dictamen de Yahveh, veraz,
sabiduría del sencillo.
9 Los preceptos del Señor son rectos,

alegran el corazón;

los mandamientos del Señor son claros,

iluminan los ojos.

9 Los preceptos de Yahveh son rectos,
gozo del corazón;
claro el mandamiento de Yahveh,
luz de los ojos.
10 la palabra del Señor es pura,

permanece para siempre;

los juicios del Señor son la verdad,

enteramente justos.

10 El temor de Yahveh es puro,
por siempre estable;
verdad, los juicios de Yahveh,
justos todos ellos,
11 Son más atrayentes que el oro,

que el oro más fino;

más dulces que la miel,

más que el jugo del panal.

11 apetecibles más que el oro,
más que el oro más fino;
sus palabras más dulces que la miel,
más que el jugo de panales.
12 También a mi me instruyen:

observarlos es muy provechoso.

12 Por eso tu servidor se empapa en ellos,
gran ganancia es guardarlos.
13 Pero ¿Quién advierte sus propios errores?

Purifícame de las faltas ocultas.

13 Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?
De las faltas ocultas límpiame.
14 Presérvame, además, del orgullo,

para que no me domine;

entonces seré irreprochable

y me veré libre de ese gran pecado.

14 Guarda también a tu siervo del orgullo,
no tenga dominio sobre mí.
Entonces seré irreprochable,
de delito grave exento.
15 ¡Ojalá sean de tu agrado

las palabras de mi boca,

y lleguen hasta ti mis pensamientos,

Señor, mi Roca y mi redentor!
15 ¡Sean gratas las palabras de mi boca,
y el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahveh,
roca mía, mi redentor.